Seremi de Salud retira 24.000 globos LED del mercado en fiscalización por Halloween

El Seremi de Salud de la Región Metropolitana, Carlos Aranda, realizó una fiscalización a locales del Barrio Franklin donde anunció la prohibición de 24.000 "globos LED" e informó las precauciones que deben tener los padres al momento de comprar máscaras y disfraces para sus hijos para este Halloween.

"Los globos LED no son un juguete y hoy estamos prohibiendo su venta". Aclaró el seremi de Salud tras la incautación de 24.000 unidades del mercado y de que hace un par de semanas una niña quedará con una grave herida en un ojo al reventarse uno de estos globos.

Este tipo de productos están prohibidos por el decreto supremo 207 del año 1999, que impide la inyección de gases y elementos riesgosos para la salud en globos de adorno y entretención.

El doctor realizó una serie de recomendaciones a los adultos para cuidar la salud de los niños durante este 31 de octubre. "No queremos que esta "noche de brujas" se convierta en una pesadilla para muchas familias", dijo el Seremi mientras recomendaba a los padres que adquieran en lugares autorizados y que se preocupen del etiquetado. Además adivtió que la mejor forma de prevención es "que los adultos constantemente supervisen a los niños pequeños".

El principal riesgo que pueden tener las máscaras y disfraces es la inflamabilidad, por lo que el seremi fue enfático en recomendar a los padres a que revisen cuales los materiales y si el fuego se expandiría "a una velocidad en que el niño o un adulto no puedan reaccionar".

Las máscaras deben tener orificios para nariz y ojos, para no dificultar la respiración y visión de los niños y prevenir accidentes.

Los productos de Halloween que estén dirigidos a los más pequeños no pueden tener piezas muy pequeñas, ya que estas podrían causar asfixia a los menores.

Durante la campaña de fiscalización previa a la noche de brujas se han cursado seis sumarios sanitarios y retenido más de 1.200 productos, entre disfraces, máscaras y pelucas debido a la mala rotulación, tener piezas pequeñas -en productos para menores de tres años- y no acreditar análisis de inflamabilidad.