Sesenta segundos para liberar al sargento estadounidense de los talibanes

El soldado Bergdahl fue liberado después de cinco años de cautiverio tras ser canjeado contra cinco dirigentes talibanes detenidos en Guantánamo.




El helicóptero de las fuerzas estadounidenses se posa en la campiña afgana en medio de una polvareda. Tres hombres bajan de él y un grupo de talibanes les entrega a Bowe Bergdahl. Despegan enseguida. La liberación del sargento estadounidense duró apenas un minuto.

La escena aparece en el vídeo "Ceremonia de intercambio del soldado estadounidense", difundido este miércoles por los rebeldes afganos en su página  web.

Bowe Bergdahl fue liberado el sábado después de cinco años de cautiverio tras ser canjeado contra cinco dirigentes talibanes detenidos en la base  estadounidense de Guantánamo. Esta liberación fue posible tras largas  negociaciones bajo los auspicios de Qatar, que ejerció de mediador. 

El video, de una duración de 17 minutos, comienza con una sucesión de imágenes del soldado estadounidense y fotografías de la apertura, en junio de  2014, de una oficina de representación política oficial de los talibanes en  Qatar, que acabó siendo cerrada debido a la oposición del presidente afgano  Hamid Karzai. 

Como fondo sonoro de este vídeo de propaganda se oye una voz en off que lee  un comunicado triunfalista de los talibanes, divulgado después de la liberación  de sus cinco prisioneros.

Acto seguido, se enfoca el campo y la voz en off cede paso a una entrevista  de un responsable talibán que comenta la liberación a modo de documental.

"Tuvo lugar a eso de las 16.00 en la zona de Batai de la provincia de  Jost", en el sudeste de Afganistán, cerca de la frontera paquistaní, explica el  responsable rebelde.

"Los estadounidenses nos pidieron que encontráramos un lugar seguro. Pero no nos fiábamos de ellos y pedimos a nuestros notables que nos acompañasen",  añade.

Bowe Bergdahl se encuentra en la parte trasera de un todoterreno gris metalizado con franjas rojas. Afeitado y con la cabeza rapada, el sargento  Bergdahl, de 28 años, lleva una larga túnica tradicional afgana de color blanco.

A su alrededor, rebeldes armados montan guardia. El video se detiene en un  momento en el que gritan "Dios es el más grande". Luego un hombre se inclina  para decirle al soldado unas palabras en la lengua local que, según fuentes rebeldes, Bergdahl ha aprendido durante el cautivero.

"NO VUELVAS A AFGANISTÁN"

"No vuelvas a Afganistán. Porque la próxima vez no habrá nadie para  liberarte", suelta el guardia. El sargento agacha la cabeza, quizá para  asentir. Parece en buen estado de salud aunque visiblemente alterado por su inminente liberación.

En el cielo, helicópteros de las fuerzas estadounidenses sobrevuelan la  zona en círculo y uno de ellos se posa a unos metros del todoterreno.

Tres hombres de civil salen de él y se dirigen hacia los talibanes y el  soldado, bajo la vigilancia de militares estadounidenses que permanecen en el aparato, cuyas palas siguen girando.

Estadounidenses y rebeldes se estrechan la mano y unos segundos después,  Bergdahl es trasladado al helicóptero, que  despega y se aleja. Entonces aparece una inscripción en el vídeo que dice: "No  vuelvas a Afganistán". 

Bergdahl fue llevado a la base de Bagram, al norte de Kabul, y el martes seguía hospitalizado en el centro médico estadounidense de Landstuhl  (Alemania), donde permanece en estado "estable", según el hospital.

El vídeo publicado el miércoles por la comandancia de los rebeldes afganos  también muestra imágenes de la llegada de los cinco talibanes a Qatar, donde  fueron recibidos como héroes por sus familiares.

Poco después de la difusión del vídeo, el Pentágono afirmó "no tener  motivos para dudar de su autenticidad" y, de paso, confirmó que el traslado de  Bergdahl había transcurrido de forma "pacífica y fue un éxito". 

Un éxito que podría beneficiar a los rebeldes islamistas, sedientos de  reconocimiento internacional, sobre todo desde el cierre de su oficina en Qatar.

Según el experto Borhan Osman, de la red de analistas sobre Afganistán  (AAN), los talibanes "conocen el poder de los medios de comunicación" y la  repetición de imágenes mostrando a los insurgentes festejando este canje de  prisioneros está "quizá destinado a subir la moral de sus combatientes y  partidarios".

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