¿Sirve el aceite de cannabis?
Aunque se parecen no todos los productos de esta planta tienen la misma formulación o nivel de THC.
Charlotte's Webb (CW Hemp), firma estadounidense que produce aceite de cáñamo, debe su nombre a Charlotte Figi, que padece epilepsia desde los tres meses. Al no ver avances con fármacos tradicionales sus padres buscaron una alternativa en el cannabis medicinal.
Ricardo Beherens, ingeniero industrial y director de Negocios Internacionales de CW Hemp, explica que Charlotte, hoy de 10 años, pasó de tener 1.200 crisis al mes a solo una o dos tras consumir el aceite.
El producto se vende en EE.UU. como suplemento alimenticio. "Técnicamente es un extracto de cáñamo", explica el ejecutivo, que en 2014 visitó Chile para conocer el proyecto de Fundación Daya y la municipalidad de La Florida.
Beherens precisa que el producto lo obtienen de la planta de cáñamo (hemp, en inglés) y no de la marihuana. Ambas se derivan de la cannabis que posee más de un centenar de compuestos conocidos como cannabinoides, donde los más abundantes son el cannabidiol (CBD) y el tetrahidrocannabinol (THC), este último, el componente psicoactivo de la cannabis. En EE.UU. cuando una planta supera el 0,3% de THC es cáñamo y sobre ese valor es marihuana, prohibida por ley. "Esta definición varía por región. En la Unión Europea es 0,2% y en Japón 0,25%", señala Beherens.
Charlotte's Web produce el aceite con poco porcentaje de THC para poder venderlo, pero dice que este componente es el que mejora la calidad de vida bajo ciertas condiciones.
La empresa, a la que también le interesa expandirse a Chile, está ligada a una fundación sin fines de lucro, llamada Realm of Caring, a través de la cual han realizado estudios observacionales del impacto de su producto. Hoy tienen 40 mil personas registradas y asegura que casi tres cuartos se han beneficiado del uso del aceite, bajo en THC. Pero reconoce que en Chile se han planteado dudas sobre su impacto. "Nos hemos reunido con Fundación Daya y Mamá Cultiva y nos comentaron que el producto no era efectivo por no tener THC", dice. Actualmente tienen en progreso un estudio con la U. de Harvard y otro con la U. Johns Hopkins.
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Ricardo Beherens de la firma CW Hemp, EE.UU.[/caption]
Gisela Kuester, directora de Investigación y estudios clínicos de Fundación Daya, señala que el uso de THC es relevante en una formulación. "Cuando se usan extractos muy altos en CBD cerca de un tercio de los pacientes responde bien, pero al usar proporciones más equilibradas de THC y CBD, entre 60 a 70% de los pacientes responden en forma significativa", dice.
Añade que está descrito que los cannabinoides actúan mejor en conjunto que aisladamente. En mayo, dice, se publicó un estudio sobre el uso de cannabidiol puro en el síndrome de Dravet (un trastorno de epilepsia infantil), que concluyó que la frecuencia de ataques al mes disminuyó desde 12,4 hasta 5,9 con cannabidiol, en comparación con una disminución de 14,9 a 14,1 con placebo, aunque se detectaron eventos adversos como diarrea, vómitos y fatiga.
Kuester explica que no existe un límite de edad en el uso de THC y recuerda el caso de un menor de un mes y medio, que recibió una combinación de CBD y THC tras no responder a los fármacos contra la epilepsia. Señala que los problemas están en las personas que consumen THC en altas cantidades por un tema recreativo. "Hay niños que llevan más de cuatro años de tratamientos, y en ninguno se ha visto una regresión en el sistema psicomotor".
El desarrollo de estos fármacos de cannabis o aceites se hace con el fin de mejorar la efectividad en enfermedades de difícil tratamiento, ya que no es lo mismo fumar que tomarla como medicamento. "El problema de fumar es que el efecto dura dos horas", dice.
Además, más de la mitad de los cannabinoides se pierden en la combustión. "Para los aceites la mejor vía de administración es la sublingual, y la duración del efectos puede ir desde seis hasta ocho horas, pero clínicamente puede extenderse hasta 12 horas", dice.
La neuróloga agrega que Fundación Daya ya tiene en curso el primer estudio clínico en dolor oncológico, además, de estudios retrospectivos en epilepsia refractaria y en autismo.
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