Toronto, la nueva metrópolis

Cada vez más visitantes llegan a Toronto. Grande, vertiginosa, pero a la vez amable y segura, la capital económica canadiense atrae por esa dualidad que permite disfrutar de los espectáculos, barrios y gran movimiento, propios de las grandes ciudades, sin tener que sufrir en el intento. Una metrópolis para principiantes, donde es posible equivocarse e imposible sentirse extranjero.




Si nos fijamos en sus habitantes, Toronto podría ser una ciudad de cualquier parte del mundo. Difícilmente aquí uno logra distinguir a una etnia predominante o a un ciudadano que nos parezca extraño... porque en un lugar donde no hay mayorías, las minorías tampoco existen. Y aunque suene ya a un estereotipo repetido o un mito majadero eso del canadiense amable, tolerante y de mente abierta, es imposible no notarlo en esta ciudad, donde asiáticos, latinos, anglosajones, africanos y tantos más, conviven de la manera en la que el resto del continente americano aspira algún día a hacerlo. Porque Toronto tiene un ambiente multicultural tan rico como el de otras grandes urbes del mundo, pero mucho más segura y amable que la mayoría. La "nueva Gran Manzana", dicen. Y es que la capital económica canadiense crece a pasos agigantados. De hecho, la ciudad posee el noveno PIB más alto de las grandes metrópolis mundiales y, si fuera un país independiente, su economía ocuparía el lugar N° 42. Eso, sumado a sus muchos espectáculos, museos, tiendas novedosas y una activa -y segura- vida nocturna es lo que atrae a cada vez más y más visitantes. Sin olvidar que, a pesar de las distancias, Toronto está cada vez más cerca, con vuelos directos a Santiago. Una metrópolis "para principiantes", también dicen, en la que puede disfrutarse de los encantos de las grandes urbes, sin tener que lidiar con taxistas mañosos, zonas peligrosas ni un mar de gente poco comprensiva que no tendrá piedad con el pobre turista desorientado.

LA PEQUEÑA MANZANA
Una visita para primerizos debe comenzar en el "downtown" (centro), donde se concentran los atractivos principales. La mejor opción es ir caminando, y la verdad es que poco importa si es con las agradables temperaturas de verano o con los fríos extremos de invierno, ya que el downtown cuenta con un ingenioso sistema de paseos subterráneos -llamado PATH-, por lo que no es necesario salir a la superficie para recorrer las principales arterias. También, para los más compulsivos, puede ser el lugar para realizar las primeras compras, ya que cuenta con más de 1.200 locales comerciales, desde tiendas de ropa hasta confiterías. El subterráneo está conectado con los principales edificios del centro, como la CN Tower, que ha llegado a convertirse en la postal más típica y en monumento omnipresente, visible desde cualquier punto de Toronto. Una visita -aunque nada novedosa- es necesaria, ya que con sus imponentes 342 m permite tener la panorámica más impresionante. Incluso, si el día acompaña, se puede llegar a visualizar la ciudad estadounidense de Buffalo, en la otra orilla del lago Ontario. Para visitarla, eso sí, debe desembolsar unos US$ 20. Y ese es, quizás, el único "punto negro" que podemos encontrar en Toronto: no es una ciudad barata. Con la crisis económica estadounidense, los precios son hasta mayores al país vecino, y el dólar canadiense se cotiza más caro. Sin embargo, sigue habiendo productos a buenos precios, como los libros, y para acceder a atracciones como la CN Tower hay otras alternativas. Como el famoso "City Pass", que por US$ 68 permite visitar cinco imperdibles: la CN Tower, Casa Loma, Royal Ontario Museum, Ontario Science Centre y Toronto Zoo, con descuentos de hasta 45% y durante nueve días. También existe un "Day Pass" para el transporte público, que permite tomar el metro, tranvía y autobús de manera ilimitada por 24 horas.

Otro lugar imperdible es el St. Lawrence Market, en la Front St. East, un mercado sorprendentemente limpio, ordenado y completo: quesos, jamones, verduras y frutas traídos de todo el mundo y absolutamente orgánicos. Si tiene hambre, no deje de pasar por Carousel Bakery y pedir un peamel beacon sandwich (cerdo apanado con mostaza) considerado una joya sanguchera de Norteamérica.

En Spadina Avenue con College Street se encuentra ubicada la Universidad de Toronto, con casi 200 años de existencia y que presenta gran cantidad de parques y rica arquitectura que lo harán sentirse como en la Universidad de Oxford... o en una película de Harry Potter. Dentro del enorme campus está emplazado el Queen's Park, donde funciona el Parlamento Real de Ontario.

Continuando una manzana hacia el este, se topará con Yonge St., la que se supone es la calle más larga del mundo, con 1.800 km, que van desde Toronto a Thunder Bay. Pero no se asuste, si la camina hacia el sur, en pocas cuadras llegará a su final, en el lago Ontario. Aquí, se hace interesante un paseo por el bulevar junto a la playa del lago, el que, en esta época del año, está lleno de actividad: trotadores, paseadores de perros y jóvenes tomando sol son parte del trajín diario. Aunque no sólo eso. Aquí también verá tiendas de antigüedades y restaurantes.

Pero sin duda uno de los puntos más in de Toronto es el Destillery Historic Distrct, un emergente barrio que, antiguamente, fue una enorme destilería y que ahora alberga galerías de arte, cafés, restaurantes, chocolaterías y cervecerías artesanales. Además de su nuevos bríos, asombra por su particular y rústica belleza, y con razón es considerado como la colección de arquitectura victoriana industrial mejor conservada de Norteamérica. ¿La forma más entretenida de recorrerlo? En segway, seguro transporte personal que mantiene el equilibrio gracias a su sistema de autobalanceo. Los paseos tienen un valor desde 29 dólares canadienses, por una hora (www.segwayofontario.com).

VIDA DE BARRIO
Según se cree, Toronto significa "lugar de encuentro", nombre que le fue entregado por los hurones, comunidad indígena (o Primera Nación, como prefieren llamarlos los canadienses) que habitaban esta zona a orillas del lago Ontario. Y al parecer, el nombre tomó ribetes proféticos y Toronto se transformó en una Babilonia, en la que sus inmigrantes dieron vida a más de cinco barrios chinos, a la Pequeña Italia, Pequeña Portugal, el Barrio Griego, la Pequeña India, Pequeña Polonia... aquí hay para todos los gustos. Por ejemplo, la Pequeña Italia ostenta una noche vibrante, con gran cantidad de bares y pubs que no sólo funcionan de noche, ya que en Toronto es habitual disfrutar apaciblemente de la tarde mientras se bebe una cerveza con los amigos. Para comprar chucherías, por supuesto, el barrio chino. Y en el barrio griego no puede dejar de visitar "The Danforth" y sus restaurantes, donde puede disfrutar excelentes saganakis, sovlakis y gyros.

The Gay Village o "The Village", como le dicen los torontinos, es famosa por organizar el festival gay y lésbico más grande de Canadá, en junio. Sin embargo, el barrio es atractivo todo el año, sobre todo por sus particulares tiendas, cafés y bares. También gana atractivo en octubre, cuando se celebra el "Halloweek", y la comunidad luce los más estrafalarios disfraces de Noche de Brujas.

GUIA

COMO LLEGAR
Air Canada es la única aerolínea que tiene vuelos directos desde Toronto a Santiago. Valores desde US$ 899 más impuestos (temporada baja).

- Vaugham Mills Outlet. Ubicado en las afueras de la ciudad, tiene hasta 30% de descuento en ropa, artículos tecnológicos, libros y discos. Hay un bus de acercamiento gratuito desde Union Station. www.vaughanmills.com.

- Eaton Centre. La mejor opción para ir de compras en el centro de Toronto, con marcas como Lacoste, French Connection y Victoria Secret. Se ubica en la zona comercial aledaña a Dundas Square.

MUSEOS IMPERDIBLES
- Royal Ontario Museum (ROM). Es el museo cultural y de historia natural más grande de Canadá. Ideal para ir con niños, gracias a su enorme colección de dinosaurios y animales salvajes.

- Bata Shoe Musesum. Contiene una original muestra temática sobre los 4.500 años historia de evolución del calzado. Cuenta con más de 10 mil pares de zapatos. www.batashoemuseum.ca.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.