Urbanistas rechazan idea de eliminar impuesto al combustible
Expertos sostienen que la medida fomentaría uso del automóvil, aumentando la congestión.
Un intenso debate se ha producido entre urbanistas y expertos en transportes, por la petición de algunos sectores de eliminar el impuesto específico al combustible. Los especialistas plantean que dicha medida aumentaría la tasa de motorización y, con ello, la congestión vehicular en el país, particularmente en las grandes urbes.
El precio del petróleo ha mostrado un aumento por octava semana consecutiva, por factores como el invierno en el Hemisferio Norte y la situación internacional por la tensión entre Ucrania y Rusia.
Según datos de la empresa Econsult, el precio promedio de la bencina (de 95 octanos) hoy alcanza los $ 887. Un 27% de esa tarifa final corresponde al gravamen, es decir, sin un impuesto de este tipo su costo sería de unos $ 645 .
El urbanista y socio de la Oficina Atisba, Iván Poduje, planteó que este gravamen beneficia "a los hogares de mayores ingresos, por lo tanto, si se rebaja sería una medida regresiva. Otro efecto no deseado es un aumento del uso del auto y de la motorización, por lo tanto, es un contrasentido en cuanto a los planes que se fomentan hoy".
Añadió que este escenario se produciría en ciudades que presentan, en ciertas horas del día, niveles de congestión altos y que, además, tienen marcadas tasas de crecimiento del parque automotor. "Es ilógico implementar una medida que aumenta el uso del vehículo", afirma.
Respecto de las regiones extremas, donde el precio del combustible es más alto que en el resto del país, Poduje señala que en esas zonas podría existir un beneficio para las personas que no poseen movilización y donde la congestión no sea un problema.
Según Atisba, el sector de mayores ingresos se vería beneficiado con esta eventual eliminación del impuesto. "De 52 comunas en Santiago, existen siete (Las Condes, Lo Barnechea, Pirque, Providencia, Ñuñoa, Pirque, entre otras) donde está concentrado el 31% de los automóviles, que son zonas donde los vehículos consumen más combustibles. Se beneficia a los más ricos", señalan.
Louis De Grange, experto en Transportes de la Universidad Diego Portales, añadió que este arancel "es el único impuesto 'verde' que existe en Chile, que lleva a que las personas inviertan en tecnologías más limpias".
Coincide con Poduje en que la tasa de motorización es de 200 automóviles por cada mil habitantes en la capital. "Es el 20% más rico de la población. Esta medida no ayuda a los más pobres ni a la clase media. La gente cree que conducir y estacionarse es un derecho social", dijo. Añadió que en otras naciones -con el fin de rebajar la congestión o los índices de contaminación-, se ha aplicado, por ejemplo, la congelación del parque automotor, lo que implica que haya que comprar los cupos.
De Grange aseguró que las ciudades deberían tener una extensión de las líneas de metro -están en construcción las 3 y la 6-, lo que lleva a que la población opte por este medio de transporte.
AFECTADOS
Michelle Labbé, economista jefe de la empresa Econsult, aseguró que la eliminación del impuesto es necesaria, porque "es claro que la población prefiere utilizar su vehículo, debido a un mal sistema de transportes".
La experta añadió que en países desarrollados los usuarios optan por el transporte público, pero lo hacen porque se ofrece una frecuencia regular y paradas establecidas, dando certezas al usuario.
El diputado (UDI) Felipe Ward, explicó que la bancada ha solicitado al Ejecutivo que se realice una disminución a este gravamen de manera transitoria, mientras no se suprima en forma definitiva, "con el fin de que se beneficie a los trabajadores de la clase media y de escasos ingresos, muchos de los cuales trabajan con sus vehículos como taxis y camiones". El legislador agregó que el próximo lunes se le planteará oficialmente al Ministerio Secretaría General de la Presidencia, que este factor sea discutido cuando se "debata la reforma tributaria".
Recordó que por el uso de combustibles no pagan las empresas cuando el producto se usa para fines como calefacción o generación de electricidad.
Louis De Grange acotó que una solución para bajar el precio del transporte sería "permitir el uso de gas como combustible a todos".
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