Aranda, Cordero y otros errores no forzados: declaraciones contra Ávila generan recriminaciones en la derecha y debilitan acusación

El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, en los pasillos del Congreso este martes, luego que parlamentarios de oposición anunciaran que pedirán interpelarlo.
El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila.

La intervención de la directora del Observatorio Legislativo Cristiano, Marcela Aranda, y las declaraciones de la diputada Cordero, quien trató de “pervertido” al ministro, podrían ser lapidarias. Aquellas afirmaciones -que validaban la presentación contra el secretario de Estado por su orientación sexual- podrían ahuyentar a ciertos diputados que estaban abiertos a estudiar el libelo.


A 24 horas de que comience a votarse la acusación constitucional contra el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, una sensación de pesimismo recorría las bancadas opositoras que impulsaron el libelo.

A pesar de que la semana pasada la oposición confiaba en que la presentación contra el titular del Mineduc tendría un respaldo mayoritario en la Cámara, el escenario comenzó a cambiar desde el fin de semana.

Gestiones desplegadas por el gobierno con grupos no alineados como la DC y la bancada del Centro Democrático Unido (CDU, que integra a exdemocratacristianos y a militantes del recién creado Partido Demócrata), comenzaron a dar algunas señales positivas en favor de Ávila.

Sin embargo, la intervención de la directora del Observatorio Legislativo Cristiano, Marcela Aranda, y las declaraciones de la diputada María Luisa Cordero (independiente RN), quien trató de “pervertido” al ministro de Educación, podrían ser lapidarias para el libelo. A juicio de algunos legisladores, aquellas afirmaciones -que validaban la presentación contra el secretario de Estado por su orientación sexual- podrían ahuyentar a diputados de izquierda, de centro e incluso de centroderecha que estaban abiertos a estudiar la acusación.

“Él, hoy día, y su activismo LGTBIQ+, y su condición, ha superado el límite de lo privado y él ha cruzado el límite de vulnerar el derecho de los padres, de los niños, de las comunidades educativas, tomando esa posición para ejercer ese activismo”, señaló Aranda, ayer en la sesión de la Comisión Acusación Constitucional.

Sus declaraciones inmediatamente fueron aprovechadas por La Moneda para atacar y volver a denunciar la presunta “homofobia” detrás del libelo contra el titular del Mineduc, a quien dentro de los siete capítulos del escrito, se le reprocha un intento por instalar una doctrina en favor de la diversidad sexual.

El propio Presidente Gabriel Boric lideró la contraofensiva por redes sociales a partir de los dichos de Aranda, cuya presencia en la comisión abrió inmediatamente recriminaciones en la derecha por haber invitado a una activista que es conocida por su discurso extremo.

La exposición de Aranda fue propiciada por el diputado Miguel Becker (RN), quien es parte de la instancia revisora del libelo, que hoy lo rechazó. Según las explicaciones que dio el mismo legislador, el Observatorio Legislativo Cristiano había pedido intervenir en la comisión y, en vista de que sus propios invitados se habían excusado, cedió el cupo (cada integrante puede proponer un número reducido de participantes), sin saber quién sería el expositor de esa organización.

Las declaraciones de la diputada Cordero, en Radio El Conquistador, fueron más allá. “Es insólito, inadmisible, nauseabundo y asqueroso que el ministro de Educación, que debiera estar llorando por los niños que no saben leer en cuarto básico, esté preocupado de la incitación a la sexualidad, manifestó la parlamentaria, quien ya enfrenta un proceso de desafuero por haber afirmado que la senadora Fabiola Campillai no había perdido completamente la visión.

“Son declaraciones desafortunadas, que no las comparto y no contribuyen al objetivo que nos hemos propuesto. Quienes estamos apoyando esta acusación constitucional, queremos hacerles un bien a los jóvenes y niños, destituyendo a un ministro que no ha estado a la altura de la gestión”, dijo el diputado UDI Sergio Bobadilla.

El diputado Evópoli Jorge Guzmán dijo que afirmaciones como las de Cordero y Aranda “desvían el tema de fondo” y reiteró que su bancada aún no toma una decisión de cómo votar la acusación.

“Lamentablemente ha habido algunas intervenciones, que no comparto, porque le han dado un contexto para que algunos pretendan tapar este tema de tanta profundidad”, dijo Diego Schalper, legislador de RN, quien fue uno de los impulsores de la acusación.

El jefe de bancada de RN, Frank Sauerbaum, también expresó su desazón. “Las opiniones de una diputada, sin duda, pueden hacer una diferencia para que alguien cambie de opinión, pero es solo eso, es su opinión. Nosotros nos quedamos con la acusación constitucional en donde Renovación Nacional de los siete capítulos redactó cuatro, 4 contundentes capítulos que acusan al ministro de abandono de deberes y de falta, incluso a la probidad, como se ha visto en el caso de la Junaeb”.

El problema para la derecha es que el fracaso de una nueva acusación constitucional provocará -según prevén algunos legisladores- un remezón profundo y un nuevo ciclo de recriminaciones en el sector, que ya ha sufrido la derrota en tres libelos acusatorios anteriores: contra Izkia Siches, Marcela Ríos y Giorgio Jackson.

Además, Ávila era considerado el ministro más débil de gabinete, cuya gestión es cuestionada incluso dentro del mismo oficialismo. Por lo tanto, el eventual fracaso de esta acusación, que siempre fue vista como “ganable”, sólo agravaría más el mal sabor de una derrota para la derecha.

Conteo de votos

Desde el Ejecutivo remarcan que el ministro quiere dar la pelea hasta el final. Al menos ayer, tras gestiones desplegadas por el mismo Mineduc y la Secretaría General de la Presidencia, que encabeza Álvaro Elizalde (PS), había optimismo en el gobierno de que Ávila zafaría del juicio constitucional.

Sin embargo, las ausencias de última hora alargan el suspenso.

De partida, la gran duda es la presencia de la diputada Catalina Pérez, a quien su partido (Revolución Democrática) le suspendió su militancia luego de que dos personas cercanas a ella se vieran involucradas en un cuestionado modelo de financiamiento de la Fundación Democracia Viva de parte del Serviu de Antofagasta. Si bien Pérez presentó licencia médica hasta el 23 de julio, igual podría ir a votar el próximo miércoles.

Catalina Pérez
Viajes, licencias médicas e indecisos rebarajan el desenlace de acusación constitucional contra Ávila. En la imagen, la diputada Catalina Pérez, también militante de RD.

No es la única baja del oficialismo. Las diputadas Danisa Astudillo (PS) y Gael Yeomans (Convergencia Social) se encuentran fuera del país, por lo que no estarán el día de la votación.

No obstante, la ausencia de ambas legisladoras sería compensada mediante “pareos”, debido a la inasistencia obligada del independiente Gonzalo de la Carrera, quien fue hospitalizado y se encuentra delicado de salud, y por el viaje del legislador republicano Agustín Romero.

El independiente Carlos Bianchi, quien está asociado a la bancada del PPD, también comunicó que no estará el día que se resuelva el libelo producto de una cirugía.

Con todas estas variables, el oficialismo tiene una base de 64 votos para defender a Ávila (sin considerar a Pérez, a Astudillo ni a Yeomans, pero agregando el respaldo de, al menos, tres independientes asociados a sus bancadas: Camila Musante, Mónica Arce y Félix González, además de Carmen Hertz (PC), quien acudirá a pesar de estar con problemas de salud).

Si bien esos votos no serían suficientes para rechazar la acusación, un factor dirimente entraría a jugar la postura de grupos no alineados como la DC y el subcomité del Centro Democrático Unido (CDU), que agrupa a exmilitantes de la Falange, hoy afiliados al Partido Demócrata.

“Yo, personalmente, aún no logro descubrir la falta constitucional del ministro en cuestión”, dijo el diputado del CDU Miguel Ángel Calisto (exmilitante DC), quien conforma un grupo con Joanna Pérez, Jorge Saffirio y Érika Olivera.

Por su parte, en una entrevista en Radio Universidad de Chile, el diputado y presidente DC, Alberto Undurraga, dijo -a título personal- que “en el caso de la acusación que se está haciendo contra el ministro Ávila no se configura ninguna infracción a la Constitución de la República, por lo tanto, no tiene mérito la acusación constitucional”.

Si los cuatro votos del grupo CDU y de los cinco DC (Undurraga, Eric Aedo, Ricardo Cifuentes, Héctor Barría y Felipe Camaño) se inclinan por rechazar o, incluso, abstenerse frente a la acusación, el ministro Ávila llegaría a una base de 73 votos.

A diferencia de los acusadores, que deben reunir una mayoría (50% más uno de los diputados presentes), al ministro le basta un empate en votos. Es decir, con 74 o 75 votos (ya sea en contra o abstenciones), el titular del Mineduc zafaría del libelo. Ese umbral está cerca, admiten en el oficialismo.

Este cuadro cambia completamente los pronósticos que tenía la derecha la semana pasada. Hoy el respaldo a la acusación ronda los 69 votos (descontando a De la Carrera y a Romero). Incluso, hoy algunos diputados de Evópoli han puesto en duda su apoyo al libelo, lo que daría cuenta que la presentación contra Ávila tocó techo dentro de la oposición.

La última palabra, en todo caso, sigue estando en manos de los indecisos. Hasta ayer seguían en esta posición los independientes René Alinco, Pamela Jiles, Enrique Lee y Viviana Delgado; los militantes del PDG, Rubén Oyarzo y Gaspar Rivas; y el miembro de Amarillos, Andrés Jouannet.

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