Boric reivindica legado democrático de O’Higgins y llama a cuidar la convivencia a semanas del 11 de septiembre

El Presidente Gabriel Boric encabezó ceremonia por natalicio de Bernardo O'Higgins en Chillán Viejo.
El Presidente Gabriel Boric encabezó ceremonia por natalicio de Bernardo O'Higgins en Chillán Viejo. Foto: José Humberto Campos / Agencia Uno.

"Más allá de cualquier diferencia, cuidemos esta herencia de O’Higgins, cuidar nuestra libertad y cuidar nuestra democracia", dijo el Presidente en Chillán. Durante los años de dictadura, el natalicio del prócer estuvo marcado por la figura de Augusto Pinochet.


A pesar de la situación meteorológica, que obligó a ajustar la ceremonia, por segundo año consecutivo el Presidente Gabriel Boric usó la palabra en el acto de conmemoración del natalicio de Bernardo O’Higgins, en Chillán Viejo, Región de Ñuble.

En su discurso, el Mandatario recordó algunos pasajes poco conocidos de la vida política del prócer, nacido hace 245 años en Chillán, de quien aprovechó de destacar su legado democrático para hacer un llamado a la clase política ad portas de la conmemoración de los 50 años del Golpe Militar.

“Cuando recordamos a O’Higgins, recordamos también que somos un país libre y que esa libertad fue cara y debemos cuidarla. Hoy, compatriotas, es importante y los invito a que todos y todas, más allá de cualquier diferencia, cuidemos esta herencia de O’Higgins, cuidar nuestra libertad y cuidar nuestra democracia, porque solamente en democracia podemos trazar como iguales, el presente y el futuro que queremos, donde podemos levantar nuestras voces, donde nuestras legítimas discrepancias se pueden hacer escuchar en el foro público, donde podemos discutir nuestras ideas sin imponer unas ni prohibir otras”, resaltó Boric.

La carga de Pinochet

Si bien esta ceremonia es una de las actividades obligadas a las que debe asistir anualmente el Presidente de la República, sólo ocasionalmente los mandatarios pronunciaban un discurso en esta efeméride, que durante muchos años, en dictadura, estuvo monopolizada y cargada por la figura de Augusto Pinochet.

De hecho, durante el régimen militar, el 20 de agosto, día del natalicio de O’Higgins, con quien Pinochet siempre trató de homologarse, marcaba el inicio de las festividades del “mes del Ejército”, cuya siguiente celebración era el 23 de agosto. En esa segunda fecha, uniformados y partidarios civiles festejaban el aniversario en que el fallecido general había asumido la comandancia en jefe de la institución (23 de agosto de 1973). Para acercarse a la imagen del Libertador, además, Pinochet adquirió en 1982 el grado de capitán general, que había ostentado O’Higgins.

El inicio de este mes del Ejército luego daba paso al 11 de septiembre, que durante el régimen militar tenía un estatus de festividad y no de conmemoración. De hecho, en 1978 se instauró el feriado por el aniversario de la Liberación Nacional.

Este mes institucional era cerrado, días después, con las Fiestas Patrias, que, a su vez, culminaban con la Gran Parada Militar por el Día de las Glorias del Ejército.

Con el término de la dictadura, los gobiernos democráticos intentaron recuperar la imagen de O’Higgins, que seguía siendo asociada a la figura de Pinochet. Además, paulatinamente las municipalidades de Chillán y Chillán Viejo comenzaron a tomar mayor protagonismo en la celebración del natalicio del prócer, que tradicionalmente era organizado por el Ejército.

Con el fin de “despinochetizar” estas efemérides, durante el gobierno de Ricardo Lagos y bajo la comandancia en jefe de Juan Emilio Cheyre, se eliminó el feriado del 11 de septiembre. Además, el concepto de “mes del Ejército” pasó a segundo plano y volvió a reforzarse la idea del “mes de la Patria”, que partía igualmente con el natalicio de O’Higgins.

En los últimos años, ya se hizo más usual que los presidentes intervinieran y La Moneda también comenzó a asumir mayor protagonismo en esta festividad. De hecho, este año, la Presidencia estuvo a cargo de las invitaciones, lo que generó un poco de malestar en sectores militares, según admiten algunas fuentes informales de la institución.

La idea de que el gobierno tomara un mayor control del acto, junto a las municipalidades y la institución, venía barajándose desde el año pasado para remarcar que la figura de O’Higgins no sólo pertenece al Ejército, sino que a todo el país, “como su libertador”. Para ello, la ceremonia debía, además, adquirir un carácter más de Estado.

El problema, sostienen algunas fuentes militares, es que el rol del Ejército habría quedado muy reducido en la organización.

La ministra de Defensa, Maya Fernández, estuvo junto al Presidente Gabriel Boric en la ceremonia por el natalicio de Bernardo O'Higgins en Chillán Viejo.
La ministra de Defensa, Maya Fernández, estuvo junto al Presidente Gabriel Boric en la ceremonia por el natalicio de Bernardo O'Higgins en Chillán Viejo. Foto: José Humberto Campos / Agencia Uno.

“El general O’Higgins ya no existe”

En su intervención, Boric relevó la actitud desprendida del prócer, además de su espíritu democrático e, incluso, revolucionario.

“Fue O’Higgins, un hombre que abrazó e hizo suya la revolución independentista desde sus orígenes, cuando muchos dudaban o se negaban. Allanó, en conjunto con un pueblo bravo y recio, el camino para que Chile conociera su libertad y para que fueran las y los chilenos quienes eligieran a sus propios gobernantes en lugar de vivir bajo el dominio de una corona extranjera”, dijo.

El Mandatario agregó que “la libertad, la igualdad, la fraternidad, son, o al menos deben ser el núcleo de nuestra convivencia. La secreta fuerza que da sentido a nuestras instituciones”.

Además, recordó su lucha por la independencia de toda América y el desprendimiento del director supremo al abdicar y aceptar su exilio, pues “no estaba disponible para un derramamiento de sangre”, a pesar de que ello significó que muriera en Perú y nunca más pudo volver a Chile.

Boric dijo que, antes de partir, desde Valparaíso, en 1823, O’Higgins no se dedicó a pensar en cuál sería su lugar en la historia y sólo pidió que lo recordaran como “un ciudadano chileno”.

El Presidente relató que una vez en Lima, en un banquete que ofreció Simón Bolívar para celebrar -en 1824- la victoria de la Batalla de Ayacucho, que puso fin a las guerras independentistas, el padre de la patria chilena proclamó que “América está libre y que el general O’Higgins ya no existe”.

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