Cadem: Heraldo Muñoz lidera aprobación entre figuras de la ex Nueva Mayoría

Un 77% de los consultados considera que la ex Nueva Mayoría está "poco o nada" preparada para gobernar. Ese resultado arroja la encuesta Cadem en su segunda medición especial, en la que revisa la percepción ciudadana sobre las coaliciones políticas.

La cifra supera a la que obtuvo el Frente Amplio en el sondeo que se difundió el domingo pasado, cuando ese bloque obtuvo un 63% ante esa pregunta.

El contraste entre ambos bloques también se evidencia cuando se miden otros atributos, ítem en el que el FA supera en todas las áreas a la ex Nueva Mayoría: ante la consulta sobre si tienen "militantes con preparación académica y profesional", el FA logra un 41% frente a un 34% de la ex NM. Y la misma ventaja se repite en todas las otras preguntas: "Cuentan con liderazgos fuertes" (40% vs. 32%), "tienen principios y valores claros" (39% vs. 19%), "son dialogantes y están disponibles a llegar a acuerdos" (35% frente a 18%), "son tolerantes y pluralistas" (30% frente a 15%), "trabaja en terreno" (28% vs. 15%), "genera confianza" (29% vs. 9%) y "son transparentes" (28% frente a apenas un 6% de la ex Nueva Mayoría).

Los resultados, sin embargo, no tienen una correlación directa con la evaluación de los encuestados sobre los distintos personajes de cada bloque, ya que los liderazgos de la ex Nueva Mayoría obtienen, en general, un mayor nivel de respaldo que el que logran los referentes del Frente Amplio.

Quien lidera al interior de la excoalición gobernante es el presidente del PPD, Heraldo Muñoz, con un 55% de aprobación y un 34% de rechazo (la evaluación negativa más baja de todas las figuras medidas). El excanciller, una de las eventuales cartas presidenciales que se mencionan en la oposición, tiene también un 56% en nivel de conocimiento. Eso lo hace ubicarse en el lugar 13 de conocimiento entre las figuras de la ex Nueva Mayoría y le abre un margen de crecimiento en su aprobación.

En el nivel de respaldo lo sigue la senadora DC Carolina Goic, con un 48% de apoyo, y el senador PS José Miguel Insulza, quien obtiene un 47% de respaldo. Ellos tres, incluso, están por sobre la exmandataria Michelle Bachelet, quien queda en cuarto lugar, con 46% de aprobación y un rechazo de 48%.

En el Frente Amplio, quien lideró la evaluación de personajes en el sondeo de la semana pasada fue el diputado Gabriel Boric, con un 49% de apoyo, seis puntos menos de los que logra el excanciller Muñoz en la medición de la ex Nueva Mayoría.

En todo caso, la expresidenta Bachelet lidera la medición entre personajes de la ex Nueva Mayoría al revisarse los encuestados que se identifican con la izquierda o centroizquierda, una submuestra en la que el apoyo a su figura se dispara a un 67%, mientras que Muñoz logra -entre los que se identifican con la izquierda o centroizquierda- un 57%, siendo superado también por la diputada PC Karol Cariola (66%), el senador Alejandro Guillier (61%) y la diputada PC Carmen Hertz (58%).

En paralelo, al consultarse en esta encuesta por "¿cuáles son los/as principales líderes del PS, PPD, DC, radicales y PC que se le vienen primero a la cabeza?", quien aparece primero es el líder socialista, Álvaro Elizalde, con un 7% de las menciones, que son espontáneas. Y lo siguen Bachelet (4%), el senador PPD Ricardo Lagos Weber (3%), y Muñoz y el alcalde PC Daniel Jadue, ambos con 2%. La situación evidencia una falta de liderazgos claros en ese bloque, a diferencia de lo que ocurre en el Frente Amplio, en el que Beatriz Sánchez encabeza esa medición espontánea con un 12%.

Otro punto que aborda la encuesta Cadem es el rol que han jugado los partidos de este bloque, específicamente sobre la influencia que tiene cada uno de ellos.

Según la medición, la Democracia Cristiana aparece como la colectividad "más influyente". Esto, según un 26% de los consultados, mientras que el PS aparece segundo, con un 21%.

Si bien en la medición no se detallan los factores, la DC ha sido un partido clave para la viabilidad de ciertas reformas del gobierno. De hecho, el Ejecutivo se ha concentrado en buscar apoyos en la falange -y también en el Partido Radical- para aprobar sus proyectos, algo que ha tensionado la relación al interior de la ex Nueva Mayoría.

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