Catalina Pérez (RD): “Se debe dar cuenta de los avances, pero también insistir en los compromisos adquiridos, como el fin de las listas de espera o iniciar la condonación del CAE”
La diputada del Frente Amplio e integrante de la mesa de la Cámara de Diputados ahonda en los énfasis que debe tener el segundo mensaje presidencial. Advierte que no sólo debe ser un recuento de avances, sino una oportunidad para renovar promesas frente a la ciudadanía.
La segunda vicepresidenta de la Cámara de Diputados, Catalina Pérez (RD), prefiere hablar de “avances”. Y es que aunque responde que la polémica -abierta por la ministra vocera, Camila Vallejo- en torno a los “legados” del Presidente Gabriel Boric es ficticia, la expresidenta de Revolución Democrática sí plantea que la cuenta pública no solo debe ser un compendio de las medidas adoptadas en un poco más de un año de administración, sino también una oportunidad para renovar los compromisos adquiridos con la ciudadanía en el programa de gobierno.
Y entre esos compromisos, menciona la concreción de una reforma tributaria y de pensiones, la reducción de las listas de espera en salud y una promesa particularmente sentida para su sector: el inicio de la condonación del Crédito con Aval del Estado (CAE).
En el oficialismo se ha dicho que la alocución del Presidente debe ser un “punto de inflexión” respecto al rumbo. ¿Qué debe marcarse con este discurso?
Esta es la primera cuenta pública donde podemos hablar mirando hacia atrás, resaltando los avances propios que hemos conseguido como gobierno. Pero también creo que toda cuenta pública es un espacio de orientación respecto hacia dónde debemos conducir el país en el siguiente periodo y evidentemente, eso marca un punto de inflexión (...). Con eso quiero decir que en esta cuenta pública se debe dar cuenta de los avances, pero también insistir en los compromisos que hemos adquirido con la ciudadanía, como el fin de las listas de espera o de la reducción de la deuda de las familias a través del inicio de la condonación del CAE. Hay que destacar lo que se ha avanzado, sin dejar de insistir también en las agendas donde todavía nos falta por avanzar. Eso es poner el foco en compromisos de avances de políticas concretas, que impactan directamente a las familias chilenas.
¿Eso ha estado al debe en este primer año y meses de administración?
Hoy tenemos dos obstáculos para avanzar: el primero tiene que ver con la falta de definición por parte de la oposición, que no se decide por colaborar o por ir a la cola del Partido Republicano. Y el segundo obstáculo tiene que ver con la ausencia de conexión de las personas respecto de lo que hace el Ejecutivo. Cuando las discusiones políticas se enredan, se encapsulan, se ‘tecnocratizan’ o no tienen concreción, el debate se aleja de lo público y es simplemente un ruido para la gran mayoría de la población, y por eso es importante que los avances y las proyecciones se piensen lo más concretamente posible. Espero que esa mirada esté presente en la cuenta pública de de este periodo, sobre cómo logramos hacer que la política y la gestión de este gobierno conecte con las necesidades del día a día.
¿Y eso ha sido un obstáculo para la gestión de gobierno? Los sondeos de opinión y los recientes resultados electorales dan cuenta que el gobierno ha perdido adhesión -por ejemplo- en los sectores populares.
Sí, creo que es uno de los obstáculos, así como es un obstáculo la relación con la oposición y la indefinición estratégica de la oposición de la que conversábamos. También es un obstáculo cuando no logras traducir las reformas estructurales en cambios concretos en el día a día de las personas, o conectar por tanto con los mayores problemáticas, dolores o deseos de la población. Ahí tenemos digamos un margen de mejora importante.
Mencionaba la condonación del CAE, o al menos el inicio de una política gradual como un compromiso con la ciudadanía. ¿Qué expectativas tienen como Apruebo Dignidad respecto a ese tema particular?
Cuando se habla de ‘agendas identitarias del progresismo’ y nos referimos -por ejemplo- a la agenda de condonación del CAE como una de ella, creo que hay un problema. Que sea una agenda del progresismo no la exime como una agenda de mayorías. Pongo un ejemplo: se dice que el feminismo es una agenda identitaria, ¿pero alguien podría decir que asegurar el pago de pensiones de alimento, una demanda profundamente feminista, es un tema de nicho? No. Entonces, el problema del progresismo es otro. El problema es que centramos la atención y la explicación en un sujeto específico en vez de abordarlo como un problema universal. Tenemos que volver a hablar de la desigualdad como el fundamento de los problemas sociales y de cómo alivianamos la carga de las siete de cada diez personas que en Chile están endeudadas. En eso, la demanda del CAE o del inicio de la condonación es una política concreta, que cambia el día a día y que no es de nicho.
¿Tienen luces de que esa demanda vaya a ser incluida en el mensaje presidencial? El ministro de Hacienda, Mario Marcel, recalcó que eso se abordará una vez que estuviese resuelta la reforma tributaria y eso no ha ocurrido.
Creo que por un lado hay que seguir buscando distintos mecanismos de respuesta a las urgencias de la población y ademas, la oposición debe comprender que un nuevo acuerdo tributario que abra la puerta a respuestas más profundas al problema de la desigualdad y abandono de las familias es urgente. De todas formas, esto se ha conversado en diversas oportunidades, y el único que conoce el contenido o lo que se va a anunciar en específico en esta cuenta pública es el Presidente Boric.
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