Chile Vamos agenda reunión de directivas tras las recriminaciones provocadas por fracaso de acusación contra ministro Ávila
Para este lunes 17 la UDI, RN y Evópoli están coordinando un encuentro a fin de alivianar las tensiones internas que se produjeron entre los partidos tras el fallido libelo en contra del jefe del Mineduc.
Fue a través de un mensaje de WhatsApp al grupo de las directivas de Chile Vamos que el presidente de RN, el senador Francisco Chahuán, convocó a sus pares de la UDI y Evópoli a una reunión de emergencia para el próximo lunes 17, luego de que la oposición sufriera una dura derrota con el rechazo de la admisibilidad de la acusación constitucional contra el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila.
La timonel de Evópoli, Gloria Hutt, confirmó su asistencia -aunque el lugar aún está por definir-, mientras se esperaba que hiciera lo mismo su par de la UDI, el senador Javier Macaya.
Y es que luego de que el libelo -que impulsó RN y un grupo de parlamentarios evangélicos- no prosperara, se abrió una crisis entre los tres partidos debido al desorden del sector en la votación. Mientras en Evópoli los diputados Francisco Undurraga y Jorge Guzmán votaron en contra, en la UDI hizo lo mismo Joaquín Lavín León. Ello provocó recriminaciones particularmente entre RN y Evópoli.
De ahí que desde la coalición salieran a calmar las aguas, luego de que tras el desmarque de la tienda que dirige Hutt algunas voces en RN -como los senadores Manuel José Ossandón y Paulina Núñez- llamaron incluso a sacarlos de Chile Vamos. “No tiene sentido estar en la misma coalición”, dijo la última, mientras que el primero sostuvo que el partido debía seguir el “camino propio”.
De todas maneras, la tensión interna fue disminuyendo durante la jornada de este jueves, mientras algunos senadores, como Luciano Cruz Coke (Evópoli), hicieron llamados a tener mayor coordinación como sector opositor.
El propio Chahuán aseguró que “se requiere más coordinación y más capacidad de levantarse como una alternativa programática para el país”. “Creemos que sin lugar a dudas la coalición tiene el desafío de transformarse en una coalición 2.0, donde no solamente sea una alianza puramente electoral, sino que, además, se levante como una opción y una alternativa frente a la actual administración”, añadió en radio Biobío.
La derrota con la acusación constitucional dolió particularmente en la derecha, pues se consideraba a Ávila como uno de los ministros más débiles del gabinete de un gobierno que vive una crisis política por las transferencias entre fundaciones y el Ministerio de Vivienda. Además, el fracaso alimentó la tesis de que la verdadera oposición a La Moneda son los errores propios del gobierno, más que la contraposición que hace la derecha.
La disputa de Undurraga con Schalper
Cuando se presentó la acusación constitucional el jefe de bancada de Evópoli, Francisco Undurraga, reaccionó con molestia al enterarse que uno de los integrantes de su comité, el independiente Christian Matheson, aparecía firmando la presentación.
Hasta ese minuto, si bien el mismo Undurraga había expresado ciertas señales a favor del libelo acusatorio, su bancada había preferido mantener una postura cautelosa. La principal demanda que tenía el grupo que lidera Undurraga era que la presentación no se centrara exclusivamente en las críticas a los programas de educación sexual, que a juicio de las legisladoras evangélicas, Francesca Muñoz y Sara Concha (ambas del Partido Social Cristiano), vulneraban el derecho preferente de los padres para educar a sus hijos.
Distintas fuentes del oficialismo señalan que Undurraga se quejó con el diputado y secretario general de RN, Diego Schalper, a quien culpó de haber gestionado la firma de Matheson a espaldas del comité de Evópoli. Schalper, quien primero se plegó al libelo a título personal, fue clave para convencer a las fuerzas opositoras de la necesidad de apoyar la arremetida de las legisladoras cristianas.
Si bien algunos dirigentes de derecha relatan que la firma de Matheson en realidad fue gestión de la diputada Muñoz, el episodio contaminó el proceso de deliberaciones antes de la votación, en la que finalmente los dos diputados militantes de Evópoli (Undurraga y Jorge Guzmán) decidieron rechazar el libelo, mientras que los otros dos legisladores independientes de ese comité (Matheson y Hotuiti Teao) se pronunciaron a favor.
El voto en contra de Undurraga y Guzmán fue resentido especialmente por Schalper, quien incluso llegó a decir que ello era una “puñalada” al corazón de Chile Vamos. Incluso, a partir de la molestia del secretario de RN comenzaron a sumarse otras voces de la UDI y Renovación pidiendo sanciones a Evópoli. Por ejemplo, intentar destituir a Undurraga de la presidencia de la Comisión de Defensa o quitarle las firmas de diputados de la UDI y RN que le permiten a Evópoli tener la calidad de “comité” (se requieren siete parlamentarios para tener representación, voz y voto en las reuniones de jefes de bancada).
No obstante, al cierre de esta edición eran más los diputados que estaban tratando de poner paños fríos para que no prosperaran aquellas represalias.
La pugna entre Undurraga y Schalper, sin embargo, también tenía un trasfondo de carácter estratégico respecto del rol opositor y el futuro de la derecha.
Detrás de la decisión del diputado de Evópoli de votar en contra de una acusación -que el oficialismo tildó de homofóbica, debido a la orientación sexual del ministro Ávila-, también había un clara señal política de esa colectividad, que promueve un ideario liberal y tolerante con la diversidad sexual, de diferenciarse con sectores más conservadores como los republicanos y los grupos evangélicos del Congreso.
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