Chile Vamos: la dura derrota de la derecha tradicional y las primeras señales a Kast

Lo que era un secreto a voces al interior de Chile Vamos, comenzó a hacerse realidad cerca de las 19:30 horas, cuando el Servel comenzó a actualizar los resultados de la elección de los 50 constituyentes, mostrando que el Partido Republicano arrasaba en todo el país y los superaba en votación a nivel nacional y en número de constituyentes.

En Renovación Nacional, la UDI y Evópoli sabían que el avance electoral de sus exaliados no era un espejismo y que su líder José Antonio Kast había aprovechado astutamente -en esta corta pero intensa campaña- el apoyo irrestricto que ellos habían dado a este nuevo proceso, pese al amplio triunfo del Rechazo en el plebiscito del 4 de septiembre pasado.

Pero ni en sus peores pesadillas esperaba una diferencia de 11 constituyentes versus los 22 que ganaron los Republicanos. El peor escenario que tenían era sacar entra entre 10 y 14 escaños en el Consejo Constitucional.

El nocaut propinado por el joven partido de la derecha más conservadora -fundado en 2019- también se reflejaba en una gran diferencia en la votación a nivel nacional: Republicanos obtuvo 3.451.066 votos (35,42%) y la derecha tradicional 2.053.165 sufragios (21,07%).

Kast, con gran contundencia se quedaba con la primera de las tres batallas incluidas en su plan para llegar a La Moneda en 2026. Las que vienen son las elecciones municipales del próximo año y la presidencial de 2025.

El partido más golpeado de la lista Chile Seguro fue RN, que esperaban un mínimo de ocho constituyentes y sacaron cuatro y daban por hecho que superarían a la UDI. Nada de eso ocurrió y tuvieron derrotas inesperadas como la de Gonzalo Ibáñez en Valparaíso, la del empresario Juan Sutil en la Sexta Región y Luis Valentín Ferrada, en el Maule.

Cuando las cifras ya eran irremontable, el presidente de RN, Francisco Chahuán, y el secretario general, Diego Schalper, se encerraron -a solas- en una de las oficinas del partido para definir el plan de acción. Se les venía tiempos complejos. Y así se los hizo saber una concejala que, cerca de las 20:30 horas, pegó en la reja de la casona de calle Antonio Varas un lienzo pidiendo la renuncia de los dos

En los próximos meses RN tiene elecciones internas, las que sin duda, estarán marcadas por los malos resultados obtenidos ayer que la disidencia no dudará en enrostrarle a la directiva.

Una dirigente del partido que prefiere hablar en off reconoce que no fueron “capaces de dimensionar la profundidad del estrés posttraumático de los chilenos tras el plebiscito y que la rabia con que estaba votando la gente contra la exconvención”.

En la UDI también fue una tarde de mucha tensión. La directiva liderada por el senador Javier Macaya y la secretaria general, María José Hoffmann, esperaron en la sede del partido los resultados, junto a varios diputados y miembros de la comisión política.

En un síntoma de que las cosas no iban bien, minutos antes de las seis de la tarde, la UDI cerró sus puertas a la prensa que, al no ver movimiento en el hotel en Las Condes al que habían sido convocados días antes, llegaron a la casona en calle Suecia.

Otra alerta fue la llegada de muchos jóvenes a la sede del partido, con la intención de apoyar a la directiva en un momento difícil. Un grupo de ellos lo hizo en un auto con el himno del partido sonando a un volumen muy alto.

Ya conocidos los resultados, los miembros de la Juventud UDI comenzaron a salir de la casona y uno de ellos, incluso, bromeó señalando que al parecer “el carrete estaba mejor en Presidente Errázuriz (sede de Republicanos) y que se irían para alla”.

Aunque Macaya nunca quiso hacer proyecciones, extraoficialmente en la UDI hablaban entre cuatro y seis, lo cual se cumplió.

Sí dolió mucho que se perdiera el candidato por la RM, Rodrigo Delgado, a quien daban por seguro y como primera mayoría en la capital y que finalmente fue dejado afuera por la presidenta de Evópoli, Gloria Hutt, la única convencional electa de su colectividad.

Macaya decidió esperar que hablara Kast, escuchar al oficialismo y algunas reacciones de sus pares de Evópoli y RN, y luego se sentó a elaborar su discurso, que expondría mas tarde junto a sus partidos aliados.

Mientras tanto, el diputado Jorge Alessandri salió a hablar con la prensa, adelantando como venía el mensaje de su colectividad: “La UDI sigue siendo el partido más votado de Chile Vamos y el segundo partido más votado del país y tiene que aprovechar ese capital político para hacer de puente (con Republicanos)”.

Como era de suponer, varios parlamentarios del bloque comenzaron a destacar “el triunfo” de la oposición por sobre el oficialismo en redes sociales. “Hoy Chile le dijo nunca más al octubrismo y a la refundación de la izquierda”, puso en su Twitter el diputado Juan Antonio Coloma (UDI).

Presagiando una noche difícil y un conteo más lento que en elecciones anteriores, los tres partidos esperaron los cómputos en sus respectivas sedes, en un ambiente a puertas cerradas, muy cauteloso y a ratos tenso.

Recién a las 21:15 horas comenzaron al legar al hotel en Las Condes donde se había citado desde temprano a la prensa y cuyos salones se habían mantenido vacios durante toda la tarde.

Tras escuchar y ver juntos el discurso del Presidente Boric en La Moneda en en dos pantallas gigantes , los dirigentes subieron a una tarima y fueron deslizando el mensaje previamente acordado por teléfono y por WhatsApp.

Los ejes fueron dos: defender el habérsela jugado por un nuevo proceso constituyente, convencidos que era lo mejor para Chile, y endosar la responsabilidad a Kast y a su partido -que a partir de ahora se convertían en la principal fuerza opositora- de los próximos acuerdos en torno a la nueva Carta Fundamental, que será plebiscitada el 17 de diciembre.

“Ellos (Republicanos) ahora tienen que asumir una responsabilidad distinta, porque es muy diferente tener un senador o dos senadores, que 22 consejeros”, señala un alto dirigente del bloque opositor.

El primero en hablar en la rueda de prensa fue Chahuán, quien destacó el triunfo de los candidatos de oposición: “Hoy ganaron las ideas de la libertad y se ha derrotado un proyecto que le ha causado mucho dolor a Chile, el octubrismo (...) Y estamos disponible a tener diálogos con todas las fuerzas políticas”.

El senador advirtió que ellos siguen teniendo la mayoría en el Parlamento: “Nuestros diputados y diputadas tendrán una responsabilidad importante en acompañar y ser los articuladores de una nueva y buena Constitución y ser capaces de sacar adelante las urgencias de los chilenos”.

Hutt dijo que “nos importa mucho tener un rol de centro y ser un puente entre la derecha más radical y la izquierda más radical que van a estar ahí presente”.

A su turno, Macaya dijo que el partido de Kast “hoy tiene una responsabilidad mucho mayor, que es ir construir y no a destruir”.

“Más allá del costo electoral y político, para nosotros como sector lo más importate es el final (de este proceso),.. Creemos que el diálogo y la capacidad de construir acuerdos y puentes es parte de lo que hemos hecho siempre y vamos a seguir insistiendo en eso”, agregó el senador.

Otro de los efectos de la derrota de Chile Vamos fue la ausencia en el hotel de sus figuras mejor evaluadas en las encuestas, los presidenciables Evelyn Matthei (UDI), Rodolfo Carter (indep.) y Germán Codina (RN), quienes habían tenido un rol protagónico en la recta final de la campaña, incluida la franja en televisión.

Los resultados obligan a que tanto Chile Vamos como el Partido Republicano se sienten a dialogar, para lo cual tendrán hasta el 7 de junio, cuando los 14 expertos le entreguen el anteproyecto de nueva Constitución.

“Han empezado algunos contactos, yo los he tenido personalmente con algunos diputados de esa bancada que me han transmitido que entienden la responsabilidad”, adelantó anoche el diputado Jorge Alessandri.

Macaya, en tanto, afirmó que todos los que votaron por los candidatos republicanos “es gente que viene de nuestro ADN” y advirtió que los acercamientos con sus exaliados dependerán de que “no les sigan diciendo ‘traidores’, ‘globalistas’ y ‘aliados del Partido Comunista’”.