Cómo ha sido el despliegue de los embajadores políticos de Boric
Luego de la última polémica de Javier Velasco en España, desde el mundo diplomático han insistido en la importancia de mantener el equilibrio de 80% de representantes de carrera y 20% del mundo político, que hoy no se cumple. Hoy, hay 21 personeros de este último sector, quienes, hasta ahora, han logrado mantener la confianza del Presidente con agendas enfocadas en DD.HH, comercio y seguridad.
“Primero, sería bueno hacer una evaluación respecto del desempeño de los embajadores políticos, para evitar el compadrazgo, el pituto, el premio ‘porque no ganaste la elección te mando para allá’. (...). No naturalicemos el pitutismo, el amiguismo político que muchas veces se genera”.
Las palabras son de octubre de 2021 y pertenecen al hoy Presidente Gabriel Boric, en momentos en que aún era candidato a La Moneda. Su mensaje fue transmitido en una conversación que sostuvo en esa época con la Asociación de Diplomáticas y Diplomáticos de Carrera (ADICA), durante pleno período de propaganda electoral, de cara a los comicios en los que se impuso ante José Antonio Kast.
Hoy, a más de tres años de llegar a La Moneda, el Mandatario ha enfrentado distintas crisis políticas, pero desde la llegada del canciller Alberto van Klaveren ha logrado amortiguar, en parte, algunas crisis. Episodios que no han incorporado, sin embargo, las polémicas que se han generado por personeros que representan a Chile en el extranjero, las que han complicado al Mandatario en más de una ocasión.
La más reciente fue la que protagonizó el embajador de Chile en España, Javier Velasco, militante de Convergencia Social y amigo personal de Boric, quien durante un foro económico en Madrid planteó que, ante el debilitamiento de las relaciones con Israel producto del conflicto en Gaza, Chile podría buscar en España un nuevo socio en el sector de defensa.
La situación le significó un segundo llamado al orden desde el Ejecutivo, y bajo la intensa presión de la oposición y sectores del oficialismo para que abandone el cargo. Pero Velasco se mantuvo.
Hoy, el embajador es uno de los 21 representantes de Chile en el exterior, de un total de 93, que no son diplomáticos de carrera, lo que ha levantado las alarmas desde este último sector. Esto porque fue el propio Boric quien durante la campaña se comprometió a respetar el guarismo que se ha buscado establecer en las últimas presidencias: 80% de embajadores de carrera y 20% provenientes de partidos políticos.
Ese número hoy no se respeta, ya que hay 77,42% embajadores de carrera y 22,58% del mundo político. Además de Velasco, dentro de los rostros que integran este último espacio hay figuras como Beatriz Sánchez, Jaime Gazmuri, Margarita Portuguez, Sebastián Kraljevich, Juan Gabriel Valdés, José Antonio Viera Gallo, Ximena Fuentes y Magdalena Atria.
Respecto al guarismo, desde la ADICA, su presidente, Cristian Piña, respondió a La Tercera que “lo que esperamos es que sean los profesionales del servicio exterior los que deberían llevar a cabo el liderazgo de nuestras misiones en el exterior. El 80/20 es un equilibrio que se ha respetado tácitamente con los años y esperamos que debería mantenerse. Tenemos el conocimiento de los códigos, tiempos y formas en las que se desarrollan las relaciones. En muchos lugares decir o no decirlo determina mucho la relación bilateral”.
Velasco, eso sí, no es el único que ha protagonizado polémicas en el mundo de los embajadores políticos. Otro caso que aún resuena es el de Susana Herrera, exrepresentante en Reino Unido, quien salió del cargo tras buscar financiamiento de US$ 5 millones en el Gobierno Regional del Biobío sin avisar a Cancillería.
Evaluación
La Cancillería dice que evalúa de forma “permanente” el “desempeño” de sus misiones y funcionarios. Quien lleva habitualmente el contacto con las embajadas es la Secretaría General de Política Exterior (Segen), a cargo de Rodrigo Olsen. En su equipo se encargan de mantener “un contacto permanente con nuestras embajadas para verificar el cumplimiento de las directrices de la política exterior de Chile y las acciones determinadas para su ejecución”.
Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores advierten además que esta evaluación “no puede realizarse según criterios rígidos. Es dinámica y necesariamente debe ser flexible, porque atiende a los vínculos de Chile con el país o misión de destino; al contexto interno de dichos países, y a los énfasis de la Cancillería y del gobierno en determinado período”.
En La Moneda también se ven con atención las redes políticas que se puedan reforzar con la presencia de embajadores militantes en dichos países. Salvo las polémicas, en estos puntos es donde, por ejemplo, Velasco ha logrado convencer al gobierno para mantenerse en el puesto.
Su gestión ha estado marcada, dicen en el gobierno, por la política exterior feminista, su relación con el mundo empresarial o la memoria histórica, además de las visitas recíprocas que han realizado Boric y su par en España, Pedro Sánchez.
Además, Velasco -dicen las mismas fuentes- ha logrado cosechar una buena relación con los tres presidentes socialistas desde el retorno a la democracia -Felipe González, José Luis Rodríguez y Sánchez- o figuras de la oposición como el alcalde de Madrid, José Luis Martínez (Partido Popular). Esto junto a la buena relación que ya tenía el frenteamplista con sectores de Podemos.
Otra figura del FA que encabeza una embajada es Beatriz Sánchez, excandidata presidencial del sector que está ejerciendo labores en México, cuyo TLC con Chile cumple 25 años en 2024 y sobre el que hoy la frenteamplista está trabajando en su actualización.
En la embajada dicen que Sánchez ha visitado 15 de los 32 estados mexicanos, que trabajó en la agenda de los 50 años del golpe de Estado y que hoy tiene una buena relación con las ministras de la Mujer y Cultura y con la canciller Alicia Bárcena, quien, antes de asumir dicho cargo, ejerció como embajadora en Chile.
La exabanderada, además, conoció a la Presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, cuando esta, como alcaldesa de Ciudad de México, le entregó a Boric el título de visita ilustre cuando viajó en noviembre de 2022.
Sin embargo, en el mundo diplomático se mira con atención que, hasta ahora, Sánchez no se haya reunido con ella desde que ganó la jefatura de Estado.
Por otro lado, en el FA también está Sebastián Depolo, extimonel de RD que está en Brasil. Su caso es emblemático, ya que estuvo casi un año sin recibir el beneplácito del gobierno de Jair Bolsonaro y solo pudo presentar sus cartas credenciales cuando Lula asumió en Planalto.
De hecho, en el mundo diplomático se cuestionó constantemente la persistencia del Ejecutivo con la designación de Depolo en Brasil, ya que consideran que se perdió terreno al quedar sin embajador por un año en una de las zonas más importantes para Chile.
La gestión del dirigente ha estado marcada por temas de colaboración en seguridad, en defensa y en reforzar el turismo entre ambos países.
Un último rostro del FA en la delegación de embajadores es Sebastián Kraljevich, quien también es amigo de Boric y cumple funciones en la OEA. Kraljevich ha puesto su foco en la defensa de los DD.HH., lo que intentó demostrar con los homenajes que organizó por Salvador Allende con motivo de los 50 años. En esa línea jugó un rol para la elección de Chile en la presidencia de la Comisión de Asuntos Jurídicos y Políticos, encargada de esas materias. Además ha impulsado resoluciones condenatorias a situaciones que han ocurrido en Nicaragua o Guatemala.
Pero las embajadas políticas también han caído en manos de personeros del Socialismo Democrático. El ejemplo más emblemático en esta gestión es la exministra Paula Narváez (PS), quien ejerce en la ONU. Allí, la socialista ha liderado la postura de que Valparaíso sea la sede del “Acuerdo sobre la Conservación y Uso Sostenible de la Biodiversidad Marina Más Allá de las Jurisdicciones Nacionales”.
Narváez también fue electa como presidenta del Consejo Económico y Social (Ecosoc) y ayudó en la coordinación de la visita del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, a Chile.
Otro PS es José Antonio Viera Gallo, representante en Argentina, quien cuenta con experiencia en dicho país tras haber ejercido funciones durante otros dos gobiernos, por lo que hoy se ha dedicado a fortalecer las relaciones políticas que tejió en el pasado.
Su designación se dió tras la victoria de Javier Milei y tuvo que afrontar también el “error” asumido por el gobierno argentino tras la instalación de paneles en territorio chileno.
El socialista reemplazó a Bárbara Figueroa (PC) en Buenos Aires, quien también protagonizó un traspié cuando se intentó honrar al poeta Gonzalo Rojas con un video que después fue bajado de redes sociales por ser “de dudoso gusto estético, presenta textos con faltas de ortografía y atribuye poemas a Gonzalo Rojas que no son de su autoría”, según el hijo del escritor.
En todo caso, desde el entorno de Figueroa señalan que el vídeo fue elaborado bajo el periodo anterior, de Nicolás Monckeberg, y que fue difundido sin su autorización, mientras estaba de vacaciones.
Entre todos los embajadores, uno de los que asumieron un complejo rol es Jaime Gazmuri, PS, que aceptó representar a Chile en Venezuela.
Con su llegada a Caracas, Boric intentó retomar las relaciones con el régimen de Nicolás Maduro. Sin embargo, la decisión ha sido cuestionada debido a las tensiones que han existido con ese país. En el mundo diplomático se cuestiona que Gazmuri tiene poco margen de acción y que el gobierno de Boric fue ingenuo al intentar volver a poner un embajador tras cinco años de vacancia.
“La misión es establecer una relación fluida con el gobierno y con la sociedad civil, que incluye a las fuerzas políticas de todo el arco. Me he concentrado mucho en la relación con las universidades, organizaciones no gubernamentales, el empresariado”, sostuvo Gazmuri a La Tercera, quien también será los ojos con los que Chile dispondrá para las próximas elecciones presidenciales del 28 de julio.
En términos generales, Benjamín Salas, exasesor de asuntos internacionales de Sebastián Piñera, afirmó que “como en todos los gobiernos, hay embajadores políticos que han hecho un trabajo excelente. El problema es que el Presidente Boric ha cometido errores en países relevantes, y a diferencia de gobiernos anteriores, no los ha corregido a tiempo. Creo que, en varios casos, el Presidente ha privilegiado sus intereses partidistas y personales antes que los intereses del Estado. El caso de España es el más paradigmático, pero Brasil estuvo sin embajador por casi un año, y la exmbajadora del Reino Unido fue un bochorno”.
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