Emilia Ríos (RD), alcaldesa electa de Ñuñoa: “Este proyecto logró encantar porque apostamos a una construcción más amplia que el FA”
La jefa comunal explica que para su triunfo fueron “claves” los apoyos del PS y asegura que “aún hay espacio” para un acuerdo de la oposición de cara a un “gobierno progresista”. Además, reconoce que la nueva camada de alcaldes del FA tiene la “responsabilidad” de proyectar gobernabilidad.
La hoy alcaldesa electa de Ñuñoa, Emilia Ríos (RD), cuenta que aún está emocionada por haber logrado arrebatarle a Chile Vamos una municipalidad que habían gobernado desde 1996, pese a que competía contra otros dos candidatos de la oposición.
Su victoria fue una sorpresa para el Frente Amplio, donde el triunfo de Ríos junto con las otras dos victorias emblemáticas de RD -Tomás Vodanovic en Maipú y Macarena Ripamonti en Viña del Mar- consolidaron el revival del bloque. En ese sentido, la futura alcaldesa asegura que una de las responsabilidades de su generación será demostrar las capacidades de gobernar de su coalición y llama a derribar los mitos sobre la “inexperiencia” de los frenteamplistas. “La responsabilidad que siento es la de responder a vecinos y vecinas, si eso después se traduce en que el FA se transforma en una coalición que puede gobernar, bien”, dice.
¿A qué atribuye su triunfo?
Primero, el momento político nacional, donde quedó claro que no da lo mismo si gobierna la derecha o no. Eso, obviamente, tuvo un impacto al nivel local. En Ñuñoa, después de 24 años de gestión de derecha, nos encontramos con una comuna que se siente muy abandonada por el municipio. Esa distancia, sumada a este momento político, instalaron la necesidad de que necesitábamos un cambio.
¿Ese “momento” fue lo que dio fuerza al FA?
Exactamente. Y en el caso particular de Ñuñoa, este proyecto logró encantar porque también apostamos a una construcción más amplia que el FA. Fue un proyecto muy enraizado en lo local, con independientes, con listas de concejales que no eran FA y eso le hizo sentido a la comunidad.
¿Cuáles son los primeros planes para su administración?
Lo importante es lograr una comuna más justa. Aquí hay varias heridas y una es el abandono del sector sur, que es muy notorio. Queremos una comuna innovadora y sustentable, porque tenemos gran potencial en la comunidad y es un desafío ineludible para el siglo XXI. En pandemia, primero queremos hacer una revisión de cómo están trabajando las ayudas sociales, si necesitamos ampliarlas y diversificarlas y potenciar la economía local. Queremos también hacernos cargo de la violencia de género, con un equipo de emergencia rápida para tomar los casos más urgentes. Y en seguridad, vincular más a los funcionarios de seguridad pública con las organizaciones barriales.
¿Cómo va a ser su relación con el gobierno?
La relación con el gobierno se tiene que dar a través de los cauces institucionales.
Usted ganó pese a la división de la oposición. ¿Por qué cree que eso no fue tan complejo?
Planteamos un programa a través de un proceso participativo, la idea de una gestión feminista y qué significa eso para todas las áreas del municipio. Eso fue algo que la comunidad valoró, sobre todo los últimos días de campaña.
¿Fue clave el apoyo del PS?
Fueron claves los apoyos de la base del PS. También de la base del PR y de bastantes militantes del PPD. Decidimos concentrarnos en esa historia compartida más que en las divisiones que de repente se nos imponen desde los niveles nacionales.
Su caso se usó como un ejemplo para contrastar con la fallida primaria amplia de la centroizquierda. ¿Cómo vio esa jornada?
Fue lamentable el espectáculo que se vio a nivel público y lo asemejo mucho a una tragedia griega. Más o menos sabíamos que ese iba a ser el desenlace o uno podía intuirlo. A nivel nacional hay muchas desconfianzas, pero nuestra apuesta acá, a nivel comunal, es justamente dar el ejemplo a partir de los hechos. La política nacional se construye muchas veces en base a cuñas, a dimes y diretes y no en torno a proyectos concretos.
¿Le hubiese gustado tener a Narváez en su primaria?
Esperaba una primaria más amplia, sin embargo, el ejercicio entre Boric y Jadue va a permitir discutir más finamente las diferencias entre esos liderazgos. Eso es positivo.
¿Es suficiente una primaria solo con Jadue para ser gobierno?
La primaria es una oportunidad de seguir profundizando en un programa. Viene una segunda vuelta y el llamado es que luego que tengamos eso busquemos instancias de convergencia. Aún hay mucho espacio de acuerdo a nivel social en la oposición para un gobierno progresista.
¿Margen para volver a encontrarse con el PS y el PPD?
Esperaría que sí, que las voluntades vayan hacia esa convergencia programática.
¿Y la DC?
Lo más amplio que se pueda, diría yo.
Al FA se le critica una falta de experiencia para dar gobernabilidad. ¿Cómo se sacan ese peso?
Prefiero no hacer tantas promesas y, de hecho, si miras el programa, no hay tantas. Lo que estamos proponiendo es una forma de trabajo y un método. Eso pasa por presencia territorial, por tener muchos canales abiertos con la comunidad y por tener mucha transparencia. Cuando conjugas eso se puede pensar que vamos a tener una buena gestión. En mi caso personal, también nos hemos ido formando, fui concejala cuatro años, tengo un magíster en Gerencia Pública.
¿Es un mito esa falta de experiencia?
Hay mucha desconfianza a la juventud, muchos mitos en torno a la generación millennial, cuando como generación trabajamos muchísimo, muchas veces en condiciones precarias de contratación. Esta generación está trabajando muchísimo para aportar y sacar este país adelante.
Pero la experiencia que sí tuvo el FA con Jorge Sharp en Valparaíso fue muy cuestionada...
Si miras el sistema municipal en serio, todas las gestiones tienen problemas. El punto es que se ha puesto un zoom mediático a las gestiones del FA, no significa que no nos vayamos a hacer cargo, para nada, pero hay que mirar el escenario completo.
¿Los alcaldes RD tienen la responsabilidad de que el FA proyecte gobernabilidad?
La responsabilidad que siento es la de responder a vecinos y vecinas, si eso después se traduce en que el FA se transforma en una coalición que puede gobernar, bien. Esa es una responsabilidad que sé que mis compañeros y compañeras tienen clarísima también.
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