Exembajador de Chile en Francia arremete contra gobierno de Boric y acusa “destrucción” de su carrera diplomática
José Miguel Capdevila dice que fue removido del cargo aduciendo que tenía un sumario administrativo por la denuncia de dos funcionarias diplomáticas sobre un presunto maltrato laboral.
El exembajador de Chile en Francia, José Miguel Capdevila, se lanzó en picada en contra del gobierno del Presidente Gabriel Boric, acusando la destrucción de su carrera diplomática.
Mediante una carta al director en El Mercurio, el otrora representante diplomático expresó sus descargos luego que se le solicitara la renuncia, aduciendo que tenía un sumario administrativo por la denuncia de dos funcionarias diplomáticas sobre un presunto maltrato laboral.
“Después de una larga carrera de 43 años en el servicio exterior de Chile, habiendo servido al país durante nueve gobiernos desde mi ingreso a la Academia Diplomática, el Presidente Gabriel Boric decidió poner término a mi labor diplomática y al cargo de embajador”, inicia la misiva.
Capdevila explica que fue nombrado por la actual administración como embajador en Francia y representante permanente ante la Unesco en junio de 2022 y que previamente, había servido como embajador en Filipinas durante la administración del expresidente Sebastián Piñera.
“Llevando un año en funciones en Francia, el canciller (Alberto) Van Klaveren decidió removerme del cargo aduciendo que tenía un sumario administrativo por la denuncia de dos funcionarias diplomáticas sobre un presunto maltrato laboral. La determinación del ministro se adoptó violando el principio de inocencia y el debido proceso que la Constitución y las leyes garantizan a cualquier ciudadano. Tal decisión se materializó un mes antes de la visita oficial del Presidente Gabriel Boric a Francia”, prosigue.
Así mismo, señala que el ministro de Relaciones Exteriores se propuso nombrarlo embajador en Canadá, cargo que aceptó, pero que finalmente no prosperó al rechazarse por las autoridades canadienses la solicitud de agreement. “Algo inédito en la historia de las relaciones diplomáticas entre ambos países. Este desenlace solo puedo atribuirlo a la impericia de la subsecretaria Gloria de la Fuente quien, pocos días antes de enterarme del hecho por los diarios, estaba participando en Ottawa de consultas políticas con sus contrapartes canadienses”.
“Por su parte, la determinación de removerme de mis funciones en Francia ocurrió en un contexto donde tres embajadores de carrera, con sumarios por maltrato laboral, continuaron en sus cargos en el exterior, violándose el principio de igualdad ante la ley”, sostiene.
“Distinta suerte corren los ‘amigos del poder’”
En el texto apunta que posterior a su regreso a Chile, las autoridades del ministerio lo mantuvieron durante un año en su casa sin asignación de funciones, “algo que contraviene mis derechos laborales y el estatuto administrativo”.
“El sumario instruido adoleció de la objetividad e imparcialidad necesarias. Se designó a una abogada vinculada a un colectivo feminista como primera fiscal, y luego a una embajadora de carrera que había sido jefa de una de las denunciantes en una representación diplomática. Durante el proceso mi abogado refutó todos los cargos de las denunciantes, fundamentando mi inocencia. Sin embargo, el fallo de la subsecretaria, refrendado por el ministro, determinó una sanción muy menor, casi simbólica, en proporción a los cargos formulados”, añade.
Y acusa que “esto nunca fue la búsqueda de la verdad administrativa, solo el previsible epilogo de una persecución política, atizada con perspectiva de género, del “yo te creo amiga”, y la intervención de una influyente ministra en apoyo de las funcionarias” y dice que “paradojalmente, una de ellas fue responsable directa, luego de mi partida de París, de la renuncia de una antigua secretaria de la embajada por maltrato laboral, antecedente que obra en poder de la subsecretaria de la Fuente”.
“Esta ordalía que me tocó padecer, concluyó en julio pasado cuando recibí una fría carta del ministro Van Klaveren, solicitándome la renuncia por pérdida de confianza del Presidente de la República. Una semana antes, durante una reunión, la subsecretaria me dijo que tal vez podrían considerar una posición en la Embajada en República Dominicana o Guatemala, ante lo cual le respondí que prefería reintegrarme al trabajo en el Ministerio en Santiago, hasta mi jubilación, cosa que ocurriría un año y medio después”, recalca.
En la parte final de la carta, Capdevila sostiene que al gobierno de Boric “la destrucción de una larga e impecable carrera en el servicio diplomático y de una familia nunca importó” y escribe que “así son los tiempos que vivimos en Chile, los de la cancelación en nombre del género, cuando el sujeto no pertenece a mi domicilio ideológico, naturalmente”, para luego plantear que “distinta suerte corren los “amigos del poder”, como hemos visto en los casos donde autoridades de primera línea son “amparados” en la complicidad de La Moneda. La doble moral que borra con el codo lo que ayer”.
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