Fra-Fra: el primer outsider que hizo tambalear los equilibrios de la transición
“Se me ha acusado de populismo por proponer soluciones para el pueblo”, dijo el presidenciable en la campaña de 1989, quien falleció este lunes a los 81 años. Entonces se definía como un candidato de "centro centro" y su mensaje desordenaba la demarcación entre partidarios y opositores a Pinochet. Su discurso, sin embargo, caló más profundo en el electorado de derecha, transformándose en una figura incómoda para ese sector.
“Eliminar la UF en cinco minutos” fue una de las propuestas populares que levantó en 1989 el entonces candidato a La Moneda Francisco Javier Errázuriz Talavera, en la polarizada carrera presidencial de ese año.
En el epílogo de la dictadura, la irrupción de Fra-Fra -quien falleció este lunes, a los 81 años- apodo que recibió de niño y que lo acompañó en toda su trayectoria política, fue uno de los fenómenos disruptivos de los primeros comicios presidenciales que se realizaban para poner fin al régimen de Augusto Pinochet.
“No más bla-bla, vote por Fra-Fra”, fue una de las frases de campaña del empresario independiente, que desordenaban la clara demarcación que existía entre los partidarios y los opositores al fallecido general.
Incluso, para reforzar su mensaje y diferenciarse de los principales bloques en disputa (la desaparecida Concertación y la derecha tradicional), Errázuriz decía que representaba al “centro-centro”.
“Los llamo para que no voten en contra de nadie, los llamo para que voten por sus Uds., para que voten por sus hijos, para que voten por Errázuriz”, dijo el presidenciable independiente en su franja electoral.
En esa época, Errázuriz se definía como un hombre de familia y alejado de la política tradicional, aun cuando su padre y su abuelo habían sido senadores del Partido Liberal. Además, era tataranieto del expresidente Federico Errázuriz Zañartu (1871-1876).
Los pollitos
También solía resaltar su faceta de empresario. “Soy un hombre de empresa”, decía. En esos años, haber tenido éxito en los negocios, aspecto que también caracterizó los inicios de la carrera política de Sebastián Piñera, no tenía una carga negativa. Incluso, casi como un mito personal, Errázuriz relataba que desde niño comenzó a lograr su fortuna “vendiendo pollitos”.
“Yo no le quito votos a nadie, me los gano”, dijo en una entrevista de 1989 en un programa político de TVUC (hoy Canal 13).
Entonces, admitía que había votado por el Sí en el plebiscito de 1988, pero con su corazón en el No.
Con un estilo locuaz, con un acelerado ritmo de voz y con mensajes simples, que sus detractores calificaban de populistas, sorpresivamente comenzó a crecer en las encuestas, a pesar de no contar con el respaldo de ningún partido “grande” ni tampoco del régimen militar, cuyo candidato de continuidad era el exministro de Hacienda Hernán Büchi.
“Se me ha acusado de populismo y demagogia por proponer soluciones para el pueblo... Los mismos que me han acusado, hoy me copian... Yo hablo en fácil, pero es bien difícil hablar en fácil. Lo que es fácil es hablar en difícil. Yo trato de hablar en fácil, entonces las soluciones aparentan ser fáciles, pero las soluciones son difíciles”, dijo en esa misma entrevista a TVUC.
En ese año la Concertación y grupos como el PC respaldaban al exsenador DC Patricio Aylwin, una suerte de carta moderada de las fuerzas de izquierda y centroizquierda frente a los fantasmas que aún existían por el gobierno de Salvador Allende con la Unidad Popular (UP).
La apuesta de la Concertación era retener el 55,99% con el que había ganado el No el año anterior, propinándole una derrota a Pinochet. Ese objetivo se cumplió casi plenamente, Aylwin solo perdió 100 mil votos respecto del No y fue elegido el primer Presidente de la transición, con un 55,17%.
No obstante, el mensaje de Errázuriz caló especialmente en el electorado de derecha. Büchi solo logró un 29%, 15 puntos menos que el Sí que obtuvo Pinochet.
Ese millón de votos menos se traspasó casi completamente a Errázuriz, quien, a pesar de salir tercero, sacó un significativo 15,43%. De hecho, durante muchos años Fra-Fra fue el candidato outsider más exitoso de la transición hasta la irrupción de Marco Enríquez-Ominami en 2005 (un 20,14% en las elecciones de ese año).
Centro Centro
Después de la campaña de 1989, con un grupo de simpatizantes fundó su propio partido político, la Unión de Centro Centro, a mediados de 1990, grupo del que emergieron algunas personalidades como la actual ministra de la Corte Suprema Ángela Vivanco, que luego tuvo paso por RN, y el exdiputado y exsenador Alejandro García-Huidobro, quien posteriormente migró a la UDI.
El peso electoral del empresario obligó a la derecha a negociar con él en las elecciones siguientes, asegurándole un cupo senatorial en 1993 por la antigua circunscripción del Maule Norte.
Si bien Errázuriz fue elegido senador (cargo que ostentó entre el 1994 y 2002, incluyendo un desafuero que le impidió ejercer en el final de su mandato), el pacto no fue del todo favorable para la UDI y RN, pues en las presidenciales de 1993 obtuvieron el peor resultado de su historia con el entonces senador Arturo Alessandri (24,41%).
La derecha tradicional solo logró reponerse en las siguientes elecciones presidenciales de 1999, con Joaquín Lavín (UDI) como abanderado, que precisamente recurría a la fórmula de mensajes simples que catapultaron en su momento a Fra-Fra.
La alianza entre la derecha tradicional y Errázuriz no se repitió para los comicios de 1997. La UCC, renombrada como Unión de Centro Centro Progresista, levantó un pacto alternativo a la UDI y RN y logró arrebatarle algunos escaños parlamentarios a la derecha tradicional.
Además de García-Huidobro, quien iba a la reelección, ese año también salió electa la esposa de Errázuriz, María Victoria Ovalle, “la Toyita”.
En 1998, el partido de Errázuriz se quebró y algunos de sus dirigentes como García-Huidobro se plegaron a la candidatura de Lavín, mientras que otros apoyaron a Arturo Frei Bolívar en los comicios presidenciales de 1999.
Desafuero
En esos años Errázuriz ya estaba desaforado, producto de un litigio de aguas con Endesa que terminó en tribunales. La empresa acusaba al entonces senador por un presunto secuestro y una eventual agresión a un abogado de la compañía que se apersonó en el fundo del senador en la Sexta Región. Aquel desafuero se prolongó por tres años, lo que le impidió ir a la reelección y solo pudo retomar sus actividades parlamentarias en enero de 2002, a semanas de que culminara su mandato, el 10 de marzo de ese año.
En su vida Errázuriz enfrentó varios problemas judiciales. En 2011 protagonizó otro caso bullado por trata de personas. Ciento cincuenta ciudadanos paraguayos afirmaban que habían sido sometidos a condiciones similares a la esclavitud para trabajar en las propiedades del exsenador. Por ese caso fue condenado a pagar una indemnización de $122 millones a algunos afectados.
En esos años la ministra del Trabajo y actual alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei (UDI), cuestionó al empresario. “Yo creo que es ampliamente conocido cómo actúa y cómo se comporta”, dijo, al tiempo que ironizó que “en Chile, ser pillín es como una gracia”.
En respuesta, la familia de Fra-Fra acusó a la ministra de haberlo tratado de “ladrón” y de haber sido la detonante de un derrame cerebral que sufrió tras la polémica, que lo tuvo al borde la muerte. “Lo mataron”, reclamó su esposa.
Si bien sobrevivió al episodio cardiovascular, Errázuriz nunca se recuperó plenamente. Sus últimos años de vida los pasó en su residencia en Las Condes, donde recibía constante atención médica.
Debido a su situación de salud, fue sobreseído temporalmente en el juicio de trata de personas.
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