Gobierno intensifica contactos con el PS para aplacar conflicto por dichos de vocera
Ministros Chadwick y Blumel han liderado gestiones con los socialistas para intentar retomar las relaciones institucionales. El objetivo es superar la crisis tras el regreso de la semana distrital, aunque el partido sigue esperando gestos más claros.
Si bien a nivel público la polémica entre el gobierno y el Partido Socialista parece lejos de aplacarse, lo cierto es que en las últimas horas desde La Moneda han intensificado las gestiones ante dirigentes de la colectividad con el objetivo de ponerle fin al conflicto.
La pugna se desató el lunes de la semana pasada, tras los dichos de la vocera de gobierno, Cecilia Pérez, quien afirmó que detrás de la acusación constitucional que impulsan los socialistas contra la ministra Marcela Cubillos (Mineduc) había un afán por "ocultar" vínculos del partido con el narcotráfico.
Así, a más de una semana de esas declaraciones y en momentos en que el PS se ha mantenido firme en su postura de bloquear, a modo de represalia, el ingreso de subsecretarios a las comisiones legislativas del Congreso, desde el gobierno -liderados por el ministro del Interior, Andrés Chadwick, y el titular de Segpres, Gonzalo Blumel- han mantenido contacto con distintas figuras socialistas, entre ellas su presidente, Álvaro Elizalde.
En los intercambios, según fuentes que han conocido de sus contenidos, el gobierno ha transmitido su intención de mejorar "el clima" y retomar las relaciones "institucionales" entre ambas partes.
El objetivo de las gestiones, según algunas fuentes de gobierno, es lograr restablecer un espacio de diálogo público con el PS a partir de la próxima semana, cuando se retome el trabajo legislativo tras el receso distrital. Incluso, dicen las mismas fuentes, se estaría evaluando la posibilidad de organizar un encuentro con representantes del partido, donde se pudiera dar por superado el conflicto.
La ofensiva de La Moneda se da luego de que, pese a las conversaciones que han sostenido las partes, las señales que ha dado el gobierno no han dejado conformes a los socialistas.
De hecho, pese a que la ministra Pérez bajó el tono de sus críticas este lunes, precisando que sus alusiones al narcotráfico no apuntaban a la institucionalidad del partido, en el PS generó molestia el hecho de que insistiera en vincular a sectores de la colectividad con el tráfico de drogas.
"La verdad es que no se entendió si es que había una intención de realizar un gesto en esta materia", sostuvo ayer Elizalde en EmolTV.
Los socialistas hicieron evidente su enojo ese mismo lunes y ratificaron la medida de presión en las instancias del Congreso. Debido a esto, ese mismo día por la tarde, nuevamente desde Palacio se comunicaron con Elizalde para intentar, otra vez, aplacar los ánimos.
En todo caso, desde el partido insisten en que para destrabar el conflicto, más que conversaciones, necesitan actos que vayan en línea con "preservar un principio básico de convivencia democrática". En ese sentido, apuntan a que desde La Moneda exista un compromiso de evitar futuros insultos y que se aclare de forma "contundente" que los dichos de la vocera no tienen fundamento.
Con todo, pese a los esfuerzos del gobierno por evitar que el conflicto siga escalando, una de las figuras PS que el propio Ejecutivo considera de las más "dialogantes" en la oposición, el senador José Miguel Insulza, elevó ayer el tono de sus críticas a la ministra Pérez. El legislador insistió en que el bloqueo se mantendrá hasta que la vocera no ofrezca disculpas.
En tanto, y como consecuencia del conflicto, ayer los diputados RN Sebastián Torrealba y Catalina del Real llegaron hasta el Ministerio Público para presentar una denuncia contra el senador Carlos Montes (PS), luego de que este señalara tener antecedentes de cómo el narcotráfico se sigue vinculando a la política.
Consultado al respecto, el legislador puntualizó que la acción de los parlamentarios oficialistas era "una iniciativa mediática" y que está "tranquilo".
"Aquí lo que he planteado con mucha fuerza es que estamos frente a un fenómeno serio que está en expansión y que no se puede tomar de manera liviana y superficial. Es un fenómeno que ya ocurrió en otros países y tenemos que ver los riesgos que representa", agregó.
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