Gobierno logra sofocar rebelión de diputados del FA en reforma previsional y encamina apoyo oficialista en la Cámara
A pesar de que los diputados del partido del Presidente Boric habían adelantado su interés por reponer el articulado que divide a la industria previsional, este miércoles en la tarde se comprometieron a no rechazar ningún aspecto del acuerdo logrado por el gobierno en el Senado. El PS, a pesar de un par de disidencias, también anunció que apoyarían íntegramente el texto que llegue a la Cámara.
Tras intensas gestiones desplegadas por ministros este miércoles en el Congreso, las bancadas del PS y Frente Amplio ratificaron su pleno respaldo al acuerdo alcanzado por el gobierno y los senadores de Chile Vamos en torno a la reforma de pensiones.
Si bien los diputados socialistas, al igual que los comunistas ya tenían una decisión mayoritaria de apoyar el pacto, el gesto de los legisladores frenteamplistas -que anunciaron cerca de las 17.30, que no pedirían ninguna votación separada ni rechazarían aspectos de la reforma-, trajo alivio al Ejecutivo después de una tensa jornada.
De hecho, a pesar de que la comisión de Hacienda del Senado seguía revisando en la mañana la reforma de pensiones, la ministra del Trabajo, Jeannette Jara (PC), prefirió no ir a esa instancia y llegó directo a la Cámara para sostener diversas conversaciones con diputados.
Las señales de bancadas oficialistas -amenazando con rechazar algunos puntos del acuerdo de pensiones- habían puesto en alerta a La Moneda, debido al riesgo de que la reforma fuese derivada a una comisión mixta y, por ende, se extienda la tramitación del proyecto previsional, incluso, hasta marzo.
Con esa inquietud a cuestas, la ministra Jara primero se reunió con los jefes de bancadas del oficialismo para analizar el escenario legislativo y luego se le vio dialogando informalmente con algunos diputados, entre ellos, Héctor Ulloa (Ind.-PPD), miembro de la comisión de Trabajo y uno de los legisladores oficialistas que ha sincerado su disconformidad con el acuerdo.
Jara, además, se reunió con el diputado Andrés Giordano (Frente Amplio), quien el martes adelantó que su bancada intentaría reponer el articulado que modificaba a las AFP.
El ministro secretario general de la Presidencia, Álvaro Elizalde (PS), también se instaló desde temprano en el despacho de su cartera, ubicado a un costado de la sala de la Cámara, para apoyar las gestiones con parlamentarios. Elizalde también estuvo en la reunión con los jefes de bancada y luego mantuvo conversaciones todo el día especialmente con los legisladores frenteamplistas.
La ministra de la Mujer, Antonia Orellana (Frente Amplio), quien este miércoles concurrió al Congreso, también se desplegó para intentar sofocar la rebelión que se estaba gestando entre los diputados de su partido.
Por su parte, la misma presidenta del Frente Amplio, Constanza Martínez, en declaraciones a “Desde La Redacción” de La Tercera, reforzó el llamado a la disciplina: “Creemos que (el acuerdo) es un avance y no lo vamos a poner en jaque ni en duda”.
Jugada frenteamplista
Si bien las voces disidentes comenzaron a expandirse en todo el espectro político, la principal inquietud de La Moneda era la ofensiva preacordada en la bancada de diputados del Frente Amplio, quienes pretendían originalmente reponer el articulado que divide a la industria de las AFP, entre sociedades inversoras y administradoras.
Esta separación ya había sido aprobada por la Cámara en su primer trámite y era un tema demandado por legisladores de izquierda como señal política en contra de las AFP, con el fin de permitir que el Estado pudiera tener un rol más protagónico en sociedades de inversión. No obstante, en las negociaciones con la derecha, el gobierno -a través de sus indicaciones- accedió suprimir ese articulado.
En vista de que esta medida no logrará reponerse en la sala del Senado, los diputados del Frente Amplio querían rechazar ese cambio cuando la reforma llegase a la Cámara para derivar este tema a una comisión mixta. Esta instancia se conformaría por cinco senadores y cinco diputados para tratar de resolver los nudos de la discusión.
El problema del gobierno es que la jugada de los legisladores frenteamplistas no sería inconstitucional, ya que ellos simplemente solo tenían que rechazar ese punto aprobado por el Senado en acuerdo del gobierno.
No es el único inconveniente para el Ejecutivo. Al pedir votación separada, las otras colectividades oficialistas quedarían en una encrucijada: apoyar una medida anti-AFP (rechazando una indicación enviada por el Presidente Gabriel Boric que suprimía la separación de la industria) o pasar el trago amargo para ceñirse estrictamente al plan del gobierno para no dilatar la tramitación de la reforma.
Esta ofensiva del Frente Amplio comenzó a agitar el ambiente en la Cámara. De hecho, en el Partido Comunista, que ya había declarado su alineamiento detrás de las negociaciones encabezadas por Jara, admitían que estaban evaluando qué hacer en el tema que divide a las AFP.
Lo mismo sucedía en las filas del PS y en el grupo PPD-Independientes.
Las ramas del árbol
Consultada ayer en la mañana, la ministra Jara admitió la preocupación e hizo una severa advertencia de los riesgos de que la reforma no se zanje en enero.
“El debate está en curso. La reforma no es solo un aspecto. Uno siempre puede encontrar en un árbol una rama que no le gusta, pero si uno mira el proyecto en general, esta es una buena reforma para el país”, dijo la titular del Trabajo.
“Si se va a comisión mixta, va a ser una decisión de los diputados. Lo que el gobierno quiere es que este proyecto se apruebe ahora. Porque eventualmente, si se va mixta, esto pasaría para marzo y para nadie es secreto que en marzo parte la contienda electoral. Y, cuando hay elecciones, nos polarizamos más. Por eso, el objetivo del gobierno es que esta reforma se apruebe este mes y para eso estamos trabajando. Nosotros sabemos que hay muchas personas que tienen dudas y, por eso, estamos acá tratando de aclararlas”, añadió Jara.
Las señales de distensión comenzaron a darse en la tarde.
Primero fue la bancada del PS, salvo dos diputados disidentes (Marcos Ilabaca y Danisa Astudillo), la que declaró que apoyaría íntegramente el acuerdo. La declaración surgió después de un almuerzo que sostuvieron los diputados socialistas con el ministro Elizalde.
Horas después fue el turno de la bancada del Frente Amplio.
“Como bancada parlamentaria del Frente Amplio aprobaremos la Reforma de Pensiones, dado que este proyecto representa un avance necesario para mejorar las condiciones de vida de miles de jubiladas y jubilados”, decía una declaración del FA, que fue seguida por un punto de prensa.
En la declaración sostienen que “el proyecto no es perfecto”, pero que “permite avances importantes”, entre los que menciona la creación del seguro social, la reducción de la brecha entre hombres y mujeres, como también aumentar la Pensión Garantizada Universal (PGU).
“Además, el gobierno ha comprometido elementos que nos permiten proyectar esta discusión hacia el futuro a través de una mayor transparencia en los beneficios de la reforma, control del gasto publicitario de las AFP y el compromiso de avanzar hacia un inversor público en futuras discusiones”, agregaba el documento.
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