Gonzalo Winter: “Prefiero la experiencia adquirida por el FA en el gobierno que la frescura que entregaba ser lo nuevo”

Transformado en el candidato presidencial del FA, el diputado cuenta por qué decidió competir para La Moneda. Dice que lo suyo será una apuesta de continuidad del Presidente Boric y que eso, en vez de ser una carga, lo toma como "una buena plataforma para impulsar" su campaña.


El jueves, cuando el comité central del Frente Amplio (FA) proclamó a Gonzalo Winter, abajo del escenario estaba su pareja Dolores Reyes junto a su hijo Manuel, quien ese mismo día cumplía cuatro meses de vida. Es sábado en la mañana y el diputado recibe a La Tercera en su casa. Es la primera vez que el parlamentario habla en más de dos semanas, luego de que el partido desplegara gestiones a todo nivel para revertir su “no” inicial y aceptara competir en la primaria oficialista.

Winter ya no es ese frenteamplista que ganó su escaño gracias al arrastre del sistema electoral. Cuando fue a la reelección sepultó ese fantasma, obtuvo una gran mayoría en el distrito y años después se erigió como el liderazgo más potente del FA luego de ser el más votado en el comité central.

Se le ve más cuidadoso en los detalles porque sabe que ahora que quiere llegar a La Moneda cada paso en falso cuenta. En su primera entrevista como abanderado presidencial, Winter raya la cancha: dice que será un candidato de continuidad del Presidente Gabriel Boric; que está orgulloso de su gobierno; valora su pragmatismo; destaca el aprendizaje adquirido luego de que su partido llegara al Ejecutivo, y promete ofrecer una campaña con un progresismo de futuro y renovación.

¿Qué lo hizo cambiar de opinión?

En el último periodo había iniciado un proceso relacionado con las nuevas circunstancias que vive el país y el mundo. En ese marco había iniciado un proceso dedicado a la renovación de las ideas de la izquierda y el progresismo. Ese proceso implicaba un elemento fundamental, que es el proceso de la duda. Junto con eso, comenzó mi paternidad, lo que es realmente una revolución en la vida de una persona. Por lo tanto, estaba en un momento distinto y le había planteado a la directiva que no quería acarrear al partido hacia este proceso personal que implicaba dudas. Lo que terminó pasando es que la abrumadora forma en que el comité central me lo pidió, sumado a las conversaciones con personas dentro y fuera del FA, me hicieron entender que en un mundo en donde la incertidumbre está instalada, es justamente esa honestidad frente a la duda lo que potenciaba mi liderazgo. Por lo tanto no podía rehuir de esta responsabilidad que hoy día asumo como el mayor honor que un militante podría tener.

¿Cuánto cree que le va a pesar en su candidatura el fantasma de ser el plan B del alcalde Vodanovic?

Muy poco. Cuando empiece la campaña la gente va a conocer nuestras propuestas, el tipo de liderazgo que estoy proponiendo, nuestra visión de país, y creo que va a sintonizar con ella.

¿Cuál será el sello de su candidatura?

Agrupo los desafíos del país en cuatro grupos. El primero es el económico. El país tiene que establecer una estrategia de desarrollo nacional en donde el Estado no sea el protagonista del quehacer económico, pero que sí lo lidere poniendo metas, desafíos e incentivos en función de las metas de una estrategia nacional de desarrollo. Un segundo paso de esa estrategia nacional de desarrollo tiene que ser la diversificación de nuestra industria. La naturaleza nos ha bendecido con recursos naturales que debemos utilizar. Sin embargo, hay otras industrias que deben ser exploradas y el Estado debe promover que existan. Y el tercer paso de esa visión económica es que debemos sofisticar lo que producimos.

¿Qué otros temas pretende impulsar?

La seguridad. Enfrentamos un tipo de criminalidad que no existió antes en nuestro país y para el cual nuestro Estado no estaba preparado. Y ahí nosotros tenemos una visión que tiene que ver con que, a diferencia de la derecha, no queremos las armas en manos de los ciudadanos, sino que en manos de Carabineros. Hay que hacer una nueva estrategia de inteligencia. A diferencia de la derecha, creemos que es importante el seguimiento del dinero. Desde la Independencia que nuestro país tiene una crisis relativa a que la ciudadanía legítimamente considera que no es el mérito el que es premiado por nuestra sociedad sino que el lugar donde se nace. El desafío de la justicia social está estrictamente vinculado con el económico y con la seguridad. La falta de condiciones para que los trabajadores chilenos tengan una vida buena está haciendo que nuestra generación renuncie a lo más lindo que le puede pasar a alguien en la vida, que es tener un hijo. La baja de natalidad es uno de los desastres más importantes que estamos viviendo. Lo que se debe hacer al respecto es tener un Estado presente que proteja, que diseñe una ciudad en la que sea agradable vivir, que entregue horarios laborales que permitan compatibilizar la vida familiar, que entregue un cierto grado de certeza en materia de salud, educación y pensiones para que sea posible pensar que tener un hijo no va a ser un desastre económico sino más bien va a ser una experiencia feliz y que se puede disfrutar.

De su discurso del jueves, pareciera ser que usted es una especie de candidatura del FA recargado. Cuando hablaba de concentración de la riqueza, dio la impresión de que va a sacar del baúl algunas ideas que luego del 4-S el gobierno dejó en quinto plano.

Yo más bien, y sin ninguna vergüenza, puedo decir que lo que yo vi en mi discurso fue una renovación de ideas. Es sabido que nuestro programa presidencial 2021 tenía una cierta delgadez en materia de seguridad y economía y en mi discurso de los temas que más hablé fueron justamente esos. Por lo tanto, veo que hay una renovación y una profundización de ideas bastante distintas al nacimiento original del FA. Dicho eso, debo decir que una de las grandes admiraciones que tengo por este gobierno se explican porque supo adaptarse a las condiciones que había, decidió gobernar de la mejor forma posible para el Chile que le tocó gobernar. Y eso significó que, siendo el gobierno con menos votos en ambas cámaras desde el retorno a la democracia, supo sacar adelante una reforma previsional, un royalty minero, una ley de pago efectivo de la pensión de alimentos, un acuerdo para crear una empresa nacional del litio, entre otros logros. Lo que no quita que tengamos ciertas ideas y cierto horizonte que no necesariamente se modifica por llegar a acuerdos.

Dijo que era un candidato del FA con ideas renovadas. ¿Se mantiene firme el objetivo de terminar con las AFP y las isapres?

Nuestro principal objetivo en materia previsional es tener un sistema de pensiones que garantice un buen vivir. Y creemos que el porcentaje de la cotización que se va a destinar al seguro social es bajo para cumplir ese objetivo. Además de eso, creemos que es muy necesaria la separación de la industria, en donde el que administra el derecho social a la pensión y el que se dedica a capitalizar el dinero en el mercado financiero sean dos empresas distintas. Si usted considera que teniendo un sistema en donde el seguro social sea el protagonista, aunque haya un sector de capitalización individual, y que separada la industria han terminado las AFP, bueno, entonces sí, pero lo relevante para nosotros es tener un sistema de pensiones que les garantice un buen vivir a los adultos mayores. Para eso se requiere un seguro social protagónico y la separación de la industria. Si eso se llama fin de las AFP o no, no es el punto central.

Pero ambos objetivos están en la reforma que se promulgó hace poco. ¿Usted qué va a hacer, va por algo más?

Si yo identificara que hay una mayoría social y parlamentaria que quiere profundizar el seguro social y la separación de la industria, evidentemente avanzaríamos en esa materia. Si me tocara gobernar sin esa mayoría social o parlamentaria, entonces nos concentraremos en implementar la reforma que hay.

Veo que es un pragmático.

¿Yo? Claro, lo he sido toda la vida.

¿Su candidatura es de continuidad del gobierno?

Así es, pero quiero dejar claro que son distintas las circunstancias. El gobierno del Presidente Boric llega con un país con su cohesión social en un mal estado luego del estallido social, con mucha gente esperando un cambio estructural en justicia social y con otra gente con un nivel de indignación frente a la violencia del estallido. Llega después de una pandemia y con inflación. Llega con las izquierdas y las derechas divididas, llega con las isapres quebradas, llega con las AFP en una crisis de legitimidad y al Presidente Boric le toca reconstruir todo eso para darle normalidad al país. Va a ser un gobierno de continuidad desde el punto de vista de las cosas que se han logrado: royalty minero, 40 horas, aumento del sueldo mínimo más alto en los últimos 25 años, ley de pago efectivo de las pensiones de alimentos, empresa nacional del litio, el espíritu que está detrás de la condonación de las deudas educativas, el espíritu que está detrás del pago de la deuda histórica de los profesores. En ese sentido, sin duda que va a ser de continuidad.

¿Ser de continuidad es una carga o le va a servir para impulsar su candidatura?

Es una buena plataforma para impulsar. O sea, la gente que recibió el alza del sueldo mínimo, las miles de personas que reciban la pensión alimenticia, lo notarán, lo mismo con quienes se han beneficiado del aumento de las capacidades en materia de seguridad de nuestro país, entre tantos otros temas.

¿Es más o menos continuador del gobierno que sus contendoras Jeannette Jara (PC) o Carolina Tohá (PPD)?

Lo que pasa es que no sé cuán continuadoras se sienten ellas. Lo que sí sé es que yo me siento orgulloso de este gobierno y que un dato relevante es que los tres militamos en partidos distintos. Y ahí la visión de mundo del PPD, la visión de mundo que ofrezca el FA y la visión de mundo que ofrezca el PC jugarán un rol en esta campaña.

La gran duda del FA cuando llegaron a La Moneda era si iban a ser capaces de demostrar que podían ofrecer capacidad de gobernar al país. ¿Aprobaron ese examen de gobernabilidad?

El gobierno no ha terminado y evidentemente es importante señalar que el FA gobierna en coalición. De hecho, por poner un ejemplo, si vamos al Socialismo Democrático, ellos han estado casi todo el gobierno en los ministerios del Interior, Defensa, Hacienda, Segpres, por lo tanto la gobernabilidad ha sido conjunta. Por lo tanto no es un examen que simplemente haga el FA. Estoy muy orgulloso de lo que han hecho nuestros cuadros frenteamplistas. Todo se ha logrado con tremendas dificultades y con una situación muy compleja de minoría en el Congreso. Pero la visión con que han llevado a prueba sus cargos es algo que me tiene orgulloso.

¿Es muestra de gobernabilidad cometer errores que responden a impericia política como la crisis de los indultos o la compra de la casa del expresidente Allende?

Su pregunta original era sobre la gobernabilidad del FA y me parece injusto endosarle al FA el proceso de compra de la casa del presidente Allende porque es una situación del gobierno en general.

Pero la crisis de los indultos sí ocurrió con una ministra frenteamplista y con el exjefe de gabinete del Presidente, también del FA.

Fue una situación en que se cometieron errores graves, sí.

¿Y eso es muestra de que ustedes tienen capacidad para gestionar ese tipo de asuntos dando gobernabilidad?

Lo que pasa es que el problema de su pregunta es que yo tendría que asumir que si en un ministerio se comete un error, significa que el partido del ministro no ofrece gobernabilidad. Yo estoy disponible a todo tipo de autocrítica, pero no conozco gobierno en que no se hayan cometido errores. No conozco partido político en Chile y el mundo que haya pasado por el gobierno en donde no se hayan cometido errores. Entonces, si yo asumiera la premisa implícita de la pregunta, tendríamos que asumir que ningún partido político del mundo que haya pasado por el gobierno ofrece gobernabilidad. Y me parecería una premisa que nos lleva al inmovilismo. Lo que no quita que estoy disponible a cualquier tipo de autocrítica, específicamente en los casos que usted propone y en cualquier otro.

Hay otros casos. El exsubsecretario Monsalve era del PS, pero fue el Presidente quien tomó decisiones para enfrentar esa crisis. ¿Cree que en ese tipo de casos, la forma en como el Presidente enfrentó la crisis es muestra de saber gobernar?

No tenemos cómo compararlo, ¿no? Fue una crisis tremendamente difícil y delicada. El presidente actuó con muy poca información.

¿Habría actuado igual?

Todos somos generales después de la batalla. Después de meses de analizar lo que fueron esas 30 horas y después de escucharnos entre todos, hoy día se me ocurren 60 correcciones a lo que se podría haber hecho en esas 30 horas. Ahora bien, ¿quién sabe cómo podría haber actuado? Sería mentira esa respuesta, ¿no?

¿El caso de corrupción Democracia Viva afectará su candidatura?

Tenemos que hacernos cargo de lo que somos, de lo que hemos sido, de lo que nos pasó. Sin embargo, le voy a dejar muy claro algo. Nosotros ya no somos algo nuevo, ya no contamos con ese extra que tiene el que nunca ha gobernado y que puede decir que todo estaría bien si gobernaran ellos y no los otros, pero prefiero la experiencia adquirida en este tiempo por el FA en el gobierno que la frescura que entregaba ser lo nuevo en materia electoral.

A propósito de la novedad, quería preguntarle por el factor juventud, algo muy característico del FA. Es obvio que han pasado los años, ahora es papá…

Usted mismo lo ha dicho. Pero entiendo el punto. Por supuesto que no me siento tan joven como antes. Empecé a militar a los 18. Ahora tengo 38. Son 20 años de militancia. Tengo el orgullo de decir que mantengo mis principios y valores, pero que mis ideas las voy renovando y adaptando. Estoy orgulloso de lo hecho y estoy orgulloso de lo aprendido también. Y como todo el mundo sabe, de lo que más se aprende es de los porrazos. Estoy muy agradecido de los fracasos que he tenido porque me han dejado las mejores lecciones. Quiero ser muy claro con algo: por supuesto que en la medida en que pasan los años mis ideas se van a ir adaptando y cambiando. Eso no es motivo de vergüenza.

Boric acuñó el concepto de “curva de aprendizaje” hace unos años. ¿Su partido ya la superó?

Mire, no sé cómo funciona esa metáfora. Yo sé que mi partido tiene un proyecto de futuro, que en parte es fruto de la reflexión de escuchar al pueblo, del uso de los conocimientos específicos de determinada materia por parte de especialistas y en parte producto de la experiencia enriquecedora de gobernar. Enriquecedora y frustrante, lo cual también es enriquecedor. Le vamos a proponer al país una vía al desarrollo para el año 2050. Nuestros adversarios en la derecha no tienen una vía de desarrollo para el 2050. Si solamente nos proponemos hacer lo que hicimos antes, estamos condenados a la mediocridad y el 2050 nos va a encontrar más pobres y más lejos del desarrollo. Lo relevante de esta candidatura es que creo que tenemos una propuesta de futuro, una vía al desarrollo para el 2050. Y perdón, hablemos de gobernabilidad. ¿Ha visto cómo se detestan entre ellos en las ya cuatro o cinco derechas que hay en Chile? Ya ni siquiera tienen vasos comunicantes. El nivel de descalificación es absoluto. Ahí sí que no hay proyecto.

Esa última idea yo podría replicarla preguntándole: ¿ha visto cómo se detestan entre el FA y el PS?

No, para nada. Tengo una excelente relación con el PS y tengo un tremendo respeto tanto por sus cuadros como por su historia. Es más, de alguna forma me siento parte, no del PS pero sí de una gran familia del socialismo chileno.

¿Teme que las represalias políticas del acuerdo tomado por el TC para destituir a la senadora Allende hagan que el PS se reste de la primaria oficialista?

Manifiesto mi absoluto respeto y admiración por la senadora Isabel Allende. No tengo autoridad para decirle al PS qué hacer, pero sí espero que puedan ver la importancia que ha tenido para Chile cuando el progresismo actúa unido. Espero y confío de algún modo en que tendrán aquello a la vista.

En esta conversación hemos hablado de pragmatismo, de lo importante de ajustarse al Chile que toca gobernar, a las mayorías parlamentarias. Con siete años de diputado en el cuerpo, siendo del partido del Presidente, ¿valora de forma distinta aquella frase del expresidente Aylwin de gobernar en la medida de lo posible, tan criticada por ustedes?

No, no voy a gobernar en un Chile imaginario ni en un Chile deseado. Yo voy a gobernar en un Chile específico y determinado. Son 1.500 días que comienzan el 11 de marzo del 2026, hasta el 11 de marzo del 2030. Y voy a hacer lo que sea lo mejor para Chile en el contexto en que toca. Le confieso que los años y la experiencia ayudan a valorar muchas cosas, que quizá es más difícil valorar cuando no se han vivido de la misma forma. Creo que ni siquiera lo que le estoy diciendo se relaciona solamente con la política. Creo que inclusive todos, cuando cumplimos cierta edad, pensamos en nuestros padres a nuestra edad, y pensamos que habían cosas que parecían fáciles cuando en realidad eran tremendamente difíciles. Y eso va aumentando la admiración y valoración que uno tiene por otros.

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