Grupo de trabajo del gobierno ve como “oportunidad” investigación encargada por Donald Trump por importaciones de cobre

Este jueves se concretó la segunda reunión del grupo de trabajo que monitorea los posibles efectos por las medidas anunciadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, respecto al eventual arancel que fijaría su administración a las importaciones de cobre y que tiene a las autoridades locales estudiando sus implicancias.

Fue el martes que el mandatario republicano ordenó una investigación respecto a las importaciones de cobre hacia su país, con el fin de analizar posibles nuevos aranceles a las importaciones del metal para reconstruir la producción estadounidense de un producto crítico para los vehículos eléctricos, el hardware militar, semiconductores y una amplia gama de bienes de consumo.

En concreto, Trump firmó una orden que pide al secretario de Comercio, Howard Lutnick, iniciar una nueva investigación bajo la sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, la misma ley que el mandatario republicano utilizó en su primer mandato para imponer aranceles globales del 25% sobre el acero y el aluminio.

Tras una primera cita realizada el pasado 3 de febrero, en la reunión de este jueves participaron los ministros de Relaciones Exteriores, Alberto Van Klaveren y de Hacienda, Mario Marcel; más la titular de Minería, Aurora Williams, más el presidente del directorio de Codelco, Máximo Pacheco, la directora (s) de la Comisión Nacional Chilena del Cobre, Claudia Rodríguez y la subsecretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Claudia Sanhueza.

Con todo, pese al anuncio realizado desde Estados Unidos, las autoridades nacionales destacaron la “oportunidad” que representa para la industria las pesquisas encargadas por Trump.

El ministro Van Klaveren destacó que “fue una reunión muy interesante, y yo lo que quiero destacar es que esta medida que anunció el gobierno de Estados Unidos, no es una medida que signifique un arancel, es una medida que apunta a la realización de una investigación respecto del abastecimiento de cobre al mercado de Estados Unidos”.

“Chile ha sido un proveedor tradicional de cobre a Estados Unidos. Ha sido un proveedor confiable y nuestra relación económica con Estados Unidos se enmarca en una relación de muchos años y la verdad es que estamos muy atentos al avance de esa investigación. Obviamente, vamos a aportar a través de nuestra embajada, y el embajador Juan Gabriel Valdés tiene un papel muy fundamental en ese ámbito”, agregó Van Klaveren, comprometiendo cooperación desde Chile.

A su vez, el titular de Hacienda, Mario Marcel, señaló que “la investigación especial que encargó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre las importaciones de cobre y su impacto sobre la seguridad nacional de ese país, no es sí misma una medida comercial, sino que más bien un proceso de análisis de las características del abastecimiento de cobre hacia Estados Unidos, uno de los consumidores más importantes en el mundo”.

“Esta investigación tenemos que verla como una oportunidad para mostrar la fortaleza que tiene Chile como proveedor confiable de cobre hacia nuestros clientes, y particularmente a aquellos que están en Estados Unidos”, agregó el jefe de la billetera fiscal.

En esa línea destacó que la producción del mineral en suelo nacional tiene una serie de fortalezas, entre ellas, que “es un país que no tiene subsidios en la industria del cobre, es un país donde la trazabilidad del cobre es muy alta, que cumple con estándares ambientales de la máxima exigencia, entonces creo que dado que como investigación, esto involucra recopilar antecedentes, testimonios, estudios, entre otros, creo que es algo en lo cual tenemos que ver en todo esto una oportunidad para Chile, no solo respecto a Estados Unidos, sino que en general, respecto a los distintos países que son clientes nuestros como principal productor de cobre del mundo”, sostuvo Marcel.

Lo anterior, fue reforzado por la ministra de Minería, Aurora Williams, quien destacó que “Chile es un importante productor de minerales críticos, así como también de minerales esenciales, considerados por los distintos países en el mundo”.

“Chile tiene una industria minera como institucionalidad consolidada, pero además con un ecosistema robusto, que nos permite que los minerales que colocamos en los distintos mercados tengan una trazabilidad con los más altos estándares, no solo ambientales, sino que también sociales, pero además en términos laborales y en términos el irrestricto apego a los derechos humanos. Todos estos elementos hacen que nos transformemos en un socio confiable, en un socio que es capaz de colocar minerales no solo en volúmenes adecuados, sino que además en términos de altos estándares”, reforzó Williams.