Hernán Larraín Matte, presidente de Evópoli: "La diversidad en Chile Vamos tiene límites"

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Foto: Patricio Fuentes Y.

Líder de Evópoli refuta criterio de ministros Chadwick y Pérez, quienes señalaron que el pinochetismo "es parte de la diversidad" del bloque. "Esta es una coalición abierta, pero no todo cabe en Chile Vamos", enfatiza. A su juicio, se ha iniciado "un debate en la centroderecha" que implica "volver a preguntarnos por la naturaleza del proyecto que estamos desarrollando".


"Detrás del pinochetismo hay una historia de una dictadura que violó los derechos humanos", dice el presidente de Evópoli, Hernán Larraín Matte, en contraste con la postura que esta semana fijó el gobierno a través de los ministros Andrés Chadwick y Cecilia Pérez, quienes señalaron que el pinochetismo "es parte de la diversidad" de Chile Vamos. Esto, luego de las declaraciones de la diputada Camila Flores en el último consejo general de RN. "En Chile Vamos no se puede relativizar la violación a los derechos humanos. Nosotros somos demócratas. No nos gustan las dictaduras", recalca el dirigente en esta entrevista, en la que también advierte sobre el surgimiento de una extrema derecha y dice que "José Antonio Kast se automargina de un diálogo" con la coalición.

Después de la Alianza, que tenía a la UDI y RN, se formó una nueva coalición, Chile Vamos, con un discurso un poco más renovado y nuevos principios como bloque. ¿Usted ve que en las últimas semanas ha habido señales preocupantes?

El año 2015 nace Chile Vamos, una coalición, cuatro partidos, con una declaración de principios, con un proyecto y una visión muy clara en materia de democracia y derechos humanos (…) Efectivamente, en las últimas semanas se ha abierto un debate en la centroderecha. Y yo creo que es un debate que puede ser una oportunidad, porque lo que ha hecho es volver a preguntarnos por la naturaleza del proyecto que estamos desarrollando. Y lo decía anoche (el jueves) el Presidente Piñera: Chile Vamos es un proyecto de centroderecha, es un proyecto comprometido con la democracia y con los DD.HH., y eso es también una definición de Evópoli desde su nacimiento. Por lo tanto, aquellos que relativizan los DD.HH., no comparten los principios de Chile Vamos; aquellos que extreman posiciones políticas, se salen del marco de proyecto político que estamos desarrollando como Chile Vamos.

¿En qué ha visto usted esa relativización de los derechos humanos y el extremar posiciones políticas al interior de su sector?

Por de pronto, José Antonio Kast se ha ido transformando en un factor de división al interior de la centroderecha, confundiendo al adversario, que es la izquierda; poniendo sus críticas en Sebastián Piñera, en nuestro gobierno, en nuestra coalición. Y lo hace extremando posiciones, lo hace con un discurso agresivo. Chile Vamos es un proyecto que tiene vocación de mayoría, que quiere darle gobernabilidad al país, que cree en el diálogo y no en la polarización, que cree en los acuerdos y no en los extremos. Por lo tanto, creo que ahí ha emergido un debate, y permite ir transparentando las posiciones de uno y otro. Mi impresión es que José Antonio Kast, con sus críticas, se automargina de un diálogo con Chile Vamos.

¿Se automargina de un diálogo a futuro, pensando en las elecciones presidenciales y su eventual participación en una primaria de Chile Vamos? Él se abrió a esa opción hace tiempo, el 12 de octubre pasado, cuando dijo que se podría analizar esa alternativa…

Un diálogo presente y futuro. Es una actitud permanente de criticar al gobierno, de dividir a nuestra coalición y de no enfrentar a la izquierda.

El presidente de RN, Mario Desbordes, ha dicho que hay que sentarse a conversar con José Antonio Kast. Y varios dirigentes de Chile Vamos han planteado que él debería participar de una primaria del bloque. En las condiciones actuales, ¿no es posible eso?

En el último tiempo, José Antonio Kast ha ido extremando sus posiciones, confundiendo al adversario, haciendo del objeto de sus críticas a Sebastián Piñera y nuestro gobierno, dividiendo a nuestro sector, y por lo tanto yo veo dos proyectos distintos. Con esa actitud, no veo condiciones para poder sentarse a conversar. Y con la salida del diputado Ignacio Urrutia tal vez se está empezando a transparentar la existencia de una derecha más extrema, de un grupo que está más a la derecha que Chile Vamos y que, eventualmente, tiene que tener un lugar, pero ese lugar es distinto al proyecto que busca, desde Chile Vamos, dar gobernabilidad, estar conectado con la ciudadanía y llevar adelante un proyecto fundado en la democracia, los derechos humanos, la libertad, la justicia, la economía libre y un sello social importante.

¿Por conveniencia electoral, tampoco ve usted la necesidad de incluir a José Antonio Kast en una primaria presidencial del sector? Esto, para que no arrastre votos por fuera, como pasó en la última elección…

Hay una cuestión, en primer lugar, de principios y convicciones. Chile Vamos nació con una serie de principios y convicciones, que son los que hoy nos permiten gobernar. Creo que nosotros debemos cuidar esos principios y esas convicciones para dar gobernabilidad. Y aquellos que no los comparten, bueno, están afuera de ese proyecto.

Estas posiciones extremas o "ultraderechización" no se ve solo con José Antonio Kast, sino que con otros elementos en su sector…

Primero, haría una observación un poquito más amplia. La política chilena se ha ido polarizando en los últimos tiempos. Partamos observando esto en la izquierda. La Concertación era de centroizquierda, moderada, generó la democracia de los acuerdos. Luego, la Nueva Mayoría giró hacia la izquierda, sumó al PC. Y fue perdiendo esa conexión con la ciudadanía. Y hoy emerge el Frente Amplio, a la izquierda de lo que fue la Nueva Mayoría… En la centroderecha, por los fenómenos que hemos visto, y también lo hemos visto en el mundo, también vemos que emergen grupos con posiciones más duras, con posiciones más extremas. Mi impresión, y esta es una convicción de Evópoli, es que la política -y en particular la democracia- se funda en el diálogo, en los acuerdos, en la capacidad de dar soluciones y respuestas, desde tus convicciones y principios, para todos los chilenos, no para un grupo de chilenos. Aquellos que terminan polarizando sus posiciones, terminan hablándole a parte de la población, a una minoría de la población.

En ese contexto, ¿cómo recibe usted la imagen de la diputada Camila Flores (RN), declarándose pinochetista? Y no solo eso, sino que siendo muy aplaudida en un consejo general de ese partido. O sea, no es solo una diputada que dice eso. Hay un sentir ahí…

Para Chile Vamos, la democracia y los derechos humanos son principios fundamentales. Por lo tanto, todo aquel que relativice la violación a los derechos humanos, simplemente está fuera de Chile Vamos. Por lo tanto, creo que ese es un desafío de los partidos que, frente a voces que estén en esa línea, bueno, generen la composición interna para que quede claro cuáles son los principios y convicciones que nos organizan como proyecto político. Es un deber de la coalición y de los partidos que todos quienes forman parte de Chile Vamos compartan esos principios. En Chile Vamos no se puede relativizar la violación a los derechos humanos. Nosotros somos demócratas, no nos gustan las dictaduras.

Entonces, ¿qué debería hacer, en concreto, RN?

Ese es un desafío de RN. A mí no me corresponde pautear a mis aliados, pero sí establecer un criterio general respecto del proyecto político que estamos construyendo: no podemos permitir la relativización de la violación a los DD.HH. y no compartimos que posiciones extremas sean parte de un proyecto como Chile Vamos, que es una centroderecha moderna, reformista, con un profundo sello social.

¿Declararse pinochetista es, entonces, una de esas posiciones extremas que usted dice que no puede ser parte de Chile Vamos?

Bueno, las personas tienen la libertad para pensar y decir lo que quieran. Ahora, si tú eres parte de Chile Vamos, tú tienes que compartir ciertos mínimos comunes. Y si por pinochetismo vamos a comprender el apoyo a lo que fue una dictadura que violó sistemáticamente los derechos humanos, bueno, eso no es parte de Chile Vamos.

Los ministros Andrés Chadwick y Cecilia Pérez dijeron esta semana que el pinochetismo "es parte de la diversidad" de Chile Vamos, y que es algo que hay que respetar. Por todo lo que está diciendo, se entiende que usted no está de acuerdo con esas declaraciones tampoco, ¿o sí?

Bueno, yo creo que la diversidad en Chile Vamos tiene límites y tiene un marco. Y esos límites son los principios que fundaron nuestra coalición. Chile Vamos es una coalición abierta, pero no todo cabe en Chile Vamos. Los extremos no caben en Chile Vamos… Por supuesto que existe diversidad en muchas materias, pero la democracia y los derechos humanos son parte de los principios fundamentales de nuestra coalición.

Por lo tanto, ¿declararse pinochetista es incompatible con quienes dicen -como en el gobierno- que eso es algo distinto a la condena a las violaciones a los derechos humanos? La diputada Marcela Sabat (RN) dijo esta semana que esa diferenciación es muy difícil de hacer…

Evidentemente hay una tensión detrás de alguien que se declara pinochetista, porque detrás del pinochetismo hay una historia de una dictadura que violó los derechos humanos. Por supuesto que esa tensión es evidente.

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