Javier Macaya: "En esta elección hay un contraste entre un proyecto colectivo y otro más individual"

Javier
"Si queremos mirar el futuro de la UDI, la respuesta no la vamos a encontrar en Bolsonaro", dice Macaya.

Diputado y presidente de la UDI analiza la contienda interna del gremialismo, que se encendió tras la cita entre Jacqueline van Rysselberghe y Jair Bolsonaro. Dice que viaje de la senadora "fue un paso en falso" que alienta "las caricaturas y fantasmas de ultraderecha construidos por nuestros adversarios".


No fue quien asumió la vocería principal para enfrentar el viaje que la presidenta de la UDI hizo a Brasil para reunirse con el candidato derechista Jair Bolsonaro, porque -dice- "pensamos que este tema no se iba a transformar en un eje de campaña". Sin embargo, conocidas las reacciones que generó el encuentro, el diputado Javier Macaya -quien enfrentará a Jacqueline van Rysselberghe en la elección por la presidencia de la UDI el próximo 2 de diciembre- decide hacer una reflexión más profunda de ese hecho y de cómo está enfrentando el proceso eleccionario.

Desde Iquique, Macaya asegura que la lista que encabeza ya cuenta con respaldo mayoritario de la militancia, incluyendo a cinco expresidentes del partido: Julio Dittborn, Hernán Larraín, Ernesto Silva, Patricio Melero y Juan Antonio Coloma.

¿Por qué hace una evaluación negativa de la reunión entre Van Rysselberghe y Bolsonaro?

Porque terminó dividiendo a la UDI, con la presidenta de nuestro partido dando explicaciones y alentando las caricaturas y fantasmas de ultraderecha construidos por décadas contra la UDI por nuestros adversarios políticos.

El senador Víctor Pérez calificó la reunión como "una gran oportunidad", porque era "con el futuro presidente de Brasil y, por lo tanto, es importante tender puentes". ¿Es equivocado ese análisis?

Sí, porque la propia senadora se vio obligada a precisar que no fue en representación del partido, y las críticas no vinieron solamente de quienes me apoyan sino de gente que está con ella, como los senadores Ena von Baer y David Sandoval. Y lo segundo que hay que recordar es que las relaciones internacionales las conduce el Presidente de la República, y los partidos de gobierno pueden colaborar, pero no interferir en eso. El propio Presidente Piñera ha llamado a ser muy cautelosos en esta materia. Además, lo que uno critica es que una decisión que tiene un impacto político evidente en el partido no haya sido consultado con sus estamentos internos.

¿Pese a que se trató de una invitación de carácter personal, como lo ha dicho la senadora?

Cuando llega una invitación al presidente de la UDI se le hace en dicha calidad, no existe esa separación del cargo. Mario Desbordes fue invitado en su calidad de presidente de RN y dijo que no. Si a mí me hubiese tocado estar en esa posición, no habría aceptado la invitación. Resulta inconveniente utilizar la política interna de un país amigo para remontar en la elección de un partido.

Tal como han planteado sus críticos y luego lo hizo la propia senadora, si Bolsonaro no representa a la UDI, ¿de qué manera esta cita podría ayudar a su reelección?

Fue un paso en falso que ella tiene que asumir como un costo por no haberlo consultado. Perfilarse por quién es más duro no es el camino para la competencia electoral en la UDI. Uno puede hablar claro, sin complejos, con la forma y empatía que requiere el debate público; eso es distinto a perfilarse por quién va primero a juntarse con un candidato de las características de Bolsonaro.

Usted ha dicho que "no me gustaría que la UDI se pareciera al proyecto de Bolsonaro", pero añadió que "si yo fuera brasileño, probablemente votaría por Bolsonaro". ¿Qué lo diferencia, entonces, de la postura de la senadora?

Me niego a que la política en la UDI viva permanentemente en la lógica de política-ficción, por ejemplo, sobre cómo votarías en Brasil. Claramente, el escenario brasileño, donde la corrupción y la violencia están desbordadas, hace que la única alternativa para derrotar a la izquierda sea Bolsonaro, pero ese es un problema de los brasileños. A nosotros nos debe interesar lo que está ocurriendo en Chile, y si queremos mirar el futuro de la UDI, la respuesta no la vamos a encontrar en Bolsonaro. Cuando tú pones en el debate lo que está proyectando la lista de Van Rysselberghe y lo que está proyectando nuestra lista, hay un contraste entre un proyecto colectivo, que está conversando con los militantes, con un ejercicio responsable del poder, versus un proyecto sumamente individualista.

¿Espera que ella dé explicaciones en la próxima reunión de directiva, en la comisión política o en las reuniones de las bancadas de diputados o senadores?

Las consultas debieron ser antes, ya no se hicieron. Es mejor cerrar este debate, por la unidad y el futuro del partido.

Más allá del tema Bolsonaro, ¿qué diferencias busca marcar respecto de la conducción de Van Rysselberghe en la UDI? ¿Por qué ella no debe seguir al mando del partido?

Yo creo más en lo colectivo que en lo individual, y nosotros estamos en un proyecto de futuro. Los partidos políticos que no miran al futuro están condenados a la intrascendencia. Hemos tenido la capacidad de representar a una generación capaz de convocar a todos e incorporar la fuerza y la mística para disputarle a la izquierda la adhesión de los sectores populares. Ese es nuestro proyecto, mirando al futuro y recuperando la capacidad de influir en la política chilena.

¿Esa influencia cree que se ha perdido con la conducción de Van Rysselberghe?

Nos hemos diluido en algunos temas y tenemos que tener la capacidad de marcar la diferencia.

Hasta este episodio, no había diferencias tan notorias entre ambas listas. ¿No cree que a ustedes les ha faltado difundir ideas propias?

Estamos escuchando a la UDI para poder dirigirla. Esta es una carrera que estamos corriendo con muchos militantes históricos del partido. No es casualidad que cinco expresidentes de la UDI nos estén apoyando, así como ministros, funcionarios del gobierno y personas con una historia muy importante en este partido. Y no es casualidad que las bases nos estén dando su apoyo de manera muy significativa. Estamos muy contentos con lo que hemos proyectado hasta ahora, pero vamos a terminar de recorrer Chile con nuestras propuestas, ideas y miradas de futuro del partido.

¿Y puede contar quiénes son esos ministros que están trabajando por su candidatura? Porque el gobierno ha pedido prescindencia a las autoridades respecto de las elecciones internas...

Sí, y quiero reiterar la petición que ha hecho el Presidente: los ministros, los funcionarios de gobierno se tienen que abstener de participar activamente en la campaña interna, porque ellos se deben a sus funciones en el Estado. Esta es una interna a la que le quedan seis semanas y al gobierno le quedan todavía tres años.

Pero es conocida su relación de cercanía con el ministro Andrés Chadwick. ¿No ha conversado con él de esta elección interna?

Converso mucho con él, pero reitero la petición que ha hecho el Presidente: el gobierno no tiene que participar activamente en política partidista. Ahora, tengo una relación de más de 20 años con Andrés Chadwick; a los 18 años fue mi profesor de Derecho en la Universidad Católica, nos conocemos de toda la vida, tenemos mucha confianza y afinidad política, pero entiendo su rol y entiendo la prescindencia que tiene que tener en esta materia. Lo único que espero es que ¡sí, que vaya a votar!

En esta competencia, se ha planteado que las principales diferencias entre usted y la senadora están dadas por distintos estilos de liderazgo y su cercanía con La Moneda. ¿Cree que es así?

Hay distintos tipos de liderazgo, hay más personas que hemos convocado y, sobre todo, hemos incorporado más futuro y más mística a lo que estamos proyectando. Tenemos muchos desafíos por delante en este gobierno y después; quiero que mi partido levante un candidato presidencial, que vuelva a ser el partido con más representantes de elección popular, que sea el partido con más militantes en el país. Hay muchos desafíos que tienen que ver con descentralización, con tomar decisiones en forma más colectiva y acorde a los nuevos tiempos. Un ejemplo: el día en que toda la clase política chilena hablaba de si iban o no los partidos a La Moneda por el acto del plebiscito, con un grupo de diputados entregamos nuestra propuesta medioambiental en Quintero, en un tema en que tradicionalmente la derecha ha guardado silencio y hemos dejado que esas banderas las eleve la izquierda.

El senador Coloma intervino por el tema Bolsonaro, lo que fue interpretado como un respaldo a su candidatura. ¿Es así? ¿Va a asumir un rol activo en su campaña?

El senador Coloma es uno de los cinco expresidentes que nos están apoyando, y lo hace porque representamos el futuro y la proyección que tiene la UDI, no lo hace porque se trate de una situación familiar, porque su hijo participe activamente en nuestra lista, sino porque entiende que aquí hay una proyección de futuro. Y lo segundo, Juan Antonio Coloma no tiene por qué buscar excusas para apoyarnos. Él participó en su momento -al igual que muchas otras personas que nos están apoyando- en la lista y en la elección de Jacqueline van Rysselberghe, pero hoy día entienden que es importante mirar hacia el futuro.

¿Espera que Coloma haga público ese respaldo?

Entiendo que él lo va a hacer. Nosotros estamos recorriendo Chile, en algún momento vamos a estar en la Región del Maule, pero que él exprese este respaldo es una decisión y un tiempo que tiene que tomar él.

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