Las cuatro encrucijadas del Frente Amplio ante la crisis
El bloque ha tenido que enfrentar una serie de definiciones políticas en medio del estado de emergencia que decretó el Presidente Piñera. En todas ellas se han expresado posturas divergentes, que han terminado tensionando al conglomerado. Acá, algunos momentos que han marcado su debate interno.
¿Legislar o no el proyecto que frenó el alza?
Por "sorpresa" tomó a varios sectores del Frente Amplio (FA) la declaración que el domingo pasado hizo el diputado de Revolución Democrática Jorge Brito, en medio de la sesión de la Cámara.
En esa intervención, el parlamentario aseguró que el conglomerado no se iba "a prestar" para legislar el proyecto que el Presidente Piñera había enviado al Congreso pocas horas antes y que dejaba sin efecto el alza de tarifa del transporte público que desató la crisis que vive el país. Poco después, el legislador se retiró de la sala junto a otros parlamentarios, como Catalina Pérez (RD), Maite Orsini (RD) y Pamela Jiles (PH).
El hecho provocó la molestia del jefe de bancada de RD, Pablo Vidal, quien en ese momento se encontraba en reunión de comités sin saber de la acción del resto de sus compañeros. Su incomodidad se hizo evidente en el mismo hemiciclo, donde increpó a quienes se retiraban de la sala.
El episodio también tomó por sorpresa al diputado Giorgio Jackson (RD), quien -a diferencia de lo que planteó Brito- minutos antes había aprobado en la Comisión de Hacienda el mensaje del Ejecutivo. Pese a que -tras una reunión de emergencia- todos los parlamentarios del bloque se alinearon y votaron favorablemente la iniciativa, en el conglomerado hay una visión mayoritaria de que el episodio fue un "error".
¿Ir o no ir a La Moneda?
"Vinimos, pero no entramos". Así graficaban en el Frente Amplio la decisión intermedia que tomó el bloque frente a la invitación que el Presidente Sebastián Piñera extendió -inicialmente- a solo algunos partidos del conglomerado para abrir un diálogo en La Moneda ante la crisis que atraviesa el país.
El hecho de que, en un primer momento, el gobierno hubiese invitado solo a Revolución Democrática tensionó al resto de los partidos de la coalición, desde donde advirtieron que no podían permitir que el Ejecutivo terminara dividiéndolos. Así, la presidenta de ese partido, Catalina Pérez, negoció con el ministro de la Segpres, Gonzalo Blumel, que se extendieran invitaciones a todas las fuerzas. "Todos o ninguno", fue la advertencia.
Y mientras RD lidiaba con las presiones de las organizaciones sociales para restarse del encuentro, el diputado Tomás Hirsch (PH) y la presidenta de su partido, Catalina Valenzuela, dieron un no rotundo desde el primer momento, postura a la que se plegó la diputada de Convergencia Social Gael Yeomans. Por otra parte, la timonel de Comunes, Javiera Toro, también había manifestado su disposición a participar del encuentro.
Y pese a que el gobierno accedió a convocar al resto de los partidos -envió invitaciones de última hora a Comunes y Convergencia Social- y que desde sectores de RD inicialmente estaban abiertos a participar de la reunión, finalmente se impuso la visión de quienes estaban por no ir a La Moneda.
Así se gestó la idea de que la excandidata presidencial del conglomerado Beatriz Sánchez acudiera al Palacio Presidencial entregándo -vía oficina de partes- las propuestas del Frente Amplio para iniciar un diálogo, evitando aparecer como un bloque que no estaba siendo un aporte en medio de la crisis.
El diseño, en todo caso, no dejó a todos conformes. "El Frente Amplio no debe seguir actuando erráticamente. Al Presidente no lo vamos a presionar para que retire a los militares y salga de esta ensoñación de resolver esto con tanquetas desde nuestro silencio o restándose de espacios en donde tenemos que intervenir", dijo el ideólogo del bloque, Carlos Ruiz.
¿Fin al estado de emergencia o desmilitarización?
Fue en el frontis de La Moneda que la excandidata presidencial del Frente Amplio Beatriz Sánchez dio la primera señal de apertura al diálogo por parte del bloque. En un documento con una serie de propuestas para enfrentar la crisis que atraviesa el país, el conglomerado resolvió proponer al gobierno un proceso gradual de "desmilitarización" como una base para poder iniciar conversaciones.
La propuesta dejó en evidencia el cambio de tono de la propia Sánchez y su conglomerado, quien el fin de semana pasado -a solo horas de que se decretara el estado de excepción- condicionó cualquier diálogo con el gobierno a que se retiraran los militares de la calle. "Estamos claramente con la gente", dijo la exabanderada junto a otros dirigentes, quienes luego se unieron a las manifestaciones.
Inicialmente, en la coalición habían decidido distanciarse completamente de la decisión del Mandatario de recurrir al estado de excepción. "¿Me puede explicar Presidente Piñera cómo pretende que aceptemos dialogar poniéndonos la pistola sobre la mesa?", dijo la presidenta de RD, Catalina Pérez, el sábado 19.
Por esos días, el diputado Gabriel Boric, incluso, encaró personalmente a efectivos militares que se encontraban en las calles.
La primera señal entregada por los dirigentes del bloque, sin embargo, fue leída como un "error" por parte de algunos sectores más moderados de RD y el Partido Liberal.
De hecho, para algunos en el bloque se ha vuelto imposible pedirle al gobierno que retire de forma inmediata los militares de la calle, en vista de que a una semana de que se decretara el estado de emergencia, aún no se ha logrado garantizar la seguridad de la población.
¿Acusar o no acusar al Presidente?
La primera en proponerlo fue la diputada humanista Pamela Jiles. El martes, en medio del debate de una sesión extraordinaria de la Comisión de DD.HH. de la Cámara, la parlamentaria pidió la palabra.
"Humildemente quiero preguntar: ¿Si los estados de emergencia autorizan a restringir la libre circulación, pero no a atentar contra la vida de las personas (...), no es del todo razonable que nosotros, como comisión, a partir del cumplimiento de nuestro deber, nos planteemos la posibilidad de hacer una acusación constitucional a Sebastián Piñera, quien es quien ha atentado -hasta aquí con éxito- contra la vida de 15 conciudadanos, a través del Ejército en las calles?".
El planteamiento de Jiles reflejó plenamente la postura que ha fijado en los últimos días el Partido Humanista, colectividad que se ha levantado al interior del bloque como una de las más duras contra las decisiones adoptadas por el gobierno.
De hecho, al día siguiente, el diputado Tomás Hirsch confirmó que la propuesta de la diputada era algo que estaban estudiando seriamente junto a otros sectores del conglomerado que han estado en la misma línea: no darle respiro a La Moneda. Así, sectores como Convergencia Social, Comunes y los ecologistas se sumaron a la iniciativa, que también es impulsada por el Partido Comunista.
Sin embargo, no todos en el Frente Amplio comparten la idea de acusar constitucionalmente al Presidente Piñera. Es la postura de sectores como RD y el Partido Liberal, desde donde han advertido que una acción de ese tipo podría poner en riesgo aún más la institucionalidad democrática y terminar, incluso, profundizando la crisis.
La excandidata a diputada de RD Javiera Parada cuestionó ayer a quienes impulsan la acusación en contra del Mandatario. "¿De verdad hay gente pensando en destituir a un Presidente democráticamente elegido? Por favor, díganme que no es cierto", sostuvo. Y agregó: "Para sacar un Presidente hay que ganar las elecciones ¿O es que también vamos a justificar cómo sacaron a (Salvador) Allende? Cuidado con bajar los estándares democráticos cuando nos conviene. Mucho cuidado".
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