Las fallidas gestiones del comité político para evitar el avance del proyecto de retiro de fondos de pensiones

Ministro del Interior, Gonzalo Blumel, junto al ministro de Hacienda, Ignacio Briones. Foto: Agencia Uno.

Ministros lideraron una serie de reuniones para intentar desactivar votos a favor del retiro de fondos de las AFP y terminaron concediendo varias de las exigencias que planteó la coalición.


“¿Por qué tenemos que creerles ahora?”. Esa fue la pregunta que lanzó este miércoles uno de los diputados UDI a los ministros del comité político -Gonzalo Blumel, Claudio Alvarado, Ignacio Briones y Cristián Monckeberg- en una reunión durante la mañana.

En esa cita, el gremialismo presionó para que entreguen más medidas para la clase media con la advertencia de que, de lo contrario, algunos apoyarían el proyecto que permite el retiro anticipado del 10% del fondo de pensiones, el que finalmente fue aprobado más tarde en la Cámara, propinándole al gobierno una dura e histórica derrota.

La pregunta del parlamentario UDI -que se desarrolló en un tenso encuentro- dio cuenta de la desconfianza y fractura de las relaciones entre el partido que lidera Jacqueline van Rysselberghe y La Moneda a raíz de una serie de episodios, el último de ellos luego de la decisión del Presidente Sebastián Piñera de no vetar la ley de límite a la reelección.

El planteamiento de ese legislador, que según recuerdan algunos fue Javier Hernández, fue secundado por el diputado Juan Antonio Coloma, quien puso sobre la mesa un listado de iniciativas en que el gobierno pidió el apoyo de la UDI y que, sin embargo, después el Ejecutivo terminó cediendo ante la oposición. “Esa línea de crédito se acabó”, recalcaban algunos para justificar su malestar y para dar cuenta de que la relación entre el partido y el gobierno no puede seguir así.

A esas alturas, el resultado que tendría la votación en la Cámara era incierto. Y en La Moneda se profundizaba la preocupación ante la apertura mostrada por varios legisladores oficialistas, cuyos votos, precisamente, terminaron inclinando la balanza en favor de la iniciativa, que el Ejecutivo había pedido rechazar. La inquietud en Palacio ante esa rebelión en Chile Vamos, además, provocó que el propio Presidente Piñera se comunicara con algunos diputados, entre ellos, Sergio Gahona, uno de los UDI que se manifestó abierto a aprobar el proyecto y que finalmente se abstuvo. De todas maneras, 13 diputados de Chile Vamos votaron a favor y permitieron que la iniciativa avance, con lo que en el gobierno admiten que esto implica un duro revés para el comité político y, en especial, para Blumel como jefe de gabinete. Así, en el Ejecutivo dicen que el titular de Interior queda en una situación “delicada”, lo que se suma a las críticas que ha lanzado la UDI a su gestión en los últimos días.

En el caso de los otros secretarios de Estado, en La Moneda reconocen que el traspié también es complejo, ya que Alvarado -reconocido por “cazar” votos- no pudo alinear a la UDI; Monckeberg no pudo ordenar a RN tras su ingreso al comité político; y agregan que Briones fue “soberbio” durante la negociación de este miércoles.

Cercanos a Blumel dicen, justamente, que fue todo el comité político el que se desplegó para alinear los votos y recalcan que los desmarques vinieron de la UDI y RN, porque Evópoli -dicen- estuvo ordenada en votar en contra. Asimismo, en La Moneda hay quienes apuntan también al rol de los líderes de la coalición y de los jefes de bancada en haber evitado lo que ocurrió en la Cámara.

En el encuentro con la UDI, Blumel hizo una autocrítica respecto de la relación del gobierno con ese partido y dijo que entendía el malestar. De acuerdo a las mismas versiones, fue interrumpido por la jefa de bancada, María José Hoffmann, quien le habría recalcado que él era la cara visible del gobierno y, por tanto, el problema también era con él. De todas formas, la diputada no personalizó la discusión en Blumel y valoró la disposición del Ejecutivo.

El titular de Interior, entonces, hizo un llamado dramático para asegurar el rechazo a la iniciativa sobre los fondos de pensiones. De acuerdo a las mismas versiones, apuntó a la unidad en el sector y a que el resultado de la votación sería clave para el futuro del gobierno y de Chile Vamos. Esto, porque se ponía en riesgo -dijo- la gobernabilidad.

“La UDI ha llegado a un límite en términos de confianza y hasta ahora necesitamos claridad de que vamos a retomar la influencia en el gobierno”, manifestaba Hoffmann al término de la cita, agregando que “se nos acabó la paciencia”. Para el gremialismo, lo más importante era que el gobierno entregara transferencias directas o un Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) especial para la clase media; y mejoras en las condiciones de entrega de créditos y subsidios de arriendos. Estas medidas fueron consensuadas con RN y Evópoli, colectividades con las que también conversaron los ministros del comité político para intentar neutralizar la rebelión.

Para eso, el Ejecutivo terminó acogiendo varias de las peticiones del oficialismo. Y durante la jornada -antes de que se votara el proyecto de AFP- envió un documento a Chile Vamos con las nuevas medidas.

En ese texto, se incluyen cinco puntos: “Ingreso Familiar de Emergencia Plus”, que considera “facilitar el ingreso a familias de clase media que hoy quedan fuera”; la fijación de nuevos tramos para subsidios de arriendo; un “préstamo estatal solidario”, que implicaría, por ejemplo, $650 mil mensuales para una familia por cuatro meses; una postergación de cuotas de créditos hipotecarios con garantía estatal; y, finalmente, se plantea un último punto sobre un “acuerdo político”, que hace referencia al escenario que enfrenta el oficialismo. “El acuerdo no se remite únicamente a ampliar los beneficios para la clase media. Se refiere también a un acuerdo político entre los partidos de Chile Vamos de forma tal de generar una articulación político-estratégica fluida que propenda a la unidad y al actuar conjunto entre el Ejecutivo y los parlamentarios”, se lee en el texto.

De esa manera, se recogía una de las demandas de la UDI al incorporar un IFE para la clase media, con lo que algunos en la bancada gremialista transmitían que se descomprimía el ambiente y se iniciaba “un nuevo trato” con el partido. De todas maneras, cuatro diputados gremialistas terminaron votando a favor del proyecto de AFP.

Las concesiones, sin embargo, no fueron inmediatas. La cita con la UDI había finalizado sin acuerdo. De hecho, el documento que envió el gobierno fue una exigencia del gremialismo para tener certeza, por escrito, de qué cosas cedería el Ejecutivo. Y en la reunión que los ministros tuvieron con RN, Briones -dicen asistentes- había enfatizado en las dificultades para entregar más transferencias directas.

Más tarde, los secretarios de Estado tuvieron que ir a convencer nuevamente a RN. Así, se trasladaron al Congreso, en Valparaíso, donde se reunieron -a excepción de Blumel, quien permaneció con Piñera en La Moneda- por segunda vez con los diputados de ese partido, encuentro en el que esa colectividad pidió que, además del préstamo estatal, se entregue un aporte de $650 mil por una sola vez. Sin embargo, el gobierno lo rechazó. Finalmente, 9 legisladores de RN votaron a favor del retiro de fondos de AFP, gatillando una crisis interna que provocó la renuncia de los diputados Diego Paulsen y Leopoldo Pérez a la bancada.

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