Marcela Cubillos: “Sacar a la izquierda es un desafío ético, y en eso las luchas por la hegemonía en la derecha no debieran tener espacio”

MARCELO CUBILLOS
MARCELA CUBILLOS FOTO PEDRO RODRIGUEZ

"Abramos los ojos. Esta es una izquierda que actúa duro", dice la exministra y candidata independiente por Las Condes. A una semana de la elección municipal, Cubillos asegura que la polémica por su sueldo en la USS no le hizo mella en sus opciones y urge a su sector -la derecha- a ponerse de acuerdo en un proyecto alternativo a la izquierda, dejando de lado maximalismos y la disputa por quién tiene el liderazgo que hoy se da entre republicanos y Chile Vamos.


Implacable, Marcela Cubillos sigue defendiendo su postura en torno al sueldo de $17 millones que recibió por parte de la Universidad San Sebastián entre 2021 y 2023. Incluso a pesar del vendaval de críticas que recibió por parte de la derecha -donde tuvo un especial round con Gonzalo Blumel e Ignacio Briones-, tras lo cual Evópoli les dio libertad de acción a sus militantes para la elección del 27 de octubre en Las Condes.

¿Ganó con la defensa que hizo del tema?

No, yo creo que simplemente hice lo que hago siempre, y nadie puede sorprenderse que haya reaccionado de esa manera. Que es de frente, enfrentando el problema y con convicción cuando creo que hay principios involucrados. Como sí creo que había en esto.

Por el lado de la derecha, aunque mantuvieron el respaldo, hubo también un montón de críticas de la UDI, de Evópoli. ¿Revolvió mucho las aguas todo esto dentro de tu sector?

No hay que generalizar. Hay muchas personas que entendieron que atrás de esto hay un principio a cuidar, que es la libertad de los proyectos educativos de educación superior privada, la autonomía de las universidades. Lo que está pasando con la ley de reforma del CAE demuestra cuán importante es defender ese principio, porque ahora se ve cómo esta amenaza a los proyectos de educación superior privada es una estrategia y una convicción que tiene la izquierda. Muchos en la derecha entendieron que ese principio estaba atrás y tuvieron palabras de defensa y se pusieron desde el lado de esos principios liberales. Obviamente hay personas que pueden no estar de acuerdo y que manifestaron su opinión, es parte de esto. Yo no me enredo más y de hecho los candidatos a concejales de Evópoli están todos trabajando conmigo.

¿Y qué pasa con los dirigentes? ¿Están desconectados?

Da lo mismo, no creo que importe mucho, porque mi campaña no nació de las directivas de los partidos. Yo no voy en cupo de Chile Vamos, hace rato que me preocupo de actuar según mis convicciones, y en alguna estarán de acuerdo unos, en otra estarán de acuerdo otros. Me preocupo de actuar con libertad, de defender mis ideas y los principios en los que creo.

Y hoy día, ¿de quién se siente más cercana? ¿De la UDI? ¿Republicanos?

Me cargan las etiquetas y las categorías así. De hecho, por algo inscribí una candidatura independiente con firmas ciudadanas, porque haciéndolo así logré que tanto la gente que vota republicano como la que vota por Chile Vamos respalde mi candidatura.

También hay candidatos militantes que tienen el respaldo de todos los partidos...

Eso se dio después, pero lo que se iba a dar en Las Condes, cuando yo pongo mi nombre, es que republicanos había dicho que si iba a la reelección la actual alcaldesa (la UDI Daniela Peñaloza) iban a llevar un candidato en competencia. Y yo podía aunar a los votantes de ambos mundos. La gran mayoría de gente en Chile no se siente representada por partidos políticos, y eso es algo de lo que tienen que hacerse cargo las propias directivas.

¿Entonces se ubica a equidistancia de ambos bloques?

No, es lo que digo: yo defiendo posturas y en algunos casos voy a estar más cerca del Partido Republicano, en otras más cerca de la UDI, y en otras de Renovación Nacional. He trabajado toda mi vida por la unidad de la oposición, y estoy convencida de que esa unidad se tiene que dar en torno a un proyecto alternativo que sepamos construir. No tanto en torno a una persona. A mí me gusta más el trabajo a la inversa. Poner tu idea, poner tu proyecto y unirnos atrás de eso.

¿No se contradice eso con el hecho de que Ud. vaya como candidata independiente y no detrás de un proyecto colectivo como el de un partido?

Al revés, porque aquí en Las Condes, lo que hizo una candidatura independiente como la mía fue unir a la derecha. En otras partes una candidatura independiente podía dividir. Aquí unió, evitó una competencia entre Chile Vamos y republicanos que los vecinos de Las Condes no la hubieran entendido, porque aquí la gente no tiene tantas diferencias entre unos y otros.

La derecha

Ya casi al cierre de la campaña -que de ganar la tendría por primera vez a cargo de una alcaldía, después de ser diputada y ministra-, Cubillos se muestra segura en su competencia que la enfrenta a Constanza Schonhaut (FA) y Marcela Cubillos Hevia (Izquierda Ecologista). Y urge a la derecha a lograr pronto un proyecto alternativo común.

¿La reacción a la polémica por su sueldo no da cuenta de los roces y desavenencias que hay dentro de la derecha?

A mí lo que me gusta es construir unidad en torno a ideas. Entonces, aquí lo que tenemos que discutir es cuál es el proyecto alternativo que vamos a levantar para enfrentar a la izquierda. Y un eje fundamental es la libertad de enseñanza, que implica no solo la libertad a nivel escolar, que se la cargaron con la reforma educacional de Bachelet, sino también la libertad en la educación superior. La derecha lo que tiene que hacer es luego ponerse de acuerdo en cuál es el proyecto alternativo que va a ofrecer.

¿Ve débil ese proyecto en Chile Vamos, en republicanos? No hay una conversación entre estos dos bloques sobre ese punto...

Hemos estado metidos mucho tiempo en un proceso constituyente que no tuvo sentido y ahora en una elección municipal. Espero que el 26, 27 de octubre, después de la elección, nos pongamos a trabajar en ese proyecto alternativo a la izquierda. Tenemos que ponernos de acuerdo en lo fundamental si queremos agrupar una oposición lo más amplia posible.

¿Una oposición que vaya desde Demócratas hasta republicanos, como quería el expresidente Piñera?

Sí, todo lo que está a la derecha de este gobierno. Creo que no hay nada más importante que reemplazar a la izquierda refundacional que está en el poder. Porque esta no es una izquierda como la que enfrentábamos antes, la de la Concertación, con la que podías tener diferencias en orientación de políticas públicas. Esta es una izquierda que va hacia otro rumbo. Es refundacional, no cree -lo pusieron por escrito- en la democracia liberal, no cree en la libertad económica, por lo tanto enfrentarla es un desafío mucho más importante y se necesita una derecha distinta para enfrentar a esta izquierda que la derecha que se necesitaba para enfrentar a Ricardo Lagos o a Eduardo Frei. Y para construir esa unidad amplia no puedes ser maximalista, tienes que ponerte de acuerdo en los ejes más fundamentales, y el resto de las diferencias tienen que pasar a segundo plano para reemplazar a una izquierda que tanto daño le puede hacer a Chile.

¿Cuáles serían las ideas fundamentales para este proyecto político?

Chile hoy tiene dos problemas fundamentales. Uno, un problema de seguridad, y otro, un problema de estancamiento económico. En el problema de seguridad tenemos que ser capaces de defender sin complejos el respaldo al uso de la fuerza legítima dentro del Estado de Derecho para enfrentar la violencia. Que nunca más tengamos carabineros que se dejen golpear por miedo a usar sus armas. Y en segundo lugar, en materia de progreso económico, defender la libertad económica, el derecho a emprender, el derecho a crear empresas, el derecho a que a la gente le vaya bien. Y en materia educacional, a mí me parece que también es fundamental, porque esa ha sido la gran batalla que la reforma educacional de Bachelet dio, y que hoy día hay que contrarreformar.

¿Cómo se conversa en torno a un proyecto alternativo si José Antonio Kast dice que su proyecto y el de Chile Vamos son completamente distintos?

Obviamente los partidos tienen perfiles diferentes, no es lo mismo Demócratas que la UDI o que republicanos. En la oposición hay mucha diversidad, pero si nos damos cuenta de los riesgos que tiene que esta izquierda que está en el poder siga avanzando en su agenda, nos vamos a poner de acuerdo en lo fundamental para el próximo gobierno. A lo mejor hay muchas cosas que algunos de esos partidos quisieran hacer como gobierno y que quizás van a tener que postergar en aras de reemplazar a la izquierda que está en el poder.

¿Y ve disposición a eso? No se ve una buena relación últimamente entre los partidos...

Ahí es donde se juegan los liderazgos...

A su juicio, ¿son realmente proyectos distintos republicanos y Chile Vamos?

Son perfiles diferentes, pero en lo esencial uno ve que, bueno, por algo estuvimos todos por el rechazo, ¿no es cierto? Y que creen en la democracia liberal, en la libertad económica. Hay estilos distintos, han participado en votaciones distintas. Por poner un ejemplo, a mí me cuesta entender que no haya votado todo Chile Vamos a favor de la acusación de la ministra Tohá. Ese tipo de cosas son diferencias en acciones políticas, pero no nos podemos perder que con quien tenemos las diferencias más profundas es con la izquierda refundacional.

¿Y no ocurre que esas diferencias se dan a partir de una lucha por la hegemonía del sector?

Sacar a la izquierda es un desafío a esta altura ético, un desafío patriótico, y en eso las luchas por hegemonía no debieran tener espacio. Lo que pasa es que estamos justo a una semana de una elección en que se compite entre distintos partidos, y se acentúan las diferencias, pero el próximo año tenemos que reemplazar a quien está en La Moneda. Lo que me preocupa es que a veces se crea que se necesita solamente un cambio de la persona que está a cargo y no un cambio de rumbo. Chile necesita no solo un cambio de timonel y de tripulación, sino que un cambio de rumbo.

¿Evelyn Matthei o José Antonio Kast aseguran un cambio de rumbo?

Imagino que ellos empezarán, después de estas elecciones, a construir su alternativa presidencial y espero que se haga con la mayor unidad posible, que nos pongamos de acuerdo en ciertos procedimientos, o de primarias, o de colaboración, o de cooperación a una primera vuelta, pero sobre todo en ideas. Que haya claridad en lo que queremos, porque lo que los chilenos demandan es un cambio de rumbo más que un mero cambio de persona.

Lo que pasa es que no sabe si republicanos y Chile Vamos son adversarios o son aliados...

Yo no participo en las decisiones de los partidos políticos, hablo como una independiente que mira esto desde afuera, pero también veo que la desafección de la gente con los partidos está en que ven el daño que una izquierda le está haciendo a Chile y la desesperación por presionar para que se pongan de acuerdo para enfrentar ese daño. Esa es una presión ciudadana muy importante.

Se ha levantado un debate respecto de la capacidad de gobernabilidad que está mostrando la derecha, sobre todo tras la tortuosa negociación municipal. ¿Está a prueba?

Prefiero ponerlo en positivo. Creo que es un desafío mostrar gobernabilidad si queremos generar confianza para gobernar. Yo no veo la política en términos personales. Y siento que a veces se queda mucho en la relación personal de unos dirigentes con otros. Eso hace todo mucho más difícil. Es mucho más fácil cuando tienes claro el camino hacia donde vas, alinearte u ordenarte. Falta entender lo que tenemos al frente y poner por delante ideas que tenemos en común, y eso te va a unir mucho más.

¿Y hay tiempo para hacer eso todavía? A pesar del caos que se ve en la derecha.

Por supuesto. Creo que basta por ponerse ese objetivo y por otro lado asumir y entender el daño que tienes al frente. Si tienes una izquierda que no ha renunciado al octubrismo, que no ha renunciado a su agenda, que por donde puede va a tratar de seguir haciendo los cambios en los que cree, que no cree en la democracia y lo pusieron por escrito en el texto de la Convención, a mí me impacta que nos cueste. Y encuentro lamentable que todavía haya personas que no crean que a esa izquierda se le tiene que enfrentar con demasiada convicción. Mucho más fácil o cómodo quizás es decir “no creo que la izquierda esté en eso”, porque eso no te obliga a actuar ni a unirte, eso no te obliga a asumir costos. Pero abramos los ojos. Esta es una izquierda que actúa duro.

¿Eso implicaría cerrar la puerta a cualquier tipo de acuerdo con el gobierno?

Me parece que es esencial. No puedes hacer acuerdos con un gobierno que va hacia un rumbo completamente distinto al que tú quieres llevar al país.

Hoy día es Evelyn Matthei la candidata que está mejor aspectada en la encuesta en términos presidenciales. ¿La ve a ella con la capacidad para liderar un proyecto así?

Yo he dicho desde el día uno que inscribí mi candidatura: no voy a presidencializar la elección de Las Condes.

¿Cómo ve sus propias opciones en Las Condes?

Cuando uno inscribe una candidatura, busca ganar. Yo he participado en dos elecciones de diputada y una elección de convencionales, las tres anteriores las he ganado. Espero ganar esta y tengo muchas ganas de mostrar desde Las Condes cómo se gobierna con nuestro proyecto político. Si creemos en un Estado moderno, yo no entiendo que uno llegue a una municipalidad y busque contratar más gente de la que se necesita. Si creemos en un Estado moderno y eficiente y estamos contra la permisología, no puedo llegar a una municipalidad a llenar de burocracia. Si estamos de acuerdo en que la gente conoce mejor los problemas que el Estado, no pretendo desde un edificio imponer las soluciones a los vecinos. Los gobiernos locales permiten también mostrar cuál es nuestro proyecto político, y eso me tiene muy entusiasmada.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.