“Momento gris y amargo” para el oficialismo: derrotas simbólicas, recriminaciones y el vacío de La Moneda ad portas del “once”
Una propuesta del PC para condenar la declaración de la Cámara que antecedió al Golpe de Estado, fue rechazada esta tarde. Adicionalmente, los diputados oficialistas que protestaron este martes en contra de ese manifiesto de 1973 serán multados.
Un ingrato estreno para el oficialismo tendrán los recientes cambios reglamentarios de la Cámara, impulsados durante la presidencia del diputado Vlado Mirosevic (liberal) y que contaron con el apoyo unánime de las bancadas de la alianza gubernamental.
Los diputados del PC, Acción Humanista y el Frente Amplio que protestaron ayer por la lectura de la controversial declaración de la Cámara que antecedió al Golpe de 1973, fueron sancionados con una “censura”.
Esta medida disciplinaria, cuando es aplicada por el presidente de la corporación, conlleva una multa del 3% de la dieta, es decir, sufrirán un descuento en sus remuneraciones del orden al $210 mil por haberse parado de sus pupitres y portar letreros con imágenes de ejecutados políticos y detenidos desaparecidos, situación que ya no está permitida con la última modificación reglamentaria.
El hecho ocurrió este martes, mientras el prosecretario de la Cámara, Luis Galleguillos, leía la resolución del 1973 que acusaba al gobierno de la Unidad denunciaba el “grave quebrantamiento del orden constitucional y legal de la República” de parte del gobierno de la Unidad Popular (UP), que lideraba el fallecido Presidente Salvador Allende.
Ese manifiesto institucional de hace 50 años, que para algunos “fue la luz verde” para la intervención militar. En aquella resolución de 1973, los entonces diputados de la DC y del disuelto Partido Nacional (cuyos dirigentes posteriormente fundaron RN) acusaban al gobierno de la UP de haber infringido una veintena de normas constitucionales y legales. Esa declaración fue usada durante la dictadura como sustento jurídico para justificar la intervención militar y hablar de “pronunciamiento” en vez de Golpe de Estado.
“Esta mesa ha usado el reglamento y están censurados todos los parlamentarios que están de pie y con carteles”, dijo el presidente de la Cámara, Ricardo Cifuentes (DC) este martes.
La sanción fue reclamada especialmente por la bancada del PC. Incluso, la diputada Lorena Pizarro (PC), expresidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, dijo que la sanción no los inhibirá de seguir usando imágenes de sus deudos. “Si nos van a sancionar mil veces, lo vamos a aceptar, pero quiero decirle algo a la mesa (de la Cámara), no puede ser que eso se transforme en una persecución a quienes no queremos dar paso a que avance el negacionismo, somos las víctimas, los hijos de las víctimas..., tener los carteles de nuestros familiares, ese derecho, lo ganamos en plena dictadura, duela a quien le duela, moleste a quien le moleste”, dijo Pizarro, hija de Waldo Pizarro Molina, dirigente del Partido Comunista y detenido desaparecido.
El episodio tensionó las relaciones entre las bancadas de izquierda y la mesa encabezada por Cifuentes.
Sin embargo, durante la sesión del martes hubo un gesto y se defendió el derecho de la vicepresidenta de la Cámara, la diputada Carmen Hertz (PC), viuda de Carlos Berger, ejecutado político en dictadura, para usar la imagen de su marido en la solapa de su chaqueta, como un atuendo de luto.
Recriminaciones
Esta situación, sin embargo, no fue la única que empeoraba “el momento gris y amargo”, como dijo en su último discurso Allende.
A días de los 50 años de la Golpe Militar de 1973, desde las mismas bancadas de diputados de izquierda vienen reclamando la falta de una debida organización de las actividades conmemorativas de parte del gobierno, a pesar de que la llegada al equipo de asesores presidenciales de Manuel Guerrero -hijo de Manuel Guerrero Ceballos, uno de los profesores degollados en 1985- buscaba precisamente apuntalar los preparativos.
Además, especialmente en la Cámara, existe una sensación autocrítica de los legisladores de izquierda, que no han sido capaces de coordinarse para enfrentar una arremetida de la oposición que, a juicio del oficialismo, busca reivindicar el Golpe o el rol opositor a Salvador Allende.
Un ejemplo de ello fue la lectura de la declaración de la Cámara de 1973, jugada reglamentaria que fue impulsada por la UDI, con el apoyo de RN, Evópoli y los legisladores republicanos. A través de una carta se le pedía al presidente de la Cámara dar lectura al polémico texto en la Sala, siempre y cuando existiera acuerdo de los presentes.
Con esa petición sobre la mesa, Cifuentes debió someter la solicitud a votación que arrojó un resultado de 50 votos a favor, 42 en contra y una abstención.
Falta de disciplina
A esa hora de la mañana, la ausencia de diputados de la alianza gubernamental, que llegaron tarde a la sesión, fue un factor clave en esa derrota del oficialismo. A pesar del carácter más bien simbólico de esa acción, pues se trataba de una simple lectura que no comprometía la postura institucional y no tenía implicancias legales, el hecho enardeció los ánimos.
A modo de autocrítica, el jefe de bancada del PS, Daniel Manouchehri, admitió que hubo falta de “disciplina”.
Adicionalmente en un hecho que agrava el escenario, una resolución que promovía el PC para condenar la mencionada declaración de 1973, fue rechazada este miércoles por 62 votos en contra, dos abstenciones y sólo 57 a favor.
Si bien en la ocasión también hubo ausencias por enfermedad de legisladores oficialistas, en el resultado también fue decisiva la postura de los diputados DC (Alberto Undurraga, Eric Aedo y Ricardo Cifuentes) y de exmilitantes de la Falange (Miguel Ángel Calisto, Joanna Pérez y Jorge Saffirio), que rechazaron la propuesta de los comunistas. Uno de los puntos complicados de esa fallida resolución es que emplazaba a los sectores políticos que hace 50 años apoyaron esa declaración “en la antesala al Golpe Militar, que se llevaría a cabo el mes siguiente, respaldado por los mismos parlamentarios”.
En el debate, la redactora de esa propuesta, la diputada Daniela Serrano (PC) dijo que esta resolución era “una oportunidad” de la Cámara “de pronunciarse y pedirle disculpas al país” por su manifiesto en contra de Allende hace 50 años.
Sin embargo, en respuesta el presidente de la DC, Alberto Undurraga, justificó su voto en contra, porque -a su juicio- el escrito rechazaba “la crítica legítima... no tenemos una visión en común del pasado, pero tenemos el deber de construir una visión común respecto futuro”.
La subjefa de bancada del Frente Amplio, Javiera Morales, lamentó “que no hayan estado” los DC y los Demócratas, al tiempo que también admitió que faltaba más compromiso de las filas del oficialismo para defender estos temas sensibles.
Este desorden de las filas gubernamentales (básicamente por ausencias) ha sido usado sistemáticamente por la oposición para propinar derrotas al Ejecutivo en materia de resoluciones (actos declarativos) de parte de la Cámara. Sin embargo, en este ámbito, el gobierno tampoco ha querido involucrarse, ya que prefiere priorizar las gestiones para sacar proyectos de ley y no desgastarse en negociar apoyos a declaraciones que no tienen mayor efecto.
De hecho, durante todo el día martes, los ministros no se refirieron al acto declarativo que empujó la oposición respecto del acuerdo de 1973 que antecedió al Golpe.
Sólo en la noche, pasadas las 20 horas, a través de sus redes sociales, el Presidente de la República, Gabriel Boric, emitió un breve comentario: “Comparto plenamente las palabras del senador Insulza. Cuidemos la democracia”.
En horas previas, el senador José Miguel Insulza (PS), en vista del silencio de La Moneda, optó llenar ese vacío y usó la palabra en la sala de la Cámara Alta para calificar como “miserable y provocadora” la jugada reglamentaria de los diputados de derecha, destinada a reivindicar la postura de la oposición a Allende en la víspera del Golpe.
“Es perfectamente posible, yo lo acepto, que algunos de los diputados que en esa ocasión (en 1973) aprobaron este proyecto, no previeran lo que iba a ocurrir en el país en las semanas siguientes... Sin embargo, los que lo hicieron hoy saben lo que ocurrió, y sin embargo lo hicieron igual... Me parece inaceptable que 50 años después, haya quienes, que en esa época probablemente ni siquiera habían nacido, se presten para realizar este tipo de maniobras miserables, que lo que hacen es dividir el país y exacerbar las pasiones entre los chilenos”, dijo Insulza.
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