Paulina Vodanovic (PS): “Hay que ver qué se entiende por gobierno transformador”


PAULINA VODANOVIC
03/01/2025 - PAULINA VODANOVIC - Mario Tellez / La Tercera

“Hay que gobernar con lo que va ocurriendo, no solo con el diagnóstico inicial”, dice la timonel del PS, al analizar el tránsito que ha tenido la administración Boric y su recta final. Plantea que el gran legado será la agenda de seguridad, pero que ello no opaca el ímpetu con que llegaron a La Moneda en 2021. Y alerta del discolaje que podría echar por la borda una reforma previsional.


En junio del 2022, Paulina Vodanovic asumió como presidenta del Partido Socialista. La administración del Presidente Gabriel Boric llevaba entonces tres meses, y -comparado con hoy- era otro gobierno con el Frente Amplio en plenitud a la cabeza. Dos años y medio después, entrando a su tramo final, Vodanovic -senadora por el Maule- se apronta a buscar su reelección en la tienda más relevante del Socialismo Democrático, que celebra sus elecciones en marzo próximo. Y repasa cómo ha cambiado el tránsito del gobierno y los desafíos que se vienen por delante.

Aunque reconoce que las prioridades cambiaron brusca y sustancialmente, ella lo desdramatiza y no lo considera una fuente de frustración. Al revés, asegura que hoy el gran legado de Boric es una agenda de seguridad y no las grandes reformas que se plantearon en campaña, pero que ello apuntala la idea de que este es un gobierno transformador.

Y tras roces con La Moneda por nombramientos en el Servel y la delegación de Malleco, Vodanovic hace un balance de la relación que ella -exsubsecretaria de Defensa en el segundo gobierno de Bachelet- ha forjado con Boric. “Yo considero que tengo una muy buena relación con el Presidente. Él tiene la gentileza siempre de contestarme si me contacto con él. Evidentemente, a veces hay problemas, diría yo, de orden administrativo, pero no son de orden político, ni de cariño o confianza. Me molesta un poco cuando por la prensa se trata de instalar que habría una especie de animadversión del gobierno por el PS”, afirma.

Entramos en el último año de gobierno del Presidente Boric. Hay quienes plantean que en marzo empieza el “pato cojo” y se abre la tentación del discolaje entre los parlamentarios. ¿Ya se instaló ese clima?

Lo veo muy complejo, sobre todo con la reforma previsional, que es tal vez la política pública más relevante que podemos impulsar hoy y va a haber esa tentación en la Cámara de Diputados -porque en marzo espero que esté ya en la Cámara- de desmarcarse de lo que no se considere el óptimo de esta reforma.

Esta semana se sumaron parlamentarios socialistas a los cuestionamientos del PC y el Frente Amplio...

Hay una definición clara de parte del gobierno, también de nuestro partido, que lo dijimos en el último comité central, de apoyar la reforma previsional del gobierno. Esta no es una reforma del gobierno ni para el gobierno, esta es una reforma para las personas, y hay que entender que tenemos una debilidad estructural, que es que no tenemos una correlación de fuerzas mayoritaria que nos permita hacer reformas más sustantivas. Pero en lo sustancial, esta puede ser una buena reforma, en la medida en que aumente las pensiones a la gente. Me preocupa este efecto que se pueda producir a partir de marzo, porque todos vamos a ser candidatos, tanto los diputados, el 100%, y la mitad del Senado.

¿Es un riesgo latente?

Bueno, es un escenario que tiene que considerar el gobierno, el ministro Elizalde particularmente. Pero no es algo novedoso dentro de lo que ha sido este gobierno, porque ha costado construir las mayorías, no hay mayorías sólidas.

¿Qué pasa con el legado del gobierno si no se llega a un acuerdo en pensiones? Es la gran batalla que queda por librar...

Pero pareciera ser que se olvidan otras. El gobierno ha hecho un gran esfuerzo en la seguridad, porque aquí había un escenario de inseguridad instalado, una migración descontrolada en el norte, un escenario complejo de actos terroristas en el sur, y toda esa situación se ha ido normalizando. Por lo tanto, una parte importante del legado del Presidente Boric va a ser haber buscado e institucionalizado la seguridad. Tener un ministerio de seguridad, una ley antiterrorista, tener la mayor reforma al sistema procesal penal son tareas bastante grandes. Todavía tenemos cifras complejas y problemas migratorios, pero vamos encaminándonos en una senda en que puedan dar resultado todas las medidas.

Pero el mismo gobierno ha puesto en la aprobación de la reforma a las pensiones un peso político importante de su legado. ¿Qué pasa si eso no ocurre?

La reforma previsional, el costo de no aprobarla no es para el gobierno, el costo es para las personas, particularmente para las mujeres, pero también es un costo para la política, porque cuando la política no es capaz de solucionar los problemas de la gente, hay poca valoración de la democracia, y eso es muy complejo, sobre todo en un año electoral y con voto obligatorio.

Si eso es tan relevante, ¿por qué las aprensiones de los diputados con la reforma?

Muchas veces se hace la discusión en base a supuestos. La reforma como venía planteada originalmente ha cambiado, porque nuestro sector ha flexibilizado una propuesta que resultaba inviable para la derecha. Algunos creerán que se están haciendo demasiadas concesiones. Yo creo que todavía no conocemos la propuesta final, la vamos a votar recién la próxima semana en la comisión. Espero a fines de mes, en el Senado, como es el compromiso. Y por lo tanto hay que esperar el acuerdo final, pero sobre todo comprender que la reforma es buena si mejora las pensiones a la gente. Ese es para mí el corazón de esta reforma.

¿Y se han hecho demasiadas concesiones?

Desconozco cuánto se han hecho de concesiones. Sí me parece que los esfuerzos que se han hecho por parte de actores de la derecha para ir abriendo el diálogo hay que valorarlos. La propia candidata Matthei salió con un Twitter sin fundamento, que no está a la altura de lo que significa ser candidata presidencial, que además no tiene respaldo de su propio sector, porque los senadores que están en la negociación se demoraron 30 segundos en decir “nosotros vamos a seguir adelante”. Aquí hay actores que están haciendo el esfuerzo y hay que valorar eso de lado y lado, porque puede ser que dé mucho más rédito político para un sector salir a tirar el mantel.

Pero, a todas luces, no va a ser un acuerdo ambicioso para la centroizquierda. Había un punto importante para el Presidente y su sector de sacar a las AFP. ¿No era fundamental la división de la industria?

Eso era originalmente parte del proyecto y lo que se está planteando hoy es hacer modificaciones a la industria, ponerle ciertos límites, ver el tema de las comisiones, pero no se va a obtener todo. Alguien dijo, no sé si la propia ministra Jara, que todos van a quedar descontentos y cuando hay acuerdos es así. Lo esencial no es si quedan más o menos contentos algunos, sino qué es lo que pasa con la gente. La ideología hoy está en la derecha, en la defensa de un sistema que fracasó en su oferta inicial, que era entregar pensiones con un 100% de tasa de reemplazo.

¿Y en su sector dónde está la ideología?

Es que la parte más ideológica que era el término de la industria, evidentemente, se abandonó a muy poco andar.

El gobierno va a dejar un legado de una agenda de seguridad que no estaba en su programa. ¿Se cumplirá con la promesa de ser un gobierno transformador, que fue como entró el Presidente a La Moneda?

Hay que ver qué es lo que se puede entender por gobierno transformador. Me parece que si uno logra mejorar la salud de las personas, mejorar la seguridad, la previsión social y las posibilidades de que las personas tengan trabajo, se está transformando la vida de las personas.

¿Aunque sea con una agenda totalmente distinta con la que se llega a La Moneda?

Claro, pero los gobiernos tienen que gobernar con lo que va ocurriendo, no solo con el diagnóstico inicial. Y a mí me parece que la decisión con que se abordó el tema de seguridad, particularmente desde que la ministra Tohá asume aquello, da cuenta de que el gobierno se hizo cargo de los problemas, y que ha logrado no solo sortear, sino de verdad con una visión amplia, institucionalizar. Las cosas no se dejaron atrás porque se tomó lo de la seguridad. Hay cosas que se dejaron porque no era posible realizarlas, porque es lo que ocurre en cualquier gobierno. Hay cosas que se pueden hacer, cosas que hay que hacerlas en otro momento o van pasando situaciones que obligan a tomar decisiones. Lo peor sería no tomar las decisiones. Y a mí me parece que el hecho de haberse dedicado el gobierno entero a trabajar el tema de seguridad es lo que uno debiera valorar. Ahora, eso es el mínimo, el mínimo del Estado es ofrecer seguridad. Esa es la condición de existencia del Estado.

¿Usted es de las que se dicen frustradas por la incapacidad que tuvo el gobierno de cumplir con su programa? Es un debate fuerte que se está dando en el Frente Amplio hoy.

La izquierda tiene esta fascinación por dividirse entre autoflagelantes y autocomplacientes. Yo no soy ni de uno ni de otro, soy bastante realista. Y creo que frente a los problemas, hay que darles solución.

¿Aunque ello implique dejar fuera reformas relevantes para el sector, como el fin de las isapres, la reforma tributaria...?

Más que el cumplimiento total del programa, a mí me parece que lo que hay que rescatar siempre, y en este caso particular del gobierno del Presidente Boric, es que enfrentó con decisión las dificultades que tuvo, y que ha avanzado sustantivamente en materias muy importantes. Por ejemplo, en el tema de la seguridad, de la permisología o del aborto, donde es muy importante el tema del reglamento.

El alcalde Tomás Vodanovic dijo que el Frente Amplio ha tenido un proceso de maduración necesario durante estos casi tres años que llevan en el poder. ¿Llegaron verdes, en periodo de maduración al poder?

Todos estos adjetivos a mí no me gustan. Desde el punto de vista de lo que es el éxito en la política, son una fuerza exitosa. Llegaron muy rápidamente al poder y han tenido la capacidad de adaptarse, de incorporar a otros, al mundo del Socialismo Democrático, y también hacer parte importante del gobierno nuestra agenda. Creo que es efectivo que hay un proceso de comprensión y entendimiento que va más allá de lo que es su visión de la política. Hoy tienen una fortaleza institucional, una fortaleza política y un aprendizaje que han hecho siendo gobierno. Eso es bastante notorio. Y son una fuerza importante dentro del país. Eso no lo puede desconocer nadie.

La esquiva unidad

Uno de los desafíos de su sector es consolidar y mantener la unidad. ¿Lo ve posible?

Hoy existe una coordinación y colaboración mucho mayor de la que se advierte desde afuera, tanto en el gobierno como con los partidos. Los partidos hicimos un trabajo muy importante para la elección municipal, de tener una lista única, desde la DC al PC. Hubo peleas, discusiones, llanto, porque la negociación fue para muchos dolorosa, pero obtuvimos un buen resultado, y valoro que hayamos tenido la conciencia de que era necesario construir esa unidad, aunque costara. Por eso soy optimista de que vamos a construir de nuevo un proceso unitario.

¿En qué sentido? El senador José Miguel Insulza decía en The Clinic que estaban atrasadas las conversaciones para lo que venía y para las coaliciones unitarias.

Estamos abordando esto con tiempo suficiente para hacer conversaciones serias, para entender que es el momento de no privilegiar las aspiraciones legítimas de cada partido, sino más bien el interés común de enfrentar unidos la batalla parlamentaria y presidencial, y lo digo como una batalla, porque esto es así. Esto no es una cosa baladí, aquí están detrás visiones de sociedad muy distintas. Una parte de la derecha está coqueteando con Milei, con formas de ser y de ver la vida muy distintas de lo que creemos desde el progresismo y, por lo tanto, no nos estamos jugando poca cosa.

¿Y en esta coalición usted incluiría desde la DC al PC?

Eso dio buenos resultados en la municipal. Entonces, así como en el fútbol el equipo ganador repite, creo que la base de esta articulación y esta discusión tiene que ser todo el progresismo, y más allá de lo que fuera de la DC al PC. Muchas veces no miramos lo que hay fuera de los partidos Hay movimientos, hay personas, grupos, sectores que son actores importantes que podemos incorporar a esta construcción de una mayoría. Lo que hemos definido es la unidad estratégica del progresismo. Ahora, cómo vamos a lograr aquello es lo que hay que discutir. Hay que ver qué es lo que cada uno tiene, qué es lo que cada uno pretende, porque si todos vamos a querer llevar candidatos en todo Chile, evidentemente no da, entonces hay que ajustar lo que son las legítimas pretensiones a las posibilidades reales y para eso recién estamos conversando.

¿Hablamos de un entendimiento electoral o de tratar de llegar a una sola coalición unitaria, que es lo que ha pedido el Presidente?

Existe la idea del Presidente de que esta coalición pueda continuar, pero yo creo que ahora es el momento en que no solamente el fin, sino que la propia coalición sea un objeto a considerar.

¿Cómo se entiende que el PS, el partido más grande del Socialismo Democrático, no tenga un candidato presidencial claro?

Sí. Eso se definió y habrá que resolverlo en su momento, cuando corresponda. Hemos dicho hace mucho tiempo que no es el momento de los nombres, porque esto tiene que tener un sentido, que es más amplio. Cuando uno habla de la unidad y de proyectar coaliciones, también tiene que tener un correlato interno dentro de los partidos. Proclamar candidatos o candidatas no es difícil. El tema es cómo haces funcionar eso con la necesidad de construir unidad.

¿Y por qué no se cuadran de una vez con la ministra Carolina Tohá? Siendo militante del PPD, un partido tan cercano al PS...

Bueno, esa fue una discusión que se dio en el comité central y finalmente se adoptó la decisión de tener una candidatura desde el Partido Socialista.

¿Cuáles son los argumentos para no apoyarla?

Esas son las discusiones que se dan dentro del partido y el hecho de tener una posición preferente en lo que fue las elecciones, de haber tenido buenos resultados, de tener propuestas propias, es lo que lleva a que se adopte esa decisión.

¿Usted estaría dispuesta a ser la carta del PS?

Uno tiene que estar disponible para lo que el partido determine. Y en lo personal yo he propuesto al ministro (Álvaro) Elizalde que sea nuestra carta. Él lo ha descartado. Pero esto no es un festival de nombres. Esto tiene que ver con lo que como partido le vamos a ofrecer al país. Y finalmente esa decisión todavía no se va a tomar. Vamos a esperar probablemente abril para que esa decisión esté sobre la mesa.

¿Michelle Bachelet sigue siendo una opción presidencial para el PS?

Ella siempre va a ser una opción, pero no quiere y nosotros hemos respetado su decisión.

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