Cómo un proyecto del PC caló en RN y complicó al gobierno

Pese a la molestia oficialista luego que algunos parlamentarios RN apoyaran el proyecto que rebaja la jornada laboral a 40 horas, ese partido había avisado el lunes que podían surgir respaldos en la centroderecha.
Para entender el calibre del desorden que se propagó esta semana por los partidos de gobierno a raíz del debate sobre reducir la jornada laboral, basta considerar que el mismo día en que el Presidente Sebastián Piñera criticaba por "inconstitucional" el proyecto impulsado por las diputadas comunistas Camila Vallejo y Karol Cariola -que propone bajar de 45 a 40 horas semanales-, parte de los parlamentarios RN no solo declaraban por Twitter que apoyaban la idea y que no había que ningunearla por "ideología". El escenario, además, provocó que el diputado Gonzalo Fuenzalida se sacara fotos con ambas parlamentarias PC y que el senador Manuel José Ossandón planteara que el Ejecutivo debe conversar del tema con Vallejo. Todo esto, además de cuestionamientos públicos de legisladores de RN a cómo el gobierno ha enfrentado el asunto.
La escena ha causado molestia -dicen en el oficialismo y algunas versiones de RN- por razones obvias. Por ejemplo, el diputado RN Sebastián Torrealba dijo ayer que "me sorprenden y de mala forma (las declaraciones de sus compañeros de bancada), porque si hay un gobierno que ha hecho algo por mejorar la agenda laboral es el del Presidente Piñera".
Sin embargo, según asistentes a la reunión de los ministros del comité político con los líderes de Chile Vamos del lunes, RN advirtió que había algunos que veían con buenos ojos la rebaja horaria, más allá de la flexibilidad.
El proyecto de oposición venía ganando popularidad y apoyo, como lo demostró la encuesta Cadem. Recién en los últimos días el gobierno intentó contraponer su propia iniciativa, que inicialmente planteaba una jornada que podía llegar a las 41 horas derivada de un acuerdo entre empleador y trabajador. Para subir la oferta, el Ejecutivo ha comenzado a insistir en que su idea es "mejor", pero en el oficialismo y el gobierno no pocos estiman que fue una reacción tardía y un error de lectura política que le achacan al ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, quien también es RN.
Según los relatos que La Tercera PM recogió de esa cita en Palacio, el gobierno reconoció que la rebaja a 40 horas marcaba muy bien en los sondeos de opinión, pero que lo hacía "mucho mejor" la oferta de ellos de bajar a 41, pero con flexibilidad laboral. Hubo críticas de vuelta de por qué, entonces, no se divulgaba mejor. Otras voces agregan que hubo un reconocimiento transversal de que el gobierno y su bloque estaban "muy mal parados comunicacionalmente", y que no se estaba encarando correctamente la iniciativa del PC, que ha generado apoyos desde el Frente Amplio hasta la DC. También intervino la senadora UDI Ena von Baer, quien habría hecho ver que si ese flanco no se contenía y no se tomaban medidas, habría gente de las filas gobiernistas que iban a apoyar la rebaja impulsada por la oposición. En ese punto, según otras versiones, fue que el presidente RN, Mario Desbordes, advirtió que había parlamentarios a los que les agradaba la baja a 40 horas, más allá de la flexibilidad que proponía La Moneda.
Otros agregan que se puso claramente sobre la mesa que era muy probable un descuelgue de diputados en favor del PC, y que por lo mismo le dijeron al ministro Gonzalo Blumel que se pensara una mejor estrategia de defensa de la iniciativa gobiernista. A este punto se habría sumado Evópoli, cuyos representantes -el timonel Hernán Larraín Matte y el senador Felipe Kast- insistieron en que se debía defender el proyecto del gobierno "con convicción" y especialmente la variable de la flexibilidad.
Este viernes, además, el diputado Luciano Cruz-Coke (Evópoli) dijo en radio Infinita que "el proyecto que presentó Nicolás Monckeberg termina por no defenderse, siendo un mejor proyecto", junto con señalar que el gobierno "cede inútilmente ante la presión popular" y que la iniciativa "se ha comunicado pésimamente".
Antes, en todo caso, hubo otro aviso, hace más de dos semanas. Cuando el miércoles 24 de julio la Comisión de Trabajo de la Cámara votó en general el proyecto de Vallejo y Cariola, ninguno de los seis representantes del gobierno -los UDI Patricio Melero, Guillermo Ramírez, Ramón Barros, y los RN Alejandro Santana, Frank Sauerbaum y Francisco Eguiguren- votó en contra. A esto se suma que en abril la diputada RN Ximena Ossandón ya se había expresado a favor del proyecto comunista. El ministro Monckeberg le reclamó y pidió explicaciones al enterarse, pero no tomó medidas preventivas ante la creciente popularidad de la idea.
Dadas las circunstancias, en las filas oficialistas han criticado -en privado- el manejo del secretario de Estado. En la mesa UDI dicen no concebir que, habiendo sido diputado por dos períodos, no haya leído el escenario político y no se haya jugado por "adaptar" el proyecto del gobierno y bregar por darle urgencia antes de que el del PC ganara terreno. ¿Las consecuencias? El jueves, cerca del mediodía, Piñera, Monckeberg y Blumel zanjaron apurar la urgencia legislativa de su proyecto y la indicación que aún están redactando, que consiste en establecer una jornada de 41 horas semanales de forma obligatoria. Luego de esa reunión, Blumel y Monckeberg se contactaron con los diputados Melero y Santana, además del senador Andrés Allamand (RN), para que fueran a La Moneda a dar una señal de unidad. El titular de Trabajo, asimismo, había llamado por teléfono a Ossandón y Fuenzalida para pedirles que se alinearan con el gobierno. Más tarde, el Ejecutivo envió una minuta y una tabla comparativa entre su proyecto y el de Vallejo y Cariola: en el texto se advierte que este último podría afectar a 300 mil empleos.
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