Rodolfo Carter, alcalde de La Florida: “La alcaldesa Barriga ha reiterado este tipo de cosas que son de muy mal gusto”
Edil sostiene que acciones de su par de Maipú “le hacen mal al resto de los alcaldes”. Sin embargo, acusa a Mañalich de actuar con “pequeñez” y, además, cuestiona el pronunciamiento de Contraloría. A su juicio, Bermúdez se comporta como “actor político”.
Fue el primero en anunciar la suspensión de clases y el cierre de malls en su comuna; interpeló en vivo -y en su propio canal- a Andrónico Luksic, y ha cuestionado algunas de las decisiones y declaraciones del ministro de Salud, Jaime Mañalich. En medio de la emergencia por el coronavirus, el edil de La Florida, Rodolfo Carter, ha sido uno de los líderes de la “revuelta” de alcaldes a la que ha debido hacer frente el gobierno y que, en los últimos días, también enfrentó a los jefes comunales con el contralor.
¿Siente que lleva la delantera en la forma de enfrentar esta crisis?
No tengo conciencia si tengo la delantera, lo que sí tengo es la urgencia de hacer cosas. Durante el verano, mientras el país estaba preocupado del Festival de Viña o de la rutina de los humoristas, nosotros en La Florida estábamos siguiendo la evolución que estos casos estaban teniendo en Europa. Entonces, cuando esto estalló en Chile, nosotros ya teníamos decisiones tomadas, y estamos preparando decisiones para los próximos días. Resulta dolorosa la actitud del gobierno; se lo dije al ministro de Salud, que entiendo su rol, pero él tiene que entender el mío. Creo que esta crisis va a cambiar de forma irreversible la realidad política en Chile, porque la gente, más que discusiones ideológicas, está buscando soluciones urgentes.
¿Por qué cree que los alcaldes terminan doblándole la mano al gobierno?
No quisiera que esto fuera una lucha de egos, cada uno tiene que tomar decisiones en su esfera de competencias. El Presidente y su ministro de Salud tienen más información, manejan otras variables, probablemente toman decisiones un poco más lento porque están evaluando el impacto en el empleo de suspender todas las actividades del país. Pero mi posición es bastante clara: la economía la podemos reconstruir, costará más o menos, pero si tenemos muchos muertos, como puede llegar a ocurrir, ese trauma va a ser muy profundo en la sociedad chilena.
El dictamen que Contraloría dio a conocer apuntó a la forma en que los alcaldes han reaccionado a esta crisis y les subrayó los límites a sus atribuciones. ¿Se sintió aludido cuando lo conoció?
No, porque he sido muy cuidadoso en no hacer nada que esté fuera de mis competencias. Es lamentable que el señor Bermúdez, con un afán de figuración bastante impropio, emita un dictamen que es erróneo, porque es obvio. Todas las autoridades, partiendo por él -porque a la única autoridad que han sancionado por ser arbitrario e ilegal es a él, se lo dijo la Corte Suprema por los excesos con su subcontralora-, deben actuar dentro de la esfera de sus competencias. Y el segundo error de este dictamen, que ya es realmente ridículo, es sostener que los alcaldes no pueden ir a los matinales. Respecto de lo que él llama “frivolizar” la función pública, estamos muy de acuerdo: no corresponde que un alcalde vaya a bailar, a hablar de cocina o del tiempo; yo jamás he hecho eso. Sería bueno que el contralor tome en cuenta que hablar a través de un pájaro, como lo hace él, es bastante frívolo.
La UDI acusa un afán político: dice que el contralor hace este dictamen “con nombre y apellido”, apuntando a Joaquín Lavín. ¿Lo comparte?
No soy un observador imparcial, tengo una mala opinión del contralor, creo que le quedó grande el puesto, que actúa como un actor político y no como garante de la legalidad de los actos públicos. Pero, evidentemente, los comentarios apuntan a afectar a los liderazgos políticos que pueden surgir a partir de esto. Me parece muy propio de la época de Pinochet más que de una democracia plena.
Ha habido muchísimas críticas a la actuación de la alcaldesa Cathy Barriga. ¿Cuál es su opinión?
El anuncio que hizo de la víctima de Maipú fue un error, fue imprudente, y hay que entender que la gente puede cometer errores. Pero la alcaldesa ha reiterado este tipo de cosas que son de muy mal gusto, que le hacen mal a ella, porque la ridiculizan, y además le hacen mal al resto de los alcaldes.
De hecho, la noche del sábado volvió a adelantarse al gobierno e informó a través de Instagram que había una segunda persona fallecida por coronavirus en Maipú, algo que el ministro Jaime Mañalich negó...
No comparto las decisiones ni el estilo de la alcaldesa Barriga. Se lo he dicho personalmente. Le tengo aprecio y la he defendido en más de una ocasión cuando la atacan sin derecho a defenderse, pero en este minuto se requiere prudencia y moderación, no caer en debates inútiles rodeados de egos y vanidades en donde se pierde el foco de la necesidad de salvar vidas. La autoridad sanitaria es el Ministerio de Salud, y él debe entregar las cifras oficiales de fallecidos. Como le he dicho a Cathy Barriga: esto no la ayuda a ella ni tampoco ayuda al resto de los alcaldes que estamos haciendo un esfuerzo por salvar vidas.
El ministro Mañalich, además, dijo este domingo que algunos alcaldes no entienden que no es período de campaña. Y sostuvo que de manera poco “ética” están actuando en esta emergencia “para aparecer en distintas partes, en un esfuerzo de campaña”...
Lo del ministro Mañalich es simplemente una bajeza, especialmente viniendo de él, que ha sido víctima en tantas ocasiones de acusaciones sin fundamento por su relación con el mundo privado y, en particular, por la Clínica Las Condes. Descalificar a los alcaldes sin razón alguna es actuar con pequeñez en un minuto en que se requiere grandeza. Los alcaldes, a diferencia de él, hemos sido elegidos por la gente para representarlos y defenderlos. Es de esperar que el Presidente instruya a su ministro para que cambie el tono.
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