Simón Ramírez, secretario ejecutivo del FA: “Queremos que el Frente Amplio lidere una batalla cultural que se encuentra abierta”

Ya ratificado como el secretario ejecutivo -tercer cargo en el orden de prelación- del nuevo partido del Frente Amplio, Simón Ramírez proyecta los principales cuatro desafíos que tendrá la directiva de la colectividad que encabeza Constanza Martínez.

Además de las elecciones de octubre y la proyección del gobierno del Presidente Gabriel Boric, Ramírez -otrora jefe de gabinete en la Subsecretaría de Servicio Sociales- ahonda en la discusión ideológica por la que debe apostar el mundo frenteamplista, lo que, asegura, será la base para impulsar los cambios comprometidos bajo esta administración.

La distribución del comité central se dividió en varias tendencias. ¿Cómo van a administrar esto?

Esa heterogeneidad del comité central es positiva, porque es el órgano que conduce estratégicamente al partido y es importante que en él, entonces, las distintas sensibilidades queden representadas.

¿Entonces no es algo complejo para ustedes?

Creo que es un desafío, pero que es un desafío interesante y que el partido gana en riqueza en términos de la representación de sus distintas expresiones políticas.

¿Cómo ven la proyección del FA en lo que queda de gobierno?

Yo diría que el partido tiene cuatro desafíos. Uno, la construcción partidaria propiamente tal, el FA quiere ser el partido de la mayoría trabajadora en el país. Por otro lado, avanzar la agenda de transformaciones del gobierno. El gobierno estabilizó el país, hoy día toca avanzar en las transformaciones que son parte de su programa y que la sociedad chilena demanda. Y en tercer lugar tenemos un desafío para las municipales. Y cuarto, construir las condiciones para que este gobierno se perspective en un siguiente gobierno.

¿Cómo lo harán para avanzar en la agenda del gobierno? Si bien dicen que han estabilizado al país, en el Congreso se topan con una realidad en la que no tienen mayorías.

Hay agendas que tienen un pie el Congreso y un pie en lo administrativo, que es parte de responsabilidad del gobierno de hacer avanzar y que nosotros vamos a apoyar con mucha fuerza. Por ejemplo, lo que se está realizando en el Sistema Nacional de Cuidados. Hay otra línea que ha encontrado un verdadero bloqueo por parte de la derecha en el Congreso y que creo que se refleja bien en materia de pensiones.

¿Cuál debería ser el tono que usen como partido? El PC tiene uno; el PS, también, pero no queda claro cuál es el del FA.

Nos interesa que el partido pueda ser un vehículo de las demandas y de las necesidades sociales más sentidas en Chile. Estamos disponibles, y queremos que el FA lidere una batalla cultural que se encuentra abierta y que pone en tela de juicio elementos que son básicos para nuestra convivencia, como la democracia, los derechos sociales, los derechos de las disidencias sexuales, de las mujeres y ahí nosotros creemos que hay una tarea fundamental que queremos abordar. Esa batalla cultural se condensa bien en la lucha que nosotros queremos dar para recuperar la libertad como el motor central de un proyecto político de izquierda del Chile.

En ese sentido, ¿han estado perdiendo la batalla ideológica como lo planteó en su momento el diputado Gonzalo Winter?

Hay una hegemonía que está construida a nivel social, económico y político, lo que nosotros llamamos neoliberalismo. Esa hegemonía creemos que es importante trastocarla por un proyecto que ponga la libertad en el centro. Eso implica derechos, redistribución de la riqueza, más democracia. No es una batalla simplemente teórica: las 40 horas, reducción de la jornada laboral, Sistema Nacional de Cuidados, son elementos que materializan estas condiciones.

La misma expresidenta Michelle Bachelet decía que la izquierda estaba fallando a la hora de hablarles a las emociones de la gente.

La política es racionalidad y es emocionalidad. Ahí ese diagnóstico lo compartimos. Pero lo que une a la racionalidad con la emocionalidad es la vida concreta. Entonces, cuando la derecha se ancla en movilizar pasiones en torno a la seguridad, es porque efectivamente hay un problema real. Lo que tiene que hacer nuestro sector no es obviar el problema, sino que abordarlo de manera directa, subsanando las carencias: seguridad económica, pública, social.

Después de octubre también se desatará el debate presidencial, uno de los desafíos que mencionó. ¿Cree que en esa discusión tengan cartas para disputar una primaria o primera vuelta?

El FA es hoy el partido más grande de Chile y hemos demostrado que tenemos las condiciones para gobernar. Construimos un pacto y lo que nos importa es que, como primera tarea, que el progresismo y la izquierda puedan tener continuidad en el gobierno. Pero nos parece relevante que a esa instancia el FA pueda presentar una alternativa que deba medirse en una primaria, como corresponde en una coalición como la que nosotros hemos conformado.

Una de las crisis fue la de Democracia Viva. Ya pasó más de un año del caso y, por ejemplo, la diputada Catalina Pérez (FA) ya cumplió su sanción. Ustedes han apostado por supeditar su caso a la investigación judicial. ¿No es un error esta estrategia?

En este caso RD respondió con velocidad y de manera tajante cuando se enfrentaron a la situación que se vinculaba con la corrupción. Se expulsó compañeros, se pusieron los antecedentes ante la justicia y se sancionó a los involucrados. Para nosotros es importante tener eso en consideración y creemos que lo que corresponde es esperar cómo avanza el proceso judicial que sigue en curso. Ya hubo una sanción.

Es decir, no es un error esta estrategia.

Nosotros vamos a estar atentos a cómo avanza el proceso y vamos a ser implacables dentro del partido con cualquier atisbo de corrupción o de un comportamiento inadecuado en esos términos, pero también tenemos que ser apegados a los procedimientos que nuestro propio partido se ha dado y su institucionalidad, y eso hoy día se está instalando. Por lo tanto tenemos que avanzar conforme avance lo judicial.