Ximena Rincón a cinco años del 18/O: “La acusación contra Chadwick fue el precio para evitar que cayera el Presidente, no me arrepiento”

XIMENA RINCON
FOTO: DEDVI MISSENE

En un nuevo aniversario del estallido social, la presidenta de Demócratas reconoce que, estando dentro de la DC, le hubiese gustado hacer más por que el mundo de la ex Concertación condenara tajantemente la violencia. Además, descarta que pueda haber una nueva movilización de esa magnitud... al menos durante el gobierno de Gabriel Boric.


El 18 de octubre de 2019, la senadora Ximena Rincón, entonces militante de la Democracia Cristiana (DC), viajaba desde el Maule hasta su casa en Santiago. Durante el recorrido, estaba atenta a las noticias, que daban cuenta de las movilizaciones y los destrozos que se provocaron en el marco del estallido social. “Ese día no me imaginé todo lo que íbamos a vivir. Pero sí vi con preocupación el nivel de violencia y de rabia que había”, reconoce hoy la parlamentaria.

A cinco años de ese día, la senadora ya no milita en la DC, sino que es presidenta de su propio partido, Demócratas. Desde ahí, dice, tiene la autonomía para condenar la violencia de la forma que quiera. En ese sentido, postula que los partidos de la ex Concertación no fueron valientes. Y reconoce que no se arrepiente de haber aprobado la acusación constitucional contra Andrés Chadwick, en el marco del estallido.

XIMENA RINCON
FOTO: DEDVI MISSENE

A la luz de los hechos, de dos procesos constitucionales fracasados, ¿fue un error de la clase política intentar salir de la crisis a través de esa vía?

Era evidente que no era el tema constitucional el malestar de la ciudadanía. Pero fue una buena salida institucional a la situación crítica que se vivía. Sería muy injusto para mí criticar hoy día lo que se hizo. Fue el camino que había para lograr una transición que recuperara, entre comillas, la paz. Hoy día, con el tiempo, claro, uno puede decir que lo hubiese enfrentado de otra manera. Pero lo concreto es que sirvió para aquilatar los ánimos.

¿Qué se pudo haber hecho mejor?

Yo creo que lo que debimos haber hecho en ese minuto era haber llamado un gran gabinete ampliado: gobierno y oposición. Haber fijado una agenda corta de reformas urgentes que permitieran dar salida a los temas más apremiantes para la ciudadanía. Lamentablemente, han pasado cinco años y estamos peor que en esa época, en todos los indicadores: empleo, cesantía, crecimiento, endeudamiento, delincuencia.

Al momento del estallido, usted estaba en un partido de centroizquierda, la DC. Hoy preside uno de centro. ¿Está conforme con cómo reaccionó a las movilizaciones?

No he cambiado mucho de cómo era y de cómo soy. Un mes antes (del estallido) yo ya decía que había temas que había que abordar con urgencia. Por eso, no me extrañó. Quizá lo único que sí me extrañó fue el nivel de violencia y virulencia y de grupos medianamente organizados detrás de eso. Pero soy la misma. Por eso cuando me dicen: ‘no, es que te cambiaste de bando’. La verdad es que no me he cambiado de bando: sigo defendiendo las mismas cosas que he defendido siempre. Hoy con autonomía, porque ya no hago lo que me dice mi directiva de partido, porque yo no estuve de acuerdo con lo que ellos hicieron.

¿Se refiere al Apruebo?

Y a no haber estado dispuestos a avalar la violencia, porque no era el camino. Uno puede entender la molestia de la ciudadanía, pero no puede avalar ni justificar el destrozo, el daño, la agresión, la agresividad.

Mirando hacia atrás, ¿cree que pudo haber hecho más por que la DC y su coalición condenaran más tajantemente la violencia?

Me hubiese gustado, pero no tenía ni el timbre ni la campanilla para hacerlo. No era esa mi posición, yo era una más.

¿Se confundió mucho la ex Concertación en ese tiempo?

La ex Concertación o ex Nueva Mayoría, sus presidentes de partido, no tuvieron la valentía de defender el tremendo cambio y la tremenda transformación que la Concertación hizo en el país, con todos sus errores.

A pocos días del estallido, usted decía que “no se puede volver al estado anterior al 18 de octubre”. Pareciera que hoy algunos sectores, incluidos ustedes, añoran el Chile de los gobiernos de Lagos y Frei. ¿Hay una contradicción ahí?

Yo no puedo esperar que volvamos a eso, porque ya fue. Uno avanza, efectivamente, pero tiende a repetir ciertas cosas. Si tú tienes conciencia de esas cosas malas, esas no las vas a repetir conscientemente. Pero para eso tienes que conocer la historia. La democracia es algo valioso, pero hay que cuidarla. No es gratis, supone mucho esfuerzo. Quienes lideraban los partidos (al momento del estallido) se olvidaron de ese valor.

Quizás en el momento del estallido era más difícil para los partidos de centroizquierda e izquierda valorar lo que fueron los gobiernos de la Concertación, ¿no?

Porque yo creo que no había real conciencia de lo buenos que fueron, había una suerte de culpa.

¿Aplica para usted también?

No, no, yo creo que fueron muy buenos gobiernos. No puede ser que entre el 2022 y 2023 hayan muerto 77 mil personas por falta de atención en este gobierno. ¡El gobierno que iba a cambiarlo todo, que lo iba a hacer bien! Y parece que no pasa nada. Si eso hubiese ocurrido en otro gobierno, de otro signo político, hubiesen hecho caer al ministro de Salud al menos.

A propósito de hacer caer ministros, ¿cómo ve su voto a la acusación constitucional contra Andrés Chadwick?

Yo creo que fue el precio de evitar que cayera el Presidente, que era algo que me parecía impresentable.

¿No se arrepiente de su voto?

No, no me arrepiento.

¿Él merecía la acusación?

Las acusaciones son políticas. Tienes que mirarlas siempre en el contexto y en el sentido que ellas se dan. En ese minuto se estaba ad portas de acusar al Presidente de la República y yo soy de las que cree que los presidentes tienen que terminar su mandato. Si lo miro en ese contexto, era una forma de descomprimir.

¿Considera que el estallido social es el punto de origen del distanciamiento que tuvo con la DC y ese mundo?

No, se provocó en el primer proceso constitucional.

¿No en el estallido?

No. Sí me hubiese gustado que tuviera más fuerza, pero eso tiene que ver con el liderazgo del minuto.

¿Cayeron en la fiebre del octubrismo en la DC?

Puede ser. Pero mi punto de inflexión de quiebre tiene que ver con el con el primer texto constitucional, con entregarse sin ningún tipo de análisis a una propuesta de un izquierdismo radical feroz.

¿Usted no lo llama “estallido delictual” como el resto de la oposición?

No, nunca me vas a escuchar llamarlo así.

La izquierda se ha encargado de enfatizar que las demandas siguen muy presentes, que no se han podido responder más allá de los intentos constitucionales. ¿Coincide con ellos en ese punto?

Mi análisis es bien crítico. Ellos hicieron de todas esas causas la justificación de la violencia, el medio para llegar al poder. Llevamos casi tres años del gobierno del Presidente Boric y los indicadores son todos peores que hace cinco años atrás. Entonces, claro, están presentes las demandas. Un solo dato: en 2019, había 802 campamentos. En 2024, hay 1.432.

¿Teme que pueda ocurrir un nuevo estallido?

No.

¿Pese a que aún no se resuelven las demandas?

No. En este gobierno, no.

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