Cómo la Superliga fue un negocio demasiado ambicioso, incluso para Florentino Pérez
Florentino Pérez no está acostumbrado a perder, ni a la hora de fichar a estrellas de fútbol para engalanar el césped del estadio Santiago Bernabéu en Madrid, ni a la hora de cerrar negocios multimillonarios para su imperio de construcción.
Sin embargo, el sueño del presidente del Madrid de crear una Superliga Europea (ESL) de clubes de primer nivel, bautizada como “The Best Show” (el mejor espectáculo) por los que trabajan en ella, se desbarató esta semana a las 48 horas de su anuncio.
“Estoy triste y decepcionado. Llevamos trabajando tres años en este proyecto. La pasada temporada se han perdido 650 millones (entre los 12 equipos) y esta temporada dos o tres veces más. Este formato claramente no funciona”, dijo Pérez durante una entrevista de radio el miércoles.
La derrota representa un inusual revés para las ambiciones del empresario de 74 años, que, según fuentes, fueron impulsadas inicialmente por su deseo de asegurar el futuro financiero del Madrid en el largo plazo y el peligro de que pueda quedar relegado por otros clubes que gastan mucho.
“Tengo la responsabilidad de que el Real Madrid sea pionero. Si hay dinero hay dinero para todos”, dijo Pérez a la Cadena Ser.
Aunque algunos de los implicados entre bastidores dicen que la Superliga aún puede revivir de alguna manera, su larga gestación fue un indicio de lo difícil que es llegar a un acuerdo.
El proyecto, concebido en secreto por los dirigentes de los clubes y los financistas, se desmoronó cuando se presentó oficialmente, debido a una feroz reacción de aficionados, expertos y políticos.
“El proyecto (de la Superliga) es como ‘Juego de Tronos’. No está del todo acabado, pero está claro que van a tener que remodelarlo completamente,” dijo una fuente conocedora de los planes de la Superliga.
El Real Madrid no quiso poner a Pérez a disposición para una entrevista. Este relato de los inicios de la superliga se basa en entrevistas con directivos de clubes, banqueros y asesores directamente implicados en las negociaciones del proyecto.
Las fuerzas que condujeron al malogrado nacimiento de la Superliga, en la que participaban 12 clubes de primera línea, se vieron aceleradas por el impacto de la pandemia de coronavirus en las finanzas de los equipos implicados, dijeron a Reuters tres fuentes familiarizadas con el asunto.
Pérez fue la “fuerza motriz” detrás de la ESL, pero una figura central para reunir a los 12 clubes fue Anas Laghrari, de 37 años y socio de la firma asesora Key Capital con sede en Madrid, quien, según la primera fuente, ayudó a idear el proyecto desde el principio y fue recompensado con un alto puesto en la ESL.
“Laghrari se pasa la vida en el despacho de Florentino Pérez y Florentino no hace nada sin que él lo sepa,” dijo la fuente.
Su relación proviene de un vínculo previo que el padre de Laghrari tuvo con Pérez cuando los dos eran socios de negocios.
Aunque Pérez esbozó un boceto para el ESL hace casi cinco años, empezó a ponerse serio y a darle forma a finales de 2018, cuando terminó la larga batalla de su Grupo ACS para adquirir el operador de autopistas de peaje Abertis.
El director general de Key Capital, Alex Matitia, Laghrari y otro socio, Borja Prado, comenzaron a trabajar casi exclusivamente con Pérez desde principios de 2019, organizando inicialmente un paquete de financiación de 575 millones de euros (US$691 millones) para renovar el Bernabéu antes de que Laghrari se centrara por completo en la Superliga.
Mientras tanto, Prado, un exbanquero de Mediobanca, asesoró a Pérez en todos los acuerdos relacionados con Italia y está profundamente involucrado en la actual oferta de ACS por el grupo de autopistas italiano Autostrade.
Prado también es socio del fondo de capital riesgo Península, una firma de inversión que exploró una posible inversión en ESL cuando se estaba redactando el proyecto, según dijeron dos fuentes familiarizadas con el asunto.
No fue posible contactar con Laghrari, Matitia y Prado para que hicieran comentarios a través de Key Capital, que confirmó que ha estado asesorando a Pérez en el proyecto de ESL, pero no proporcionó más detalles.
Los representantes de Península no pudieron ser contactados inmediatamente para hacer comentarios.
Sin embargo, fue JPMorgan, un banco con el que Pérez lleva años trabajando estrechamente y que le ayudó con la financiación de la remodelación del Bernabéu, a quien el empresario español recurrió cuando necesitó hasta US$5.000 millones para poner en marcha la ESL.
Pérez se había reunido con su presidente ejecutivo, Jamie Dimon, en Madrid en julio de 2018, cuando ambos hablaron de la financiación del Bernabéu, pero no del acuerdo de la ESL, dijo una fuente a Reuters, lo que cimentó aún más la relación con el banco, que también ayudó a financiar la oferta inicial de 17.100 millones de euros de ACS por Abertis.
A la hora de poner en marcha la ESL, el responsable en la península ibérica de JPMorgan en Madrid, Ignacio de la Colina, formaba parte de un grupo de banqueros de varias oficinas europeas, incluida la de Londres, que fueron asignados al asunto.
JPMorgan dijo el viernes que lamentaba haber apoyado la liga escindida.
Catenaccio
Una vez conseguido el respaldo financiero, el mayor reto al que se enfrentaba Pérez era ganarse a los demás grandes clubes de Europa.
En un posible obstáculo para la ESL, algunos de los clubes italianos, famosos en el pasado por su sistema de juego defensivo “Catenaccio”, estaban urdiendo su propio plan de financiamiento.
El 19 de enero, Pérez voló a Turín para reunirse con el presidente de la Juventus, Andrea Agnelli, en la sede del club, y comentarle su plan, dijeron dos fuentes familiarizadas con el asunto.
Ambos se conocían bien y habían trabajado juntos previamente en el traspaso de Cristiano Ronaldo en 2018 a la Juventus.
Agnelli estaba trabajando en paralelo con los clubes italianos para asegurar efectivo de un grupo de inversores de capital privado que querían aprovechar los lucrativos derechos de medios de comunicación de la Serie A.
Formaba parte de una delegación de cinco clubes de la Serie A que discutía una inversión de 1.700 millones de euros por parte de un consorcio liderado por CVC Capital Partners, que se frustró en febrero.
CVC estaba al tanto del plan de Pérez, ya que había explorado su financiación en 2018, y quería disuadir a los clubes de la Serie A de firmar, prefiriendo en su lugar apoyar a las ligas de fútbol nacionales.
La firma de capital privado incluso añadió cláusulas específicas para prohibir la participación en la Superliga a su propuesta vinculante para los clubes italianos, dijeron tres fuentes con conocimiento del asunto.
Agnelli, que iba a convertirse en vicepresidente de la Superliga, tachó esta semana de “especulación” las acusaciones de que la Juventus bloqueó la venta de participaciones a CVC porque no era coherente con el proyecto de la ESL.
“No es algo que la Juventus haya parado sola”, dijo a Reuters, añadiendo que no era un obstáculo para el acuerdo con la ESL y que los dos estaban “funcionando en paralelo”.
Una fuente cercana a CVC dijo que su acuerdo se retrasó por la “política de la Superliga”, cuyo colapso significó que la propuesta de CVC podría reactivarse.
Una vez que Agnelli y el fondo de cobertura Elliott Management Corporation, propietario del AC Milan, firmaron, la última pieza del rompecabezas para hacer realidad el sueño de Pérez era conseguir que los clubes ingleses se unieran.
En este punto, Pérez se dirigió al copresidente del Manchester United Joel Glazer, el estadounidense cuya familia es propietaria del club, y que también fue nombrado vicepresidente de la Superliga cuando se anunció.
Una fuente del fútbol europeo afirmó que Glazer consiguió rápidamente que el propietario del Liverpool -Fenway Sports Group-, que también es dueño del equipo de béisbol Boston Red Sox, se sumara a la propuesta.
Los dueños de los dos rivales del noroeste de Inglaterra también habían trabajado juntos en el “Proyecto Big Picture”, un intento fallido en octubre de aumentar el poder de los “seis grandes” clubes de la Premier League, que también fue recibido con hostilidad.
La fuente dijo que el Manchester City y los tres clubes londinenses -Arsenal, Chelsea y Tottenham Hotspur- se incorporaron muy tarde al proyecto, ya que se les convenció de que la Superliga seguiría adelante sin ellos si no firmaban.
Elliott, Fenway y el Manchester United no estuvieron disponibles para hacer comentarios.
Glazer y John Henry, de Fenway, se disculparon esta semana con los aficionados del Manchester United y del Liverpool, respectivamente, por el daño que había causado la malograda incursión en la ESL.
Pero Pérez no se ha dado por vencido desde la implosión de su plan maestro y dijo que ha estado en contacto con Agnelli, una señal de que aún no se ha dado el silbato final al ESL.
“Sería un pecado si no desarrolláramos más este formato”, sostuvo el empresario a la Cadena Ser.
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