Director de la Clínica Las Condes: “La revocación del directorio pretende cambiar a las personas disidentes”
El médico Herbert Spencer entró al directorio de CLC en julio. “Ha sido una experiencia ingrata e insatisfactoria”, dice sobre este breve período. El controlador de CLC pidió revocar la mesa y reelegir a sus nueve integrantes en una junta que se hará el 19 de octubre. “Voy a repostular”, dice el profesional de 75 años, quien tiene una buena opinión de la gestión del presidente de CLC, Alejandro Gil, pero no de su estilo. “Le cuesta aceptar una opinión diferente y la crítica le viene muy mal”, afirma.
El médico cirujano Herbert Spencer (75 años) no es un desconocido en la Clínica Las Condes. Su currículum profesional lo sitúa en 1983 como anestesiólogo de planta del establecimiento abierto un año antes, en 1982. Sin embargo, Spencer estuvo casi desde la creación de la Clínica, en 1979. Su sociedad de inversiones tiene hoy el 1,37% de CLC y aunque postuló al directorio en abril, no resultó electo. En julio, sin embargo, entró en reemplazo de un director renunciado y en dos meses su relación con el presidente de la firma, Alejandro Gil, buena hasta entonces, se trizó.
El controlador citó a una junta de accionistas para el 19 de octubre para remover la mesa y elegir una nueva, en la que, hasta ahora, había dos independientes. Spencer repostulará como director independiente, pero no será el único. En los registros de CLC esta mañana ya había dos candidatos inscritos: Juan Gamper, un ex capitán de marina mercante postulado por Jonás Gómez Alonso, y el ingeniero Cristian Traeger, postulado por Inversiones Castilla.
El doctor Spencer, que dirigió el departamento de anestesiología de CLC entre 1993 y 2003, explica aquí por qué decidió postular y cómo ha sido, hasta ahora, su relación con Alejandro Gil.
“Una experiencia ingrata”
- Usted entró como director el 27 de julio, en reemplazo del renunciado Jonás Gómez Pacheco. ¿Cómo ha sido su experiencia hasta ahora como director independiente?
Ha sido una experiencia ingrata e insatisfactoria. Si pides información técnica o financiera para tener un juicio independiente, eres tildado de obstruccionista y obrar en perjuicio de la empresa. Esto lo hice ver en una carta a directores y gerentes.
-¿Cuándo mandó esa carta? ¿Ha tenido respuesta de Alejandro Gil?
Fue una protesta al diálogo belicoso entre la administración y el presidente del comité de directores. No hubo respuestas ni comentarios. Solo la solicitud de revocación del directorio, que puede haber sido desencadenada por mi reclamo y por mi declaración que llegué al Directorio como independiente y me mantendría como tal. ¿Coincidencia? No sé.
-¿Qué cree usted que pretende el controlador de la Clínica Las Condes al revocar el directorio? ¿Dejarlo a usted afuera?
Evidentemente, la revocación del directorio pretende cambiar a las personas disidentes que sólo están en el comité de directores. Es decir, los directores Cristian Traeger, Juan Enrique Allard y Herbert Spencer. Traeger tiene votos para ser elegido, de modo que sólo pueden ser reemplazados Allard y yo.
Si logra cambiar a los dos, tendrá mayoría en el comité de directores, obteniendo “poder absoluto”, lo que sería un perjuicio grave para la empresa y el gobierno corporativo.
- ¿Por qué cree que el controlador adoptó esa decisión ahora y no esperar a una próxima junta ordinaria? La junta fue convocada para el 19 de octubre. ¿Por qué tanta celeridad en esta convocatoria?
Hay varios motivos. Uno: no entienden que son dueños del 50% de la empresa y que hay otro 50% que está en manos de otros accionistas como yo que, si llegan al directorio, tienen derecho a participar en la dirección de la empresa. Dos: el directorio es un organismo colegiado que debe trabajar en equipo y no como adversarios. Tres: las empresas hoy día no se mandan; ¡se gobiernan! Si usas el poder de la fuerza obtienes sometimiento, pero no colaboración. Y tampoco conseguirás respeto. Eso se consigue con “liderazgo”, que cuando falta es reemplazado por la fuerza.
Cuatro: no pueden entender que las empresas requieren una voz crítica en su seno y que una persona como yo, que estoy en la empresa desde su inicio y participo en forma significativa de su patrimonio, puedo ser el mejor crítico al que pueden aspirar.
Por último, quieren tener un comité de directores complaciente que no ponga trabas a la aprobación de los estados financieros al 30 de septiembre, lo que se hará en la reunión de directorio inmediatamente posterior a la junta llamada a cambiar el directorio.
Los fondos de inversión deberán tener mucho cuidado al votar por un candidato independiente de modo que no se favorezca el poder absoluto en el directorio.
- Mencionó los estados financieros al 30 de septiembre. Los balances a junio no fueron firmados por Traeger y Allard. La CMF ha hecho consultas. ¿Cuál es su opinión de los balances? ¿Qué estará en discusión en los estados financieros al tercer trimestre?
Sin comentarios. Sólo puedo decir que la situación financiera de CLC hoy día es sólida.
- ¿Usted pretende repostular como director?
No iba a repostular por motivos personales, pero me han llamado algunas personas que tienen cierto capital accionario y me han hecho ver la importancia que un accionista “antiguo” como yo, no claudique. Me han dicho: ¿si el doctor Spencer abandona, que queda para el resto? De modo que sí voy a repostular.
-Sabe si repostularán los otros dos directores independientes: Traeger y Allard?
No veo razón para que Cristián Traeger no repostule. De Juan Enrique Allard no tengo información.
Un gobierno de una sola persona
- ¿Usted ha integrado también el comité de directores en este período? Hay reproches de ese comité al gobierno corporativo de CLC. ¿Qué opina de cómo se gobierna CLC?
El presidente del comité de directores ha hecho llegar numerosos reclamos a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) haciendo ver las trasgresiones que le impiden funcionar en forma libre y crítica a dicho Comité.
En realidad, al directorio llegan los temas listos para ser aprobados. No hay una discusión concienzuda ni hay espacio para decidir las políticas o estrategias de la empresa. Eso viene preparado de antemano. Y ninguna empresa puede sobrevivir en el largo plazo si depende del juicio y decisiones de una sola persona.
¿Y hoy CLC está siendo gobernada por una sola persona? ¿Por Alejandro Gil?
Básicamente por él. Los gerentes deben ser gestores de las directrices emanadas del directorio, que, en este caso, no gobierna.
- Usted es accionista de CLC, tiene el 1,37% de las acciones, ¿quiere mantenerse en la propiedad de la empresa o prefiere vender sus acciones?
Clínica Las Condes es una gran empresa, realmente al nivel de varias de las mejores clínicas americanas. Es cosa de hablar con médicos chilenos que han estado en Cleveland Clinic o Mayo Clinic y dirán lo mismo.
El grupo controlador ha hecho una gran gestión en el área financiera y hoy día se han dado los pasos para iniciar una etapa de fuerte desarrollo. De modo que, por ahora, no vendo mi participación en esta querida empresa.
- Cuándo usted ingresó al directorio, manifestó una buena opinión sobre la gestión de CLC. ¿Cambió esa percepción? ¿Cómo ha sido su relación con Alejandro Gil?
Es lo que he dicho en la respuesta anterior. Pero el aspecto financiero no es todo en una empresa ni menos en una del área de la salud. Debe venir un importante cambio en el tipo de institución en que nos debemos transformar y en el tipo de medicina que vamos a llevar adelante. Eso requiere una visión moderna de la medicina del siglo XXI, mucha innovación y un potente liderazgo en el cuerpo profesional.
Con Alejandro Gil he tenido una relación cercana durante muchos años. Sin embargo, a él le cuesta aceptar una opinión diferente y la crítica le viene muy mal. Tiene la mejor intención respecto de la empresa y ha hecho una gran labor, pero no es una persona fácil.
-CLC ha atravesado por numerosas polémicas. ¿Terminaron? ¿Cómo visualiza el futuro de CLC con el actual controlador?
Hoy sigue una rotación importante a nivel de gerentes y personal elegido y nombrado por la actual administración, lo que muestra que aún no hay estabilidad en el equipo de personas que se busca.
La estructura profesional (médicos, enfermeras, odontólogos y otras especialidades) representa el área que crea valor en la empresa. Sin embargo, la estructura administrativa es mucho más grande y compleja que el área productiva, lo que señala que la mira no está puesta donde debe. El área profesional tiene la misma estructura de los últimos 30 años. No está centrada en el paciente, sino que en las especialidades médicas.
Si logramos hacer una asociación con alguno de los grandes hospitales americanos, ¡la estructura actual de CLC va a ser puesta de cabeza!
-A propósito de eso, Alejandro Gil y el gerente general viajaron a Estados Unidos a negociar una alianza con la Clínica Mayo. ¿Qué sentido tiene una alianza de ese tipo? ¿Podría ingresar a la propiedad de CLC?
Una alianza con Clínica Mayo sería de gran importancia para el desarrollo nacional e internacional de Clínica Las Condes, aprovechando la experiencia probada y exitosa de Mayo Clinic. Sería tremendamente positivo.
- Por último, ¿cree usted que Alejandro Gil debería renunciar a CLC tras tanta discusión y polémica?
A los presidentes de las empresas no se los juzga por las discusiones ni polémicas a las que se hayan visto expuestos. Se los juzga por los resultados. Y hasta ahora, lo ha hecho mejor que los dos últimos personajes que dirigieron esta empresa.
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