Isidro Pereda, de ReSimple: “Vamos a vivir una revolución del reciclaje en Chile”

Quedan menos de dos meses para que comience a regir la obligación para que productores e importadores de envases y embalajes se hagan cargo del reciclaje y revalorización de dichos productos. Se trata del producto de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), que más “moverá la aguja” de esta legislación y en el que están puestas todas las miradas. Dentro de este esquema, los Sistemas de Gestión son como el centro de comando para que todo funcione. De carácter individual o colectivo, están a cargo de organizar los residuos que generan las empresas, para que se cumplan las metas establecidas por la legislación. Tienen que coordinar con recicladores base, municipalidades, plantas de reciclaje y toda la red que requiere la REP.

Isidro Pereda es el gerente general de ReSimple, el primer Gran Sistema de Gestión (Gransic) colectivo creado para envases y embalajes, y -hasta el momento- el que reúne cerca de 1.500 empresas (clientes). “A fines de marzo logramos la aprobación de nuestro plan de reciclaje domiciliario y el 20 de junio el no domiciliario o industrial. Ambas son noticias muy relevantes para comenzar en septiembre. También se han ido sumando más empresas y estamos firmando los primeros convenios con recicladores de base. Además, ya tenemos convenios con cerca de 40 municipalidades, a las cuales les realizaremos el servicio de reciclaje, desde Arica a Punta Arenas. De comunas rurales y urbanas”, cuenta Pereda.

¿Hablar de convenios con 40 municipalidades a menos de dos meses de que comience la REP para envases y embalajes es una buena o mala noticia, considerando que existen 346 comunas en Chile?

-La ley contempla un trabajo gradual en el tiempo. Por ejemplo, la recolección selectiva en las viviendas (650.000) comienza el primer año con metas de 10%, para terminar el año 12 con el 80%. Por eso que en esas 40 comunas están las principales capitales regionales, así como comunas de Santiago, para que así, de manera paulatina, vaya creciendo. Nosotros definimos que de aquí a cinco años todas las comunas del país tengan algún servicio de reciclaje. Es un camino de 12 años, por lo que el número de comunas es muy auspicioso.

¿Cuál es el perfil de esas comunas?

-Teníamos que definir tres grupos. Uno son las de “costo eficiente”. O sea, que ya han tenido experiencia de reciclaje con sus vecinos. Son muy densas en población y con mucha construcción en altura y que generan harta basura, como por ejemplo Providencia. El segundo tipo está en regiones. Principalmente las capitales regionales, para que la red se forme lo antes posible. Por eso de inmediato incluimos a Arica y Punta Arenas. Y el tercer tipo de comuna son las vulnerables, que por presupuesto municipal no han tenido la posibilidad de tener servicios de reciclaje, como Cerro Navia, La Granja y Renca en Santiago. Es un mix.

¿Cuáles son las principales dudas que tienen los municipios a la hora de aplicar la REP?

-Por un lado, sobre el conocimiento de la normativa. Por eso que hemos hecho un montón de charlas al respecto. Segundo, sobre la figura del Sistema de Gestión. Y por último, quieren entender sobre los servicios de reciclaje que nunca antes habían llegado y por qué existen. A veces se preocupan por cómo va a funcionar, si se requiere más presupuesto, etc.

Para que funcione la REP, ustedes como Sistema de Gestión deben realizar licitaciones con terceros, para -por ejemplo- la recolección. ¿Cuál es el perfil de esas entidades? ¿Son empresas con experiencia en eso?

-Hay licitaciones tanto de recolección desde las casas, como de puntos limpios o lugares de acopio. Pero va a depender de cada realidad. Y creo que ahí hay una tremenda oportunidad, ya que nosotros estamos haciendo licitaciones por comuna para que exista la posibilidad de que se involucren empresas de distintos tamaños y no sólo algunas grandes que cubran varias comunas. Estamos tratando de abrir la cancha a la mayor gama de gestores posibles de distintos tamaños, de manera de poder trabajar en distintos sectores, que no sólo sean de la Región Metropolitana.

Por otro lado, la gente en las casas debe entender bien esto. ¿Ustedes van a aportar a las campañas de comunicación que se contemplan desde el gobierno?

-Sí. Vamos a iniciar un plan comunicacional entre septiembre y octubre de este año, que contempla varios aspectos como radios, televisión y redes sociales. Pero también planes locales comunales, donde utilizaremos el vínculo que tienen las municipalidades con sus vecinos. Por otro lado, está la bajada territorial. O sea, las unidades vecinales, colegios, e incluso, establecer “champions” locales del reciclaje

Ustedes tienen cerca de 1.500 empresas que están obligadas por la REP. Hay otros Sistemas de Gestión con menos empresas. Pero en total son cerca de 14.000 empresas que deben revalorizar sus productos. ¿Cómo llegar a cubrir esa cantidad que falta?

-Como todo, será de manera progresiva. Si bien faltan muchas empresas, te diría que los grandes kilos de generación están en algún Sistema de Gestión. Claro, el retail ya está prácticamente cubierto, pero, efectivamente, aún faltan muchas pymes.

ReSimple acaba también de ser autorizado para administrar el reciclaje no domiciliario. ¿A qué se refiere ese segmento?

-Antes, un ejemplo para entenderlo. Cuando un fabricante envía productos a una góndola de supermercado lo hace llegar en una caja de cartón corrugado envuelto en film de plástico. Eso, es un residuo no domiciliario. Por lo tanto, la mayoría de las empresas asociadas a ReSimple generan residuos domiciliarios y no domiciliarios.

¿Tiene alguna lógica diferente?

-Es una lógica que se denomina “monitory”, que hoy en día lo hacen en los sistemas de gestión en Bélgica, en donde uno lo que hace es monitorear o empezar a tener data de lo que se pone en el mercado, en la parte no domiciliaria, y lo que los mismos consumidores industriales -llámese centros de distribución, supermercados, centros comerciales- reciclan.

¿Cómo cree que sea el primer año de aplicación de la REP en envases y embalajes?

-Creo que vamos a vivir una revolución del reciclaje en Chile. Y cuando la estemos viviendo, nos vamos a dar cuenta de qué se trata. El ciudadano va a percibir que puede reciclar en muchas más partes en el día a día y con una estandarización de cómo se hace en muchas partes. Tendremos un período de adaptación, pero sobre todo, se crearán nuevos hábitos.