La trama del caso que terminó con la renuncia de la presidenta de la CUT, Silvia Silva
La sindicalista denunció “prácticas despreciables y cobardes” y acusó a dirigentes sindicales de pretender enlodar su honra y su trayectoria. Silva presentó una querella en tribunales de La Serena contra otra dirigente de la Ajunji, gremio al que ambas pertenecen. Todo por una carta que "me afecta como mujer imputándome hechos denigrantes", acusa Silva.
Sólo nueve meses alcanzó a estar en el cargo de presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) Silvia Silva. El martes la hasta ese entonces titular de la multisindical anunció a través de una carta abierta su renuncia. En su argumentación, la sindicalista denunció “prácticas despreciables y cobardes” y acusó a dirigentes sindicales de pretender enlodar su honra y su trayectoria, por lo que anunció la presentación de una querella por injurias y calumnias con publicidad sin entregar mayores detalles.
Según los registros del poder judicial, ya existe una querella criminal, por delitos de acción privada, la que está radicada en La Serena y que fue presentada el 10 de marzo. La acción judicial se dirige contra Bárbara Torres Olivares, dirigente de la Asociación de Jardines Infantiles (Ajunji), y miembro de la CUT, al igual que Silva, y contra todo quien resulte responsable “como autor, cómplice y encubridor de los delitos de calumnias e injurias graves que se especificarán en su oportunidad”.
La fecha de la audiencia de conciliación y juicio está citada para el 14 de abril de 2022 a las 08:30 horas.
Los hechos
El conflicto al que aludió Silva en su carta de renuncia tiene relación a una serie de publicaciones que “se han hecho circular públicamente, de manera presencial y por redes sociales, la cual contiene afirmaciones mendaces y denigratorias tanto de mi honor como dirigente sindical y como mujer y esposa”, expresa la querella.
En el detalle, la querella señala que una carta que circuló públicamente -y que, afirma la denuncia, la querellada firmó como “Laura Soto”- sostenía que sus denuncias contra la presidenta de la CUT eran “rescatar a la Central del mal manejo que está teniendo”, y que “ese mal manejo lo personaliza en la suscrita respecto del quien señala que vela por sus intereses emocionales y económicos”.
En ese sentido, la carta que circuló contra Silva denunciaba que la timonel de la multigremial tenía una supuesta relación sentimental con un dirigente de la CUT, quien además es encargado de las finanzas de la Central. La querella menciona que este dirigente la “mantiene”, financiándole “un departamento en Santiago, sus viajes y vacaciones”. Asimismo, señala esa carta que Silva “carece de capacidades propias” y que operaba “a través de las órdenes de mi amante”, describe la querellante.
El escrito menciona que “se alude en la parte final de la carta a un supuesto fraude electoral que habría cometido la suscrita, es decir, una imputación de un delito diverso por el cual me habría convertido en Presidenta de la CUT”.
Los reparos
La argumentación de la querella es que esas acusaciones “han sido profusamente difundidas por medio de cartas y por redes sociales (donde se han compartido) y en la propia CUT y círculos sindicales, afectan mi honor subjetivo y también el reconocimiento público que ostento como dirigente sindical a lo largo de los años”. Silva apunta a Torres como la autora de esas afirmaciones.
En particular, se enfatiza que la difusión de esas acusaciones “pone en entredicho la amplia votación obtenida por la suscrita en las votaciones de dicha Central sindical. Asimismo, me afecta como mujer imputándome hechos denigrantes”. Silva asumió el mando de la CUT el 2 de junio de 2021.
Por todo aquello, la querellante, asesorada por el abogado Rodrigo Medina Jara, denuncia que “las afirmaciones falaces de la querellada, en concreto, configuran los delitos de calumnia, descrito y considerado en el artículo 412, con relación al 413 del Código Penal, toda vez que me imputa delitos de apropiación indebida y, eventualmente de hurto – por los fondos apropiados para estas supuestos departamentos y otros gastos-, previstos en los artículos 470 N° 1 y 432 Código Penal, por contribuir y alentar las desviaciones de fondos de la CUT para fines particulares y personales”. Así como también “fraude electoral”, afirmación “genérica que envuelve diversos delitos establecidos en la Ley 18.700, todos perseguibles de oficio, y el de injurias graves, de conformidad a los numerales 1º, 3º, 4º y 5º del artículo 417 de ese Código”.
Y se enfatiza que “los hechos relatados me imputan un vicio y falta de moralidad que afecta notablemente mi fama y crédito públicos”.
Al interior de la CUT, estos hechos son mirados con preocupación, ya que afirman que “enloda” la imagen de la multisindical en momentos en que se busca dar una renovación con el objetivo de tener una mayor injerencia en las políticas públicas.
Dado este complicado escenario es que se acordó designar a David Acuña como presidente de la Central, buscando dar un giro y posicionar a un trabajador de “base” al mando. Acuña es dirigente del sindicato Mercaderistas de Unilever, agrupación que reúne a los reponedores de la marca en supermercados.
Silva Silva declinó realizar declaraciones para este artículo.
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