Nornickel, el gigante ruso de la minería que plantea su interés por entrar a negocio del litio en Chile
Es el principal productor mundial de paladio y níquel, además de un importante productor de cobre y platino. Su presidente, Vladimir Potatin, es uno de los empresarios más ricos en Rusia y ha sido sancionado por Estados Unidos. Durante mayo, dos representantes de la compañía se reunieron con el subsecretario de Minería, Willy Kracht.
Desde que el pasado 20 de abril el Presidente Gabriel Boric anunció la estrategia del gobierno para aumentar la producción de litio en Chile, una serie de empresas internacionales han activado reuniones con diversas autoridades que tienen competencias en la materia. Una de ellas es el subsecretario de Minería, Willy Kracht.
Hasta su oficina, el pasado 12 de mayo, llegaron dos representantes de la minera rusa Norilskiy Nickel, también conocida como Nornickel. Se trata de Boris Ershler y Petr Yamashkin.
Yamashkin es el representante de la poderosa minera para los países de América del Sur. Durante una hora, y en las oficinas de Kracht ubicadas en Amunátegui 232, los lobbistas de la compañía rusa indagaron sobre los requerimientos que deberán cumplir las empresas interesadas en participar del negocio del litio chileno, donde además de las negociaciones ya en marcha por el ingreso del Estado al salar de Atacama, decenas de firmas aguardan por conocer las definiciones para un grupo de salares -poco más 40- cuyo potencial productivo aún no ha sido debidamente explorado. Una decisión que, según han reconocido las autoridades, tomará tiempo.
Pese a ello, los ejecutivos de Nornickel solicitaron reunirse por Ley de Lobby con Kracht para “manifestar el interés de esta minera por desarrollar en Chile un proyecto de litio en la modalidad de asociación público-privada”.
El interés de la compañía da cuenta de sus planes por expandirse a un negocio en el cual está recién empezando. En febrero de este año, su joint venture con la división minera de Rosatom -la corporación estatal rusa de energía nuclear-, conocido como Polar Lithium, obtuvo el derecho exclusivo a explorar Kolmozerskoye, el mayor yacimiento de litio en Rusia. Ubicado en la ciudad de Murmansk, cerca de la frontera con Noruega y Finlandia, busca producir 45 mil toneladas anuales de carbonato de litio e hidróxido de litio en 2030.
Hasta el momento, su negocio está enfocado en la producción de paladio y de níquel de alta calidad, metales en los que la compañía ostenta el liderazgo mundial. Sólo en 2022 produjo 219 mil toneladas de níquel, un 13% más que el año previo. En paladio, llegó a las 2.790 miles de onzas, incrementando un 7% su nivel de 2021. En cobre, su producción llegó a 433 mil toneladas, subiendo 6% comparado al año previo.
En lo que va de 2023, eso sí, la producción de níquel ha descendido un 9% durante el primer trimestre, pero en cobre y paladio, crece 19% y 2%, respectivamente.
El año pasado, sus ingresos llegaron a US$16.900 millones y las ganancias se empinaron hasta los US$5.900 millones.
El poderoso oligarca detrás de la firma
Nornickel es un gigante que fue fundado en 1935 por el Consejo de Comisarios del Pueblo de la Unión Soviética, pero que en 1994 fue privatizado bajo la actual Federación Rusa. La compañía es presidida por Vladimir Potanin, su mayor accionista y uno de los principales oligarcas rusos con conexiones en múltiples industrias, que comenzó su carrera trabajando en el ministerio de Comercio Exterior de la extinta URSS.
Fundador del holding Interros, la influencia de Potatin se extiende hacia casi todos los sectores de la economía rusa: desde bancos, mineras, generadoras de energía, construcción, servicios básicos, comercio y hasta bienes raíces, su patrimonio neto asciende a más de US$23 mil millones, según Forbes, que lo sitúa en el puesto 62 del ranking de las mayores fortunas personales del mundo. Sólo el año pasado había alcanzado el lugar 38 en un listado elaborado por Bloomberg.
El poder e influencia de Potatin llega a tal nivel que, en marzo de 2022, cuando la guerra en Ucrania generaba estragos en la economía rusa y una verdadera fuga de empresas internacionales, instó al gobierno de Vladimir Putin a actuar con cautela por los planes del Kremlin de expropiar activos a las compañías que dejaran el país.
“Pediría un enfoque muy cauteloso sobre el tema de las confiscaciones de las empresas que han anunciado que se van de Rusia”, dijo Potanin en un comunicado publicado por la compañía.
Incluso, hizo comparaciones con la revolución bolchevique. “Esto nos llevaría cien años atrás, al año 1917, y las consecuencias de tal paso serían la desconfianza global hacia Rusia por parte de los inversores, que se sentiría durante muchas décadas”, subrayó.
Por aquellos días, compañías como H&M, McDonald’s e Ikea habían suspendido todas sus labores desde el inicio de la invasión lanzada por Moscú contra Kiev.
Estados Unidos impuso sanciones en contra de Potatin en diciembre de 2022, tras incluirlo en un listado del Departamento del Tesoro, junto con su banco comercial Rosbank, el que fue adquirido por Interros a inicios del año pasado.
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