Pablo Correa, vicepresidente de BancoEstado: “Probablemente estamos con el mayor desequilibrio macroeconómico que Chile ha vivido desde el año 82″
“El Banco Central pasó a la acción desde la advertencia", dice el economista sobre la decisión de este miércoles de subir las tasas en 125 puntos base. Según Correa, la economía está sobreestimulada y uno de los problemas que podría persistir a futuro es el empleo. Respecto de 2019, es decir prepandemia, hay 828 mil empleos menos, pero casi un millón de personas que decidió salir de la fuerza laboral, afirma.
“Podrían haber sido 100 puntos, pero esos 25 son una señal, importante, de que al menos la política monetaria va a cumplir el rol mandatado. Y que todo indica que no da lo mismo esperar”. Así de enfático es Pablo Correa, economista y vicepresidente de BancoEstado, para quien la decisión de subir la TPM por parte del Banco Central es adecuada. Y es que, a su juicio, todos los indicadores muestran que la economía sobrecalentada y los desequilibrios macroeconómicos generados durante esta crisis podrían ser los peores desde los años 80.
“El Banco Central pasó a la acción desde la advertencia: acá hay riesgos de desanclajes y no vamos a esperar para subir la tasa y eso no se debe a los factores de oferta externa (lo que hablamos ayer)”, dice el ejecutivo.
Por estos días, BancoEstado está en medio del proceso de preparación del presupuesto 2022 y las expectativas son conservadoras.
“Tuvimos que hacer un presupuesto con mucho cuidado, basado muy en la macro. Por primera vez nos enfrentamos a un escenario en que probablemente estamos con el mayor desequilibrio macroeconómico que Chile ha vivido desde el año 82, y que es totalmente endógeno”, dice Pablo Correa.
“Probablemente este nivel de tasas afectará la demanda de hipotecarios, porque cuando compras una vivienda de UF2.000, y el alza de tasas genera un incremento en la cuota de $170.000, puede llevar a cambiar la decisión”, insiste el ejecutivo.
¿Por qué se están generando estos desequilibrios?
Lo que hoy estamos viendo es que en nuestra historia reciente habíamos tenido pequeñas recesiones exógenas, de corta duración, con caída de un año y luego subidas, con secuencias bastante transitorias, porque usamos herramientas adecuadas. La pandemia también lo es, pero vamos a salir de la recesión con consecuencias autoinfligidas.
¿Qué desequilibrios preocupan más?
El mundo aprendió a manejar la pandemia, se acabó el shock del 2020, aunque queden a nivel global algunos efectos o salgan nuevas cepas. En Chile, caímos 5,8% y este año creceremos cerca de un 11%. La pregunta es: ¿era natural ese salto? Y lo que nos muestran los números es que ese crecimiento fue en base a dos elementos que inducen un desequilibrio: el primero es agarrar un stock de riqueza que pensábamos gastar en el futuro y ponerlo a disposición del consumo, que son los retiros de fondos previsionales. El segundo es conducir una política fiscal que, en la última parte, ha sido procíciclica, y que ha implicado generar deuda para las generaciones futuras para aumentar el consumo presente.
Cuando miramos a 24 meses, y no 12, el sector que crece es consumo. La formación bruta de capital fijo y la producción de bienes es nula o casi nula, el crecimiento de la industria es casi negativo. Lo único que hiciste fue una sobrerreacción y eso genera un desequilibrio. Dejaste una economía sobre estimulada, y no era necesario, por decirlo así, que el consumo privado creciera 33%. Podríamos haber tenido una recuperación cercana al 6% y 7% sin haber generado este desequilibrio.
¿Qué consecuencias tiene?
El primero es el tema inflacionario. Si es externa o interna, obviamente es una combinación. Estamos viendo que no es solamente un shock de precios externos, sino de este desequilibrio por convertir US$50.000 millones de riquezas en circulante, tienes una economía sobre estimulada. Cuando ves que los precios de mercado dicen que la inflación a 10 años es 3%, a 5 años es 3,6%, y a 2 años es 4,4%, ahí tienes un problema, porque lo que se está interpretando el mercado es que el shock no es transitorio.
¿Y el presupuesto del fisco para el próximo año no logra contrarrestar esos problemas?
Si comparamos 2019 el presupuesto de 2022, ese año los ingresos eran de 21,7% del PIB y el próximo año serán de 21,1%. El gasto era de 24,5% y en 2022 de 23,8%. El balance era 2,8% negativo y el próximo ejercicio también. ¿Volvimos a estar como antes? La diferencia es que 2019 la posición neta era de -18 puntos del PIB, y cuatro años después será de -34%. Eso son casi US$50.000 millones más de deuda para alcanzar la misma posición deficitaria. ¿Era necesario, sobre todo en 2021, una política fiscal con un nivel de expansividad del nivel que la tuvo? La respuesta es probablemente no.
Y eso de paso le pega al mercado de renta fija…
Chile podría emitir localmente mucha deuda corporativa, estatal a plazos largos y en UF, que la tenemos desde el 60, porque tenías expectativas de inflación ancladas y, por otra parte, porque tenías una demanda de institucionales, tenías tasas de interés bajas comparables con países desarrollados. Con los retiros de pensiones redujiste el tamaño del mercado de renta fija, generaste un efecto sobre los precios y las expectativas: al comparar los BCP con los bonos del Tesoro americano se genera una brecha que no tiene nada que ver con lo que está pasando en el resto del mundo.
El pecado original de América Latina, según algunos economistas, es que los países se debían endeudar en moneda extranjera y estaban expuestos al dólar, y por eso se generaban esas crisis de deuda, algo que no ocurría en Chile porque se podía endeudar a largo plazo en pesos. Eso se ha deteriorado.
¿Cuántos años retrocedió el mercado de capitales?
Esto es en un 80/20 problemas de los retiros de los fondos previsionales. También hay problema de una política fiscal que fue más procíclica de lo necesario. ¿Esto es permanente? Gran parte de la respuesta se está jugando con el cuarto retiro. Nos podría hacer retroceder a un país más parecido al que teníamos en los años 90. De hecho, en términos de endeudamiento público somos más parecidos al Chile de los 90.
Pero parte importante de los recursos que han salido de las AFP y por el IFE están ahorrados. ¿Por qué la gente no puede tener sus recursos?
El problema es el instrumento que está detrás. Cuando tienes saldos vista, en general, eso lo tienes invertido en papeles de muy corto plazo, no en un bono corporativo a 30 años. Hay ahorro, perfecto, pero desde el punto de vista de la ecuación ahorro-inversión, todo ese ahorro, dada la estructura de liquidez de los bancos, va a papeles de corto plazo, porque en la cuenta vista te pueden requerir la plata mañana. Lo que hiciste es que transformaste activos ilíquidos en circulante, moviste inversiones a largo plazo a papeles de corto plazo.
A pesar de todo eso el mercado laboral parece recuperarse...
En el trimestre agosto de 2020 versus 2021 hay un millón de empleos más, pero al mirar al cierre de 2019, antes de la pandemia, hay 828 mil menos. Pero el dato más intrigante es inactivos habituales; que son personas que dijeron definitivamente me salgo de la fuerza de trabajo, que alguna vez estuvieron, pero que dejaron de buscar. Esas personas son casi un millón, lo cual genera que la tasa de participación, que es el número de personas trabajando sobre el total era 63%; ahora es 56%. ¿Estas son personas que están viviendo de los fondos de pensiones y bonos, y después volverán a ser parte de la fuerza de trabajo? Si ellos vuelven, pasarán a ser cesantes, con eso el desempleo aumenta mucho. Es difícil imaginarse que un millón de personas decidieron que no trabajarán más. Es un fenómeno muy raro. Una cosa es haber recuperado los empleos en 12 meses, pero otra es ver que respecto del cierre de 2019 faltan 800 mil empleos, con además un millón de personas que decidieron salirse. Si vuelven, lo más probable es que habrá un camino largo de recuperación de empleo, porque aún no llegas a las 9 millones de personas que estaban trabajando antes de la pandemia.
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