Tras la llamada telefónica Biden-Xi, ¿quién cederá primero?

Biden, Xi hold first phone call in seven months: W.House

Los líderes de las economías más grandes del mundo hablaron por teléfono durante 90 minutos el jueves por la noche, su primera conversación desde febrero.


Después de meses de poco progreso en las relaciones entre Estados Unidos y China, la frustración de Joe Biden lo llevó a iniciar una llamada con Xi Jinping en busca de un gran avance. Ahora la pregunta es quién será el primero en tomar medidas concretas.

Los líderes de las economías más grandes del mundo hablaron por teléfono durante 90 minutos el jueves por la noche, su primera conversación desde febrero. Si bien la llamada no produjo ningún anuncio inmediato, el yuan se fortaleció a un máximo de una semana en medio del optimismo de que cualquier comunicación podría mejorar los lazos en general.

No obstante, las lecturas posteriores a la conversación mostraron que persisten diferencias fundamentales. La Casa Blanca buscó hacer una distinción entre los temas en los que los países pueden cooperar y otros en los que competirán, mientras que Xi vinculó todo con “respetar las preocupaciones centrales de los demás”.

En la práctica, eso significa que la esperanza de Biden de que China se comprometa con objetivos más ambiciosos de emisiones antes de la cumbre COP26 a finales de este año puede depender de si está dispuesto a aceptar las dos listas de demandas de Pekín, conocidas como la “Lista de irregularidades de EE.UU. que deben terminar” y la “Lista de casos individuales clave frente a los que China tiene inquietudes”.

Desde julio, funcionarios chinos se han referido repetidamente a las listas en reuniones oficiales y discursos. Los medios estatales chinos dijeron que las demandas incluyen levantar todas las sanciones, eliminar los aranceles punitivos, revocar las prohibiciones de visado, poner fin a las restricciones a la exportación de artículos de alta tecnología y retirar una solicitud de extradición de Meng Wanzhou, director financiero de Huawei Technologies Co.

“La cumbre en sí no es importante, lo que es importante es observar si las relaciones tienen alguna mejoría notable más allá de semanas y meses”, dijo Shi Yinhong, director del Centro de Estudios Estadounidenses de la Universidad Renmin en Pekín, quien se ha desempeñado como asesor del Consejo de Estado de China. “Cualquier observador informado en este mundo no sería optimista”.

Desde la última llamada entre Biden y Xi en febrero, los dos países se han enfrentado en repetidas ocasiones por los derechos humanos, la ciberseguridad y una investigación sobre los orígenes del coronavirus, en el que China se ha negado a cooperar. Pekín también ha observado un deterioro en las relaciones con los aliados de EE.UU. y se ha enfrentado con Canadá por el caso de Meng, con Australia por la investigación sobre el covid-19 y con Europa por las acusaciones de genocidio en Sinkiang.

Para Biden, ceder a cualquiera de las solicitudes de China podría resultar políticamente difícil, incluso cuando un contingente de personalidades de Wall Street presionan para que se mejoren las relaciones. Una encuesta publicada el viernes por la Cámara de Comercio de EE.UU. en China encontró que las tres cuartas partes de los participantes se quejaron de que las medidas de la guerra comercial estaban perjudicando sus operaciones.

Un tema que puede resultar más sencillo son los aranceles. La Casa Blanca todavía está revisando su política general con China, incluida la forma de proceder con aproximadamente US$300.000 millones en aranceles punitivos que enfrentan las importaciones chinas. La revisión podría concluir y conocerse los resultados en un futuro cercano, según un alto funcionario de la Administración.

Avanzar

El objetivo de Biden era ver si un involucramiento personal con Xi podría poner la relación en un camino más serio y ayudar a avanzar en los temas en los que ambas partes pueden cooperar, dijo el funcionario. El tono entre los dos líderes fue familiar y sincero, y Biden explicó que Pekín a veces podría malinterpretar la intención detrás de las acciones de EE.UU., dijo el funcionario de la Administración después de la llamada.

Xi no dio ningún indicio de que el enfoque de China cambiaría y dijo que construir buenos lazos no era una “pregunta de opción múltiple” sino una “pregunta obligatoria”. Sin embargo, funcionarios chinos dieron algo de esperanza respecto de mejorar las relaciones, y Xi señaló que las relaciones deberían “volver al camino correcto” y se refirió a la importancia de una comunicación regular entre los jefes de Estado.

Una reunión cara a cara sigue siendo una posibilidad al margen de la reunión del Grupo de los 20 en Roma a fines de octubre, aunque siquiera está claro si Xi irá. No ha salido de China desde que se hizo evidente el alcance de la pandemia y registra el período de permanencia en casa más largo que cualquier líder del G20.

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