A un año de la huelga en Escondida: crisis en sindicato y Spence entra a la ecuación
A casi 365 días del inicio de la huelga más extensa de la minería, la incertidumbre sobre la futura negociación ha ido al alza. El escenario se ve complejo para BHP, que enfrentará dos negociaciones que han sido históricamente difíciles.
A casi 365 días del inicio de la huelga más costosa para la minería chilena, la futura negociación entre Escondida y su sindicato único de operarios por la renovación del contrato colectivo promete aún dar que hablar.
Y es que según comentan desde el sector, el escenario ha cambiado para ambas partes. Por el lado de BHP, la minera deberá afrontar en paralelo la renovación del contrato con el sindicato de Spence, que en 2009 protagonizó una huelga de 42 días, la más extensa hasta el año pasado, cuando fue superada por la huelga de 43 días de Escondida. Ambos procesos se juntarán este año.
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El contrato colectivo de Spence vence a finales de año, mientras que el del sindicato N°1 de Escondida termina en julio próximo. Y el primer proceso tendrá un impacto en el segundo. "En general en todas las negociaciones colectivas de la empresa se saca en cara los resultados de la operación en su totalidad. Entonces nosotros creemos que en su momento sí va a afectar que cierren de una u otra manera la negociación de Escondida", comenta Ronald Salcedo, presidente del sindicato de Spence, que agrupa a unos 900 operarios. "No nos interesa un acuerdo anticipado si no se toman los temas que realmente son importante para los trabajadores, entonces sabemos que es complejo porque la negociación anticipada, porque es difícil después salir de ella", agrega Salcedo.
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Mientras que en el otro frente, al interior del sindicato de Escondida, hay una clara división entre los trabajadores. Entre viernes y sábado se llevará adelante las votación para crear un nuevo sindicato, el cual deberá tener al menos unos 250 trabajadores inscritos para que se declare constituido. Según fuentes cercanas a dicho movimiento, hay confianza de que tal número se superará con creces. Esto, como consecuencia de la separación al interior de los trabajadores, donde se han levantado críticas por el tiempo en que se demoró la pasada negociación. El acogerse al artículo 369 del Código de Trabajo -que extendió por 18 meses el contrato colectivo que hasta ese momento regía, pero sin los acuerdos de reajustibidad-, significó mermas en los ingresos de los trabajadores y la imposibilidad de alcanzar las metas de producción, que tienen bonos asociados. Tampoco hubo consenso en la paralización de noviembre pasado, luego que se desvincularan a unos 100 trabajadores.
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Un sindicato dividido también complicaría las conversaciones con BHP, debido a que se podrían establecer múltiples frentes de negociación.
A esto se suma, que hay disidencia en el papel de Marcos López, el abogado que asesoró a la directiva del sindicato de operarios de Escondida durante el conflicto; y quién se conoce como el artífice de la estrategia de los trabajadores.
Ante la disidencia, desde el sindicato mandaron una carta en la que expresan su descontento: "Algunos piensan que las condiciones están dadas para dividir, tras 24 años, al sindicato único de operadores y mantenedores de Escondida. Tal división permitiría enfrentar la negociación con dos actores, uno claramente subordinado a la empresa".
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La próxima negociación se ve complicada también por otros aspectos. Primero, porque el alza en el precio del cobre ha llevado a los trabajadores a estar más confiados al momento de exigir un millonario bono de término de conflicto. Además, la relación entre las partes todavía sería tensa. Según comentan fuentes cercanas a la empresa y al sindicato, no han logrado entablar una relación que permita llegar a un acuerdo temprano. Hay, indican, existe una "no relación" entre ambos.
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