Dilema político sobre Siria amenaza con perjudicar a Obama
Diseñado como un llamado a las armas, el discurso televisado de Barack Obama acerca de la necesidad de atacar Siria se transformó en un compromiso hacia la diplomacia para el momento en que llegó al podio de la Casa Blanca el martes en la noche.
Atrapado entre los llamados a una acción militar y un impulso en las negociaciones al mismo tiempo a medida que lucha por imponer su autoridad tanto en Washington como el exterior, Obama y su presidencia parecían tan perdidos como su política de Siria en el discurso.
Ian Bremmer, presidente de Eurasia Group, dijo que la vacilación de Obama sobre si tomar medidas militares contra Siria o no, tendrán un gran impacto en la credibilidad de la política exterior estadounidense. "Los aliados van a estar preocupados acerca de los compromisos que Estados Unidos ha hecho con ellos", dijo.
Desde que Obama anunció en San Petersburgo en reuniones durante la cumbre del G20 la semana pasada que atacaría Siria, Obama se ha visto perjudicado por el rápidamente cambiante panorama político tanto en Estados Unidos como en el extranjero.
El apoyo en el Congreso empezó a evaporarse entre los republicanos y demócratas y Rusia inyectó una inesperada iniciativa diplomática a la ecuación, para garantizar la entrega de las armas químicas de la nación árabe.
En un momento en que el poder de Obama ya está alcanzando el punto de inevitable caída que cualquier segundo período presidencial enfrenta, el peligro es que su incapacidad de ejecutar una política efectiva y coherente sobre Siria perjudicará su autoridad.
El vuelco a Asia en la política exterior de nuevo se ha visto abrumado por conflictos en Medio Oriente, donde el apalancamiento de Washington ha ido disminuyendo desde la llamada primavera árabe en 2011.
La necesidad de una gestión de crisis día a día para el Medio Oriente podría tener repercusiones sustanciales para la política de Asia, en momentos en que China está expandiendo su poderío naval en Asia-Pacífico, según Bremmer.
En EEUU, la crisis siria ha coincidido con la recta final de lo que se ha convertido en una regular batalla en Washington acerca del presupuesto.
El Congreso debe aprobar un nuevo presupuesto para el 30 de septiembre, o por lo menos una extensión de corto plazo, y también elevar el límite de endeudamiento del país, para permitir al gobierno seguir gastando, hasta mediados de octubre.
En medio de todo este nocivo clima político está la firma de la reforma a la salud ("Obamacare"). Aprobada en 2010, algunos republicanos todavía luchan contra la ley y buscan lograr un cierre del gobierno para evitar que la medida sea financiada.
Aunque los temas del presupuesto y de Siria son separados, una derrota sobre la política exterior pendería sobre el resto de su presidencia.
Contra tal impresión de incertidumbre e indecisión, sin embargo, el impacto de largo plazo del manejo de Obama de la crisis siria podría resultar ser menos significativo que lo que parece en medio de todos estos acontecimientos.
Jeremy Shapiro, ex asesor senior del departamento de Estado, hoy en Brookings Institution, dijo que era un error concentrarse sólo en el vínculo entre los ataques militares en Siria y la credibilidad estadounidense, "una idea cuestionable que nos dio la guerra de Vietnam".
"En vez de ser visto como tímido, Estados Unidos ha ganado una reputación durante los últimos 10 años de ser imprudente en nuestro uso de la fuerza", dijo. "Establecer una reputación de prudencia es mucho más importante para EEUU ahora que demostrar que todavía estamos dispuestos a disparar".
No está claro que un ataque de EEUU a Siria tenga impacto en los cálculos de Irán sobre un impulso final a su armamento militar. Algunos sugieren que el uso de la fuerza militar contra Siria podría llevar a Irán a acelerar su programa nuclear.
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© The Financial Times Ltd, 2011.
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