Dividendos repartidos por empresas en el primer semestre es el más alto de 2007
En un año marcado por la discusión tributaria, y su impacto en las inversiones y tulidades de las compañías, éstas han repartido el capital más alto en dividendos desde 2007.
Según cifras del Depósito Central de Valores (DCV), entre enero y junio las empresas IPSA han distribuido $1.260.921,6 millones, un 32% más que el año pasado; mientras que el total de las compañías consideradas en el registro del DCV lo han hecho por $2.224.630,7 millones, 12% más que en 2013.
Sin embargo, en base a una muestra recopilada con información disponible en la Bolsa de Santiago, las empresas IPSA han incrementado el reparto de dividendos en un 50,5% este año (considerando la suma de dividendos adicionales, definitivos, provisorios y eventuales), mientras que las firmas del IGPA también muestran una variación positiva de 37,8%.
Según estas mismas cifras, los dividendos repartidos en el primer semestre son, nominalmente, los más altos desde 2007. Si bien 2013 supuso una baja base corporativa, en virtud del efecto que produjo la reforma tributaria del gobierno de Sebastián Piñera (que fijó los impuestos de primea categoría en nu 20%) para las utilidades de 2012, los dividendos repartidos superan en un 8% en caso del IPSA y en un 4% en el IGPA.
¿Cómo se explica esta alza? ¿Será que las compañías se acogerán a uno de los mecanismos propuestos en el protocolo de acuerdo de la reforma -en que se incentiva el pago de dividendos a cambio de una menor tasa de impuestos en primera categoría? No, según explican desde el mercado.
Francisco Errandonea, director de equity research de Banco Santander, explica que el reparto del próximo año estará afectado por los cambios que haya con esta reforma, sin embargo en 2014 “se han pagado bajo la lógica del pasado, y lo que los ha movido son las utilidades, con ciertas excepciones”. El año pasado, el resultado de las empresas del IPSA escaló sobre el 15%.
A juicio de Errandonea, el avance en la distribución que se vio en el primer semestre de 2014 se explica justamente por la baja base comparativa que supuso el año pasado, afectado por el efecto contable que produjo la reforma tributaria de Piñera.
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