El alivio cuantitativo de la Fed rompió el patrón post crisis
Esta vez es diferente. Lehman Brothers ha estado en los libros de historia por cinco años. Su colapso generó la mayor crisis financiera por lo menos en ocho décadas. La historia financiera ofreció grandes ideas sobre lo que ocurriría después.
La decisión del entonces secretario del Tesoro de EEUU, Henry Paulson de permitir a Lehman Brothers quebrar fue un intento por abandonar el riesgo moral (la tendencia de la gente a tomar riesgos cuando saben que hay una garantía). Tras varios rescates para otras instituciones financieras, pareció que los traders y los ejecutivos creyeron que siempre habría un rescate del gobierno si lo necesitaban. Paulson pensó que era necesario mostrar que la quiebra podía ocurrir. Esto es lo que ha ocurrido en las burbujas anteriores: el riesgo moral se resuelve por una década o dos cuando los mercados caen, la gente pierde sus trabajos, y una nueva generación aprende que la quiebra es posible.
Paulson quería poner fin al riesgo moral. Pero la nacionalización del sistema financiero que siguió a Lehman tuvo el efecto contrario. Mostró al mercado y al gobierno que a ninguna institución de ese tamaño podía permitírsele quebrar. Por lo tanto, el riesgo moral ha crecido desde entonces. Los banqueros han hecho frente a intentos de volver a regularlos. El mundo sería un lugar más seguro si se hubiera tomado una acción decisiva.
Pero, mirando a los mercados, la historia ofrece un modelo claro. Cada vez, después de un colapso, las acciones llegaron a un nivel y disfrutaron de algunos rallies, mientras se movían hacia el lado por muchos años. Pero este colapso no tiene similitud con cualquiera de los incidentes previos. Una dinámica diferente está operando. El ingrediente adicional ha venido de la Reserva Federal y también del gobierno estadounidense.
El S&P500 llegó a su mínimo en marzo de 2009 cuando quedó claro que el Programa de Alivio a los Activos Tóxicos (TARP, su sigla en inglés), la ley más polémica que usó US$800 mil millones en dinero público para apuntar a los bancos, estaba empezando a operar. Esto fue cuando Citigroup y Bank of America, foco de la mayor preocupación, anunciaron que estaban transando de manera rentable.
Los avances en el S&P500 se han correlacionado casi de manera perfecta con inyecciones de dinero de la Reserva Federal, la cual ha estimulado a los mercados al comprar bonos en una política conocida universalmente como QE. Las treguas en la recuperación del mercado accionario coinciden con las calmas en el QE.
Cualquier cosa que se diga sobre el presidente de la Fed, Ben Bernanke, no ha cometido el mismo error. Gracias al tiempo que compró con Estados Unidos gracias al dinero del QE, han pasado muchas cosas buenas: los bancos se han recapitalizado; los precios de las viviendas han llegado a un mínimo y han empezado a recuperarse; el desempleo es menos malo de lo que era.
Pero aquí las cosas se ponen problemáticas. El golpe a la economía mundial no estuvo cerca de la Gran Depresión de los años '30. Esto es gracias a China y los mercados emergentes. Tras caer menos de 1% en 2009, el PIB mundial ha crecido a un ritmo anual de 3% o más desde entonces.
Pero en el mundo occidental, esta recuperación todavía es anémica. Si el patrón de los mercados tras las crisis anteriores se ha incumplido, el patrón de las economías no. Fuera de Alemania, el desempleo sigue a niveles políticamente inaceptables en occidente. Pero en cierto punto, el estímulo monetario debe terminar y la Fed ha señalado que comenzará a reducir el estímulo en su reunión de esta semana.
¿Está la economía lo suficientemente fuerte para sobrevivir la remoción del QE? ¿Y pueden las alzas del mercado permanecer intactas?
La experiencia en EEUU sugiere que los mercados debieran estar bien. Los rendimientos de los bonos han estado subiendo desde julio del año pasado, anticipando el fin del QE. Esos rendimientos no han presionado a las acciones a la baja.
Los mercados emergentes sugieren otra cosa. Su crecimiento se ha desacelerado y el comienzo de la especulación sobre la reducción del estímulo llevó a una fuerte caída en las acciones y divisas, particularmente de países con grandes déficit de cuenta corriente. Estas caídas se han frenado en las últimas semanas, pero eso sólo podría deberse a las esperanzas de que la Fed no retire el estímulo esta semana.
El gran rally post-Lehman enfrenta una prueba crítica. Si los mercados toman el fin del QE de su lado, entonces esta vez podría realmente ser diferente. Pero eso sigue siendo una gran duda.
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© The Financial Times Ltd, 2011.
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