El día después de la ex candidata: un paso al costado de la primera línea




Muchas veces a lo largo de su campaña, Evelyn Matthei repitió que no buscó su candidatura presidencial. La tercera en la UDI, después de Laurence Golborne y Pablo Longueira, que pese a todos los obstáculos la ex ministra asumió con compromiso.

Y hoy, cuando la apuesta del comando y su sector estaba en conseguir superar la barrera del 40% de votación -es decir, lograr convocar a algo más del voto tradicional de derecha-, Matthei está convencida, y así se lo ha hecho saber a sus cercanos, que esta experiencia será la última antes de dar un vuelco importante en su vida y alejarse, al menos por un tiempo largo, de la contingencia.

Esto insinuó a su círculo cercano durante su paso por el ministerio del Trabajo, y así lo confidenció en un par de ocasiones durante la campaña.

Matthei definitivamente quiere alejarse de la política partidista. La campaña, según sus cercanos, le significó un importante desgaste físico y mental que incluso la llevó a perder la voz por varios días durante la última etapa de campaña afectada por una faringitis.

De ahí que su plan más inmediato sea ir de vacaciones fuera de Chile junto a su marido Jorge Desormeaux. Recién a su retorno, pondrá sobre la mesa los planes para su futuro.

En el programa “Las caras de La Moneda”, le reconoció a Don Francisco que no fue la madre que esperó ser, por todos sus años dedicados a la política y el poco tiempo libre disponible que tuvo en esa etapa. Por eso tras esta campaña, una de sus prioridades será retomar el tiempo perdido en familia, con sus amigos, y dedicarse a cosas simples como jardinear.

Así también poder reencontrarse con su profesión de economista.

Una de las posibilidades es que pueda involucrarse en el mundo de la educación, ya sea haciendo clases de matemáticas o educación cívica en alguna escuela vulnerable o involucrándose en la gestación de algún colegio o fundación que impulse proyectos relacionados al rubro. Esta última posibilidad ya había sido analizada por Matthei años atrás.

Pero no sólo esta veta es la que podría empezar a perfilar la ahora ciudadana Matthei.

En su círculo comentan que la ex titular de Trabajo no descarta volver al mundo empresarial y no vería con malos ojos la posibilidad planteada por algunos cercanos de ser parte del directorio de algunas empresas -por una vía más directa que la de Pablo Longueira, que se inscribió en el registro de directores elegibles por las AFP-. Esta opción le permitiría retomar su profesión y conservar tiempo libre para otras actividades.

A pesar de haber declarado sus intenciones de alejarse de la línea de fuego en política, en la UDI saben que el haber obtenido el 37% de los votos significa una doble lectura: en lo personal, Matthei puede buscar una posición de menos visibilidad sin ver mermado su capital político, pero también que en la interna de la UDI se instale como un actor gravitante, pese a que históricamente Matthei no concita apoyo transversal en el gremialismo.

En esta segunda línea es que algunos personeros del partido le han solicitado que siga el proceso interno y no deseche reincorporarse a la política en el mediano plazo.

Incluso, que dé señales a alguna de las opciones que dentro de la UDI se están construyendo de cara a las elecciones de la directiva del partido.

Una posibilidad es que apoye la candidatura que integre el electo diputado gremialista José Antonio Kast, que se plantearía como “renovación” dentro del partido con personeros como el diputado Ernesto Silva, el electo diputado Jaime Belollio y el actual tesorero Javier Macaya, entre otros.

No sería la primera vez. En 2010 cuando el senador Juan Antonio Coloma -quien sería una de las cartas para pelear nuevamente la presidencia en 2014- estaba al mando en el partido, Matthei criticó abiertamente su conducción y le entregó su apoyo a Kast, que por esos días le competía en la interna por un nuevo período.

Esa vez fue la primera de los entonces ocho senadores de la UDI que se la jugó al hacer público su respaldo. En esta ocasión convencerla de permanecer en la contingencia partidaria es más difícil, sobre todo, porque en la UDI saben que se vienen semanas complicadas donde precisamente el desempeño del partido en su propia campaña presidencial y los malos resultados electorales de las parlamentarias estarán en entredicho.

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