Impasse entre EEUU y Japón apunta a nuevo retraso para el TPP




Un impasse entre Estados Unidos y Japón respecto de aranceles de importación significa que la visita de Barack Obama a Tokio no rendirá los frutos que algunos habían esperado: la clave para unir a una docena de economías de la cuenca pacífico en una amplia zona comercial.

Michael Froman, el representante comercial de Estados Unidos, se fue de Tokio ayer luego de dos días de negociaciones que no lograron cerrar la brecha que ambos lados han descrito como desacuerdos significativos respecto de barreras comerciales, en particular en aranceles a las importaciones sobre productos agrícolas.

“Hemos hecho cierto progreso los últimos dos días, pero todavía hay diferencias considerables en nuestras posiciones en temas clave”, dijo Froman. Su contraparte, Akira Amari, el ministro de Economía japonés, agregó: “Todavía hay una sensación de distancia”.

Funcionarios de ambos países dijeron que sería prácticamente imposible concluir incluso un acuerdo amplio en principio cuando Obama estuviera en Tokio el 24 y 25 de abril. Esa siempre ha sido vista como una meta difícil, pero los negociadores habían intensificado sus esfuerzos luego que Obama y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, se reunieran en el marco de una conferencia nuclear en La Haya el mes pasado, donde conversaron sobre usar el viaje del presidente estadounidense a Asia como un catalizador de las negociaciones de comercio.

Lograr el TPP es visto como una tarea crítica para Washington y Tokio por igual, importante para el “vuelco a Asia” de Obama en materia de política exterior y para los esfuerzos de Abe por liberalizar la economía de su país y estimular el crecimiento.

El TPP reuniría a países que representan cerca de 40% del PIB mundial, desde Chile a Australia y Vietnam. Se le ha catalogado como un innovador “acuerdo del siglo 21”, abarcando no sólo el comercio tradicional en bienes y servicios pero también normaría la inversión transfronteriza y propiedad intelectual, entre otros.

Aún así, son las concesiones sobre comercio más tradicional las que se están volviendo más difíciles de alcanzar. Japón, que se sumó a las negociaciones que llevan cuatro años, recién el año pasado, está luchando por mantener los aranceles a las importaciones en cinco categorías agrícolas calificadas como “sagradas”: arroz, trigo, leche, azúcar y carne de vacuno y cerdo. Mientras, Estados Unidos ha buscado maneras de proteger a los fabricantes de automóviles de ese país de sus competidores japoneses, como Toyota, Nissan y Honda.

El desacuerdo es visto como la mayor barrera que queda para lograr un acuerdo, aunque lograr que se apruebe un acuerdo por parte de los congresos de los países, en particular, del estadounidense, será un desafío adicional.

Los negociadores estadounidenses parecen resignados a que Japón mantenga algunas barreras sobre las importaciones de arroz, el producto agrícola más sensible y protegido. Pero ellos han tomado una postura de línea más dura sobre sus ítems considerados “sagrados”. En parte, sugiere, debido a que los poderosos agricultores estadounidenses pondrían fin a cualquier acuerdo que no les diera mucho acceso libre a los mercados japoneses.

Los funcionarios japoneses se habían animado por la conclusión esta semana de un acuerdo bilateral de comercio con Australia, que incluía recortes limitados y graduales (pero de todas maneras, sin precedentes) de los aranceles sobre productos como la carne de vacuno australiana.

Pero EEUU había rechazado el potencial de este acuerdo para servir como modelo del TPP, cuyos objetivos de acceso a mercados buscan ser más ambiciosos.

Los agricultores japoneses están entre los más protegidos del mundo, según la OCDE, con la mitad de su ingreso promedio proviniendo de subsidios y apoyo a los precios. Esto se compara con un 20% en la Unión Europea y 10% en Estados Unidos.

Para Abe, el fracaso en lograr un acuerdo en el TPP reduciría su promesa de impulsar la economía nipona. El comercio es un elemento crucial de su “tercera flecha” de reformas estructurales (políticas para impulsar el crecimiento, que buscan complementar el agresivo estímulo monetario y fiscal que inició luego de asumir a fines de 2012).

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© The Financial Times Ltd, 2011.

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