Las "Kellys", limpiadoras de hoteles contra la precariedad laboral en España
Cobran y cotizan por media jornada, aunque la trabajan completa y hasta quince días seguidos, no tienen vacaciones ni festivos y sufren las consecuencias físicas de la precariedad laboral que se vio incrementada por la crisis económica: son las "Kellys", las limpiadoras de los hoteles en España.
Las "Kellys", acrónimo de "las que limpian", surgieron como colectivo en 2014, cuando dos camareras de piso de Cataluña (noreste español) crearon una cuenta en Facebook para poner en común los problemas de su oficio y desde entonces han conseguido llevar sus reclamaciones hasta las más altas instancias.
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Cinco representantes de este gremio, que agrupa a cerca de 200.000 mujeres en todo el país, se reunieron hoy con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, quien se había comprometido públicamente en el Senado a escuchar sus demandas e intentar mejorar sus condiciones laborales.
La precariedad con la que ejercen su trabajo se hizo más visible también durante la celebración de la huelga feminista del pasado 8 de marzo, en la que cientos de miles de mujeres de toda España salieron a las calles para exigir una igualdad real.
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Ataviadas con camisetas verdes y el lema "Organízate si no quieres que te organicen", lograron hacer pública una lucha que se extiende por varios puntos del país, fundamentalmente en las áreas más turísticas, como las islas Canarias, Cataluña y otras zonas de la costa mediterránea española.
La igualdad de salarios frente al de los camareros de bar o sala (sector en el que hay más hombres) es una de las reivindicaciones de este colectivo, cuyas representantes aseguran que no abandonarán su lucha por acabar con la sobreexplotación, ya que en muchos casos cobran solo tres euros por habitación.
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Además de las salariales, los reclamaciones de las "Kellys" abarcan desde el derecho a la jubilación anticipada hasta la vinculación de la categoría de los hoteles a la calidad del empleo que generan, pasando por el aumento de las inspecciones de trabajo o el fin de las externalizaciones.
Sobre este último punto, uno de los fundamentales, el presidente del Gobierno español se comprometió hoy a estudiar la puesta en marcha de una "Ley Kelly" que prohíba externalizar el servicio de limpieza en los hoteles.
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"¿Qué venden los hoteles?: Habitaciones limpias ¿no?, pues no pueden externalizar un departamento que es estructural", recordó la vicepresidenta de la Asociación de las "Kellys" y portavoz de Madrid, Ángela Muñoz, al término de la reunión con Rajoy.
Ana Lucía, representante del colectivo en la isla de Lanzarote (en el archipiélago atlántico español de Canarias), lamentó que las externalizaciones acaban en empresas de trabajo temporal, que "las descuelgan de los convenios", mientras las mutuas de Trabajo "se lavan las manos" y el coste de sus enfermedades recae en la Seguridad Social.
El reconocimiento de las enfermedades laborales es otro de los puntos que las "Kellys" trasladaron al presidente del Gobierno español, quien estudiará una ampliación de las ya existentes para incluir las músculo esqueléticas y las psicosociales, es decir las directamente relacionadas con la organización del trabajo.
"El presidente nos ha dicho que estará pendiente personalmente de todo esto", dijo Eulalia Corralero, presidenta de la Asociación Kellys Unión Confederadas, quien elogió la valentía de su compañera Miriam al enseñar a Rajoy la faja con la que tiene ir a trabajar todos los días.
"Vamos mutiladas, algunas con fajas, otras con rodilleras. Y se lo he enseñado al presidente que estaba sorprendido y me ha confesado que nadie le había hablado nunca así", aseguró Miriam.
Como base a sus reivindicaciones, las representantes de las "Kellys" entregaron a Rajoy un dossier con los nombres de empresas externas que incumplen la ley, con sentencias condenatorias y fotografías e informes sanitarios de muchas trabajadoras.
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