Airbnb retira concurso de pasar una noche en la muralla china
Airbnb quería causar sensación al ofrecer, en el marco de un concurso, pasar una noche en la Gran Muralla. Pero ante la ola de indignación que provocó en China y los temores de una degradación de esta maravilla arquitectónica, la plataforma de alquiler dio marcha atrás.
Desde que Airbnb lo lanzó la semana pasada, el concurso "Una noche en la Gran Muralla" provocó reacciones airadas en las redes sociales chinas, donde los internautas condenaron un "golpe publicitario" en detrimento del antiguo monumento nacional.
"Da igual como lo presenten, sigue siendo un concurso de una empresa privada que dañará vestigios ancestrales", afirmó un usuario de la plataforma de microblogs Weibo.
Autoridades del distrito de Yanqing, donde se encuentra el segmento de la Gran Muralla en el que Airbnb proyectaba instalar un alojamiento temporal, afirmaron en un comunicado que no fueron avisados y que no concedieron ningún permiso.
Sin el apoyo de las autoridades y vapuleada en internet, la empresa de San Francisco tiró la toalla el martes: "Hemos decidido no ir hasta el final. En su lugar, reflexionamos sobre otras experiencias que destaquen China como destino" turístico, explicó Airbnb en un comunicado.
Los participantes en el polémico concurso destinado a "revitalizar la cultura china" debían redactar textos sobre "la abolición de las barreras culturales".
Los cuatro ganadores del concurso hubieran tenido la posibilidad de pasar una noche en una habitación instalada para la ocasión en una antigua torre de vigilancia de la muralla. Airbnb insistió en que trató con "expertos en conservación" para elaborar una estructura que no afectara a las piedras seculares de las paredes.
La Gran Muralla, inscrita en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, es un agregado de fortificaciones discontinuas cuyo trazado se remonta en algunas secciones a más de 2000 años, cuando había que defender el imperio de invasiones venidas del norte.
Airbnb ya organizó concursos similares con premios como una noche en las Catacumbas de París, la Gran Barrera de Coral australiana o los míticos estudios de Abbey Road en Londres.
China es un mercado complicado para la compañía estadounidense: más de 8,6 millones de turistas chinos utilizan Airbnb y la web reivindica 150.000 habitaciones en el país.
Pero enfrenta una importante competencia local porque las plataformas chinas Tujia y Xiaozhu registraron pronto un éxito fulgurante a falta de una supervisión estricta del gobierno.
Airbnb aceptó a finales de marzo transmitir la identidad de sus usuarios a las autoridades locales para satisfacer las exigencias del régimen comunista sobre el registro de los viajeros extranjeros.
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