Aterrizaje chino: cómo operan los ejecutivos de las compañías en Chile
Son profesionales que llevan años en Chile y que ya conocen la cultura nacional. Arriban al país con todas las comodidades necesarias para compensar la estadía solitaria que tienen, debido a que vienen sin sus familias. En general tienen limitadas capacidades de decisión y todo lo reportan semanalmente a China. Varios de ellos hoy están en su nación, producto del coronavirus.
Viajan solos y se quedan en el país por al menos unos seis meses, y luego vuelven un mes a Asia de vacaciones para ver a sus familias. Esa es la modalidad de trabajo que tienen los ejecutivos chinos que hoy ya están asentados en Chile. Se trata de profesionales que están en firmas como Pacific Hydro, China Construction Bank, o la China Railway Construction Corp. Limited, entre otras, empresas que fueron adquiridas hace tres o cuatro años por empresas estatales o filiales de estatales chinas y que ya han aprendido de la cultura y la forma de vivir de los chilenos.
Hoy juegan ping pong con sus compañeros, ven los partidos de Chile, celebran el 18 de septiembre e incluso se sorprenden por el 21 de mayo y la conmemoración del combate naval de Iquique.
Y también se sorprenden del revuelo político económico que ha causado la compra de CGE por parte de la china State Grid International Development Limited (SGIDL). Es que en estos días en que la gran mayoría de los ejecutivos chinos que trabajan en Chile están en su país natal, producto del coronavirus, se han tenido que dar muchas explicaciones de parte de los equipos locales respecto de la discusión que se está abriendo por la irrupción de las empresas estatales en sectores que son relevantes o estratégicos para el país. “Todos hemos tenido que dar explicaciones”, destaca Mauricio Benítez, director internacional de BDO, quien ha asesorado a varias compañías provenientes de ese país.
“Les preocupa lo que se está dando en Chile, porque cuando ellos llegaron el recibimiento fue distinto. Cuando las estatales chinas comenzaron a comprar, fueron inversiones que se aplaudieron y hoy sucede lo contrario. Eso les preocupa porque son muy respetuosos de la normativa y la cultura de Chile”, explica una ejecutiva que trabaja en una firma adquirida por capitales estatales chinos.
Pero, pese a ese revuelo, State Grid seguirá ejecutando su plan de arribo en Chilquinta, su anterior compra en el país. La gigante asiática adquirió hace un año a la tercera distribuidora eléctrica de Chile que suministra energía a la V Región y en este transcurso del tiempo ya ha habido varias “avanzadas” de visita en el país. Durante esta semana se espera la llegada de un grupo de al menos 10 profesionales chinos de la estatal que llegarán a la empresa eléctrica. Ellos se unirán al grupo más pequeño de ejecutivos que ya están asentados en Reñaca, en un lujoso departamento con vista al mar, cuentan conocedores del arribo chino a la región costera.
Es que trasladarse a Chile, a casi 20 mil kilómetros de distancia, con 12 hora de diferencia y con un idioma totalmente distinto, no es una tarea fácil, por eso las empresas se encargan de dejar a sus profesionales con todas las comodidades para que su estadía sea grata: buenos planes de salud, varios traductores e incluso cocineros, indican las fuentes consultadas.
El arribo chino tiene varias etapas. La primer, cuenta Benítez, se da con un equipo pequeño, de no más de tres personas, los que vienen a conocer el país, cómo opera la empresa y con quienes pueden formar un círculo de confianza.
“En esa comitiva llega un gerente, un hombre de confianza del presidente del directorio de la empresa estatal china y un tercero que puede ser el que se quede. Es a él al que vienen a dejar. Eso lo he visto en muchos casos”, relata Benítez.
En el caso de los ejecutivos de State Power Investment Overseas, filial de State Power Investment Corporation (SPIC), el ingreso de ejecutivos asiáticos fue gradual. Primero llegó la mano derecha del presidente del directorio, hoy a cargo de Hou Xuezhong, y dos ejecutivos más vinculados con los temas más técnicos.
Luego comenzaron a llegar más ejecutivos y colocaron ejecutivos ‘espejos’ para aprender del negocio, indica una fuente cercana a una empresa. Eso lo hacían solo en los cargos técnicos, agrega. Hubo un tiempo en que en Pacific Hydro había una decena de profesionales asiáticos, detalla.
Hoy en la generadora eléctrica hay tres ejecutivos chinos, los que, dado el actual escenario de pandemia, están trabajando desde China. Luego del Año Nuevo chino, no volvieron, confidencia un ejecutivo de la compañía. Pero la distancia no ha impedido que estén al tanto del avance del virus y de las medidas que se están tomando en el país. Desde que comenzó la pandemia, ellos han estado muy encima de las medidas sanitarias. Incluso, revela una fuente de la empresa eléctrica, cuando supieron que en Chile había escasez de alcohol gel y de mascarillas, querían mandar los insumos de manera directa hasta la compañía.
En las filiales bancarias chinas que hoy operan en Chile, como el China Construction Bank, la comitiva inicial también fue reducida, cuenta un asesor de inversiones asiáticas. “A Chile llegó un gerente de alto rango y dos ejecutivos más a instalarse en el país. Ellos vivían juntos en un departamento y luego fueron armando un equipo que fue exclusivamente chino”, detalla la fuente.
Es que uno de los puntos que destacan los consultados es que las firmas asiáticas que se instalan en Chile tienen que fomentar el arribo de más ejecutivos chinos. Ellos priorizan el trabajo para los chinos, eso es una máxima. Incluso pueden tener hasta garzones y cocineros chinos, precisa un asesor de inversiones chinas. Agrega que incluso los traductores tienen que ser del país asiático. Algunas firmas nacionales cuentan con traductores chinos que viven hace mucho tiempo en Chile, dentro de su staff permanente.
“Ellos son gente de confianza de parte del ejecutivo chino, porque además de ser bien educados, manejan mucha información valiosa”, señala una fuente.
Decisiones dilatadas
Los consultados indican que hay que tener paciencia cuando se trabaja con ejecutivos chinos. Esto, porque son muy meticulosos en su operatividad y muy lentos en sus decisiones. La tardanza se da, explican, porque los ejecutivos asentados en las firmas chilenas no son los encargados de las definiciones.
Son muy lentos para tomar decisiones, comenta una ejecutiva del sector eléctrico. Dice que ellos participan en los directorios, pero nunca toman una decisión. “Da la impresión que participan de la reunión, absorben toda la información y luego van a su superior y les cuentan todo y al otro directorio recién se pronuncian del tema”, confidencia.
Las decisiones son aún más burocráticas cuando la empresa es una filial de una empresa 100% estatal, llamadas State-Owned Enterprises, SOE por sus siglas en inglés.
Cuando una empresa pertenece a otra empresa que es estatal china, las consultas y los reportes llegan a esa firma primero y luego escalan al Partido Comunista, revela la misma fuente. Ellos llevan las decisiones de las compañías a un nivel mucho más alto que va mucho más allá del ámbito empresarial, comenta. Agrega que esos reportes a China se realizan de manera semanal, pero también hay una conversación diaria.
Lo mismo sucede con el diseño de los planes quinquenales. Esto, porque para poder planificar a cinco años, se trabaja a lo menos con dos años de anticipación en los programas, los que deben pasar una serie de test de parte del poder central para poder ser aprobados. “Hay mucho estudio detrás de los planes quinquenales, los que se siguen al pie de letra”, explica Mauricio Benítez.
Estos test son realizados por la Comisión de Administración y Supervisión de Activos de Propiedad del Estado (Sasac, por sus siglas en inglés), entidad de rango ministerial de la República Popular China y que está subordinada al Consejo de Estado. De hecho, tiene facultades de supervisión y administración sobre sus empresas, con excepción de las firmas financieras, como bancos.
Un asesor ligado al mundo eléctrico relata que, en estos planes, los chinos, por ejemplo, asignaron un presupuesto para expandir el posicionamiento de las empresas de energía chinas en Latinoamérica y señala que ese programa, aún vigente, contempla invertir cerca de US$ 50 mil millones.
La participación del Partido Comunista es algo que destacan los ejecutivos y asesores consultados. “Las compañías estatales, las SOE, son las que tienen que ejecutar los principios propios del partido. Hay influencia del partido en cuanto a decisión y a estrategia”, sostiene Benítez.
Intercambio cultural
Pero además, en una empresa señalan que un director chino que era miembro importante del Partido Comunista, en algún momento comentó que su misión era alinear a la gente que trabajaba en la empresa con el pensamiento del partido respecto de los valores y la cultura asiática.
En Pacific Hydro, de hecho, existe un programa de diversidad cultural, cuentan conocedores de esa experiencia. En ese programa, por ejemplo, cada extranjero trae un plato típico y lo comenta, puntualiza una fuente de la eléctrica. “Toda la experiencia ha sido muy enriquecedora”, concluye.
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