China y EEUU retoman negociaciones comerciales en un clima de alta tensión
Este ambiente tenso es alimentado por imputaciones contra el gigante chino de las telecomunicaciones Huawei y una de sus dirigentes.
Estados Unidos y China retoman este miércoles sus complicadas negociaciones comerciales en Washington, en un clima de alta tensión alimentado por imputaciones contra el gigante chino de las telecomunicaciones Huawei y una de sus dirigentes.
En esas conversaciones, las dos primeras potencias económicas mundiales se disputan la posición dominante en las futuras industrias de alta tecnología, según el representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, que encabeza a los negociadores estadounidenses.
China lanzó en 2015 el plan "Hecho en China 2025", con el objetivo de convertir el país en un líder mundial en sectores de futuro como la aeronáutica, la robótica, las telecomunicaciones, la inteligencia artificial y los vehículos de energía limpia.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha mostrado varias veces a favor de que la economía china prospere, pero no en detrimento de las empresas estadounidenses ni de sus conocimientos.
"Desleales"
Washington quiere poner fin a prácticas comerciales que considera "desleales", como la transferencia de tecnología impuesta a las empresas extranjeras en China, el robo de propiedad intelectual estadounidense y las cuantiosas subvenciones concedidas a las empresas chinas estatales.
Para obligar a Pekín a corregir esas distorsiones comerciales, la Casa Blanca impuso nuevos aranceles sobre US$ 250.000 millones de productos chinos. Y amenaza con subir del 10 al 25% las tasas arancelarias de mercancías chinas valoradas en 200.000 millones de dólares.
China respondió aplicando aranceles adicionales a US$ 110.000 millones de bienes estadounidenses.
Dadas las dificultades de las negociaciones, ningún experto prevé que se elabore un acuerdo completo tras los dos días de conversaciones en Washington.
El propio secretario estadounidense del Tesoro, Steven Mnuchin, descartó implícitamente la posibilidad de un acuerdo inmediato al recordar que, después de estas negociaciones, su país y China aún tendrán 30 días antes del final de la tregua comercial decretada el 1 de diciembre entre Trump y su homólogo chino, Xi Jinping.
El obstáculo Huawei
Un acuerdo parece aún menos probable después de que la secretaría de Justicia estadounidense presentara el lunes 13 cargos contra Huawei y su directora financiera, Meng Wanzhou, por vulnerar las sanciones de Estados Unidos a Irán, y 10 más contra la empresa por robo de tecnología.
Washington afirma de momento que ese asunto no tiene nada que ver con las negociaciones comerciales. "Son asuntos distintos con un trato distinto", dijo Mnuchin este martes.
Para Monica De Bolle, experta del Peterson Institute for International Economics, "es evidente que el caso Huawei complica mucho las negociaciones comerciales" y puede provocar "una ruptura" de las conversaciones.
El año pasado, las duras sanciones estadounidenses contra otro grupo chino, ZTE, entorpecieron esas mismas negociaciones comerciales, llevándolas al fracaso. Trump aceptó entonces encontrar un compromiso para permitir que ZTE pudiera retomar sus actividad.
"Tigre de papel"
El hecho de que Liu He, el influyente asesor económico del presidente Xi Jinping, encabece la delegación china es una muestra de la importancia de las negociaciones. Ese economista, diplomado de la prestigiosa universidad estadounidense de Harvard, se entrevistará con Trump.
El presidente norteamericano se mostró bastante optimista respecto a las negociaciones, al considerar que Estados Unidos está en una posición ventajosa frente a una China cuya economía se estanca. En 2018, el gigante asiático registró el peor crecimiento (6,6%) de los últimos 28 años, afectado en parte por la guerra comercial con Washington.
Pero el inquilino de la Casa Blanca también parece más débil desde que cedió ante los demócratas para poner fin el viernes al cierre parcial de la administración tras 35 días de parálisis presupuestaria.
"El peligro es que los demás países deduzcan de ello que Donald Trump es un tigre de papel. Adopta una postura dura en público, se mete en situaciones en las que no puede ganar y da marcha atrás", comenta Edward Alden, experto en comercio internacional del Council on Foreign Relations.
Según él, "esto podría reforzar la idea de que la mejor estrategia para China es esperar".
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