Corpcarne y NotCo se enfrentan en Comisión de Agricultura de la Cámara por proyecto de ley que modifica la definición de la carne
En la Comisión de Agricultura, la organización pecuaria apuntó a que se está fomentando la producción de alimentos que “no son carnes y que tratan de tomar un espacio en un sistema biológico completamente distinto”.
En el marco de la discusión del proyecto de ley que busca modificar en el Código Sanitario la definición de carne y establecer la prohibición de denominar como tal a productos que no sean de origen animal, la Corporación de Carne (Corpcarne) expuso en la Comisión de Agricultura en favor de su legislación.
La moción ingresada en 2019 por los diputados Harry Jürgensen (RN), Miguel Mellado (RN) y Gastón Mühlenbrock (UDI), y los ex diputados Iván Flores (DC), Fernando Meza (PR) y Mario Venegas (DC), indica que el Reglamento Sanitario de los Alimentos establece que se entiende por carne “la parte comestible de los músculos de los animales de abasto como bovinos, ovinos, porcinos, equinos, caprinos, camélidos, y de otras especies aptas para el consumo humano”.
Así, el proyecto apunta a que la normativa no se está cumpliendo en la actualidad, lo que está generando “gran perjuicio para la industria de producción de carne”.
Esto reafirmó el médico veterinario Emilio Martínez, vicepresidente de Corpcarne, quien expuso en la comisión de la Cámara Baja que la cadena ganadera nacional ha sufrido uno los efectos de una alta importación en el rubro, la disminución en la productividad en los predios y la baja en la rentabilidad de su negocio. “Los agricultores siguen sustentados en sus campos [..] El fomento productivo ha comenzado a girar en otras direcciones que no son las esenciales para el mundo ganadero”, señaló.
Sobre esto, el representante de la corporación solicitó un plan de desarrollo sólido en favor de la industria como lo es el proyecto en trámite, ya que aseguran que dentro de los factores que les ha afectado está la catalogación como carne de productos de origen vegetal y el marketing generado por las empresas productoras de estos.
“Desde el punto de vista de la percepción y el uso de los rumiantes como negativos dentro de un posicionamiento de mercado y de una estrategia, creo que no es positivo para nosotros. No solo tenemos que ganar un espacio frente a la importación, sino que además tenemos que dar explicaciones por situaciones de desinformación que muchas veces solamente un logo con un bovino tachado puede desencadenar una percepción negativa por parte del consumidor”, planteó Martínez ante la comisión.
La defensa de NotCo
Aludiendo directamente a la imagen de la empresa chilena NotCo, que a través de tecnología produce alternativas a los alimentos de origen animal, Corpcarne acusó en la comisión que existen productos en el mercado que “no son carnes y que tratan de tomar un espacio en un sistema biológico completamente distinto”.
Ante esto, la gerente legal de NotCo, Tábata Santelices, respondió en la instancia que la empresa a la que representa atiende “a un público consumidor específico que está orientado a alimentaria de forma exclusiva, prioritaria u ocasional plant based”.
En esta línea, planteó que la persona que “adquiere y consume productos en base a plantas es un consumidor que está bastante informado”. Así, dijo que la regulación que se está proponiendo en el Código Sanitario es “mirar de forma paternalista al consumidor cuando se le quiere llevar de la mano y explicar ciertas cosas que no requieren de explicación”.
Así, Santelices rebatió lo expuesto por Corpcarne, planteando que el uso del “animal tachado pone al consumidor en el centro”. Esto ya que, defendió, la compañía haría esto para informar a su público, y en ningún caso para confundirlo. Además señaló que cada uno de los productos contiene el prefijo “not” en sus nombres y expresó que “en nuestra empresa en particular no queremos que el consumidor crea que está consumiendo carne, muy por el contrario, queremos que sepa que no lo está consumiendo”.
Por lo mismo, la representante de NotCo enfatizó en que las modificaciones a hacerse en la ley deben poner al consumidor en el medio, y no así a la industria. “La forma de proteger a la gente es establecer ciertos parámetros, pero al mismo tiempo no dejar que estos se transformen en paraguas que impidan una sana convivencia entre productos”, afirmó.
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