Economista de la UAI y proyecto de flexibilidad laboral:"La jornada mensual mantiene los mismos resguardos actuales"
"Ha habido mucha confusión sobre el proyecto de flexibilidad de jornada, en parte porque el gobierno no ha explicado bien que se trata de tres jornadas laborales distintas", comenta Andrea Repetto.
Sorprendió esta semana con la firma de una carta en El Mercurio valorando el proyecto anunciado por el gobierno de flexibilidad horaria. La economista de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) Andrea Repetto, junto al exministro de Hacienda Rodrigo Valdés, el expresidente del Banco Central José De Gregorio y Eduardo Engel, señalaron que la iniciativa no era "un juego de suma cero (…), no significa una precarización".
Con esa acción no solo respaldaron a la autoridad, sino que también le quitaron piso técnico a las críticas de los parlamentarios de oposición que afirmaban que precarizaba. "Esta idea (flexibilidad) la habíamos propuesto en 2011 en un trabajo que hicimos con Marcelo Albornoz, Francisco del Río y Ricardo Solari, por encargo de la UAI, y fue recogida por la Mesa Técnica Laboral", explica vía mail.
¿Qué motivó la carta?
-Nuestra carta apoya la idea de crear una jornada laboral organizada en torno al mes, más corta y que mantenga los mismos días y horas continuas de trabajo que la jornada actual, de modo de proteger al trabajador de jornadas excesivamente largas.
¿Por qué afirman que se rebajan las horas trabajadas en un 8%?
-El mes tiene más de cuatro semanas; así, 180 horas al mes es menos que una jornada semanal de 45 horas. La jornada mensual de 180 horas es equivalente a una jornada de 41,5 horas a la semana.
Ex post, atendidas las reacciones, ¿no habría sido mejor esperar a conocer el proyecto?
-Hemos pensado mucho en su alcance y en las restricciones que hay que poner a la modalidad, para resguardar los derechos y que cree oportunidades de modo que ambas partes sean beneficiadas.
¿No es necesaria la presencia de un sindicato para pactar, como reclama la oposición?
-Para pactos más largos que un mes -un semestre o un año, por ejemplo-, estoy completamente de acuerdo en que se necesita del respaldo sindical, de modo de asegurar que los intereses de los trabajadores estén debidamente representados. Pero dado que se trata de solo un mes, con los mismos límites máximos de extensión de la jornada actual, los trabajadores individuales quedan debidamente protegidos y no es necesaria la participación de los sindicatos.
¿Considera entonces que los trabajadores están en buen pie para negociar este tipo de materias?
-La asimetría en el poder negociador de empleadores y trabajadores, sobre todo los de menos calificación, es real. Por eso la regulación los protege, estableciendo, por ejemplo, una remuneración mínima, delimitando la jornada y agregando un conjunto de exigencias de seguridad. La jornada mensual mantiene los mismos resguardos actuales, y si estos nos parecen suficientes para 45 horas a la semana, también debieran serlo para una jornada de 180 horas al mes.
¿Qué opina de quienes señalan que el proyecto precariza?
-Ha habido mucha confusión sobre el proyecto, en parte porque el gobierno no ha explicado bien que se trata de tres jornadas laborales distintas: actual, mensual y 4x3 en 45 horas, con formas de organización distintas. La discusión pareciera confundir las dos nuevas. Con el proyecto ya ingresado, estas diferencias pueden empezar a dilucidarse más claramente.
En otro ámbito, ¿se debiera aprobar la idea de legislar de la reforma previsional?
-Ya tenemos diagnósticos razonablemente claros respecto de los importantes rezagos en las pensiones de hoy y del futuro si no se hace una reforma prontamente. No se puede atrasar más este tema. El gobierno ya ha hecho una propuesta y la oposición, peticiones concretas, ahora es el momento de revisar y buscar cómo avanzar.
¿Qué cambiaría de la reforma?
-El proyecto llega con muy pocos recursos a las personas de clase media, que tendrían pensiones de $ 250.000 o más, pero cuya tasa de reemplazo apenas alcanza al 25%, incluso con el Pilar Solidario. Además, creo que es un error esperar que las personas cambien drásticamente sus comportamientos (de cuánto tiempo cotizar, cuándo jubilarse) en respuesta a subsidios pequeños, y también me parece un error que se abra la posibilidad de manejo a un conjunto amplio de nuevos actores. Sabemos, por experiencia, que eso encarecerá el manejo de fondos.
El gobierno se abrió a un administrador público para el 4% adicional, ¿es necesario?
-Una AFP estatal a lo más puede dar algo más de legitimidad al sistema. Pero no dará mejores pensiones. Me parece mucho más atractiva la idea del Consejo de Ahorro Colectivo propuesto por la administración pasada. La experiencia en EE.UU. muestra que un modelo así, con un recaudador único que licita la administración de los fondos, puede lograr rentabilidades después de comisiones más altas que las que se están logrando hoy.
¿Qué le pareció la última exposición del ministro de Hacienda para explicar la sustentabilidad fiscal del proyecto?
-El ministro compara el financiamiento del Pilar Solidario en 2008 con la situación actual, y no son comparables.
¿Por qué?
-En 2008 había superávit fiscal cercano a ocho puntos del PIB (Producto Interno Bruto), una deuda fiscal de cinco puntos del PIB y una acumulación importante de ahorro en los fondos soberanos. La situación actual, en cambio, es de estrechez.
¿Es suficiente con la proyección hasta 2050?
-Las nuevas proyecciones, más extendidas, que acaba de entregar el gobierno, muestran que la reforma será más costosa de lo que inicialmente se dijo.
El gobierno asegura que existirán holguras, ¿lo comparte?
-Apostar al crecimiento y a la eventual recaudación adicional que generaría es muy riesgoso y se aparta del acuerdo técnico y político con el que se ha llevado la política fiscal hasta la fecha: para nuevos gastos, ingresos permanentes. El crecimiento no entrega ingresos permanentes.
¿Es decir que necesita buscar otra fuente de financiamiento?
-Sin duda, las finanzas públicas no parecieran alcanzar. Hay que traer recursos de otras formas. Me parece que la propuesta que hizo la administración pasada de utilizar una fracción menor de las cotizaciones es una idea pragmática en este sentido.
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