Entre 2021 y 2022 las isapres perdieron $284 mil millones. El año pasado, las aseguradoras de salud privada ganaron $7.226 millones, menos de un 5% de esas pérdidas previas. Todo esto, además, en un contexto en que la industria tiene pendiente cumplir los dos fallos que dictó la Corte Suprema entre 2022 y 2023, y que en conjunto les significarán, según estima el gobierno, devoluciones por más de US$1.000 millones.

Bajo este escenario, en el último tiempo, las isapres han venido reduciendo su dotación de manera persistente. Al cierre del año pasado, las isapres registraron un total de 6.402 trabajadores, esto es una baja de 11,8% interanual si se compara con los 7.258 que marcaban en diciembre de 2022, lo que se traduce en 856 trabajadores menos en un año.

Todo eso sin considerar a Esencial, isapre que pertenece a la Corporación Chileno Alemana de Beneficencia (CCAB), controladores de Clínica Alemana, y que inició operaciones recién en 2022.

Es más, en dos años la industria marca una baja de 2.433 trabajadores, ya que pasó desde los 8.835 que tenía en diciembre de 2021, a los 6.402 trabajadores con que cerró en 2023, esto se traduce en una disminución de 27,5% en dos años.

Eso sí, al ver en qué trimestre del año pasado las isapres hicieron la mayor reducción de trabajadores, ocurrió en el primer trimestre, ya que a marzo de 2023 bajaron sus trabajadores en 380. En el segundo trimestre, en cambio, disminuyó en 289. En el tercer trimestre, la caída fue de 91 trabajadores, mientras que en el cuarto trimestre la reducción fue de 96 trabajadores.

La mayor parte de estas bajas de 2023 se explican por la salida de trabajadores de la fuerza de ventas, con excepción de lo ocurrido durante el segundo semestre del año pasado, donde en total los vendedores subieron en 30 personas. Pero de todas maneras a diciembre registraron una baja de 651 vendedores en doce meses.

Bajo este escenario, en los últimos dos años los vendedores que se dedican a comercializar planes de salud para cada isapre registran una caída de 2.426.

Las isapres han venido adoptando una serie de medidas desde hace un par de años, para enfrentar una crisis que ellas califican de creciente. Una de estas ha sido, a partir de 2021, venir reduciendo su dotación, ya sea mediante despidos, la no renovación de contratos, o renuncias que no se han suplido.

El caso más emblemático es el de Cruz Blanca, ya que la isapre controlada por el grupo inglés Bupa despidió en diciembre de 2022 prácticamente a la totalidad de su fuerza de ventas. Pero las desvinculaciones se iniciaron bastante antes del cierre de 2022, y la reducción de dotación ha ocurrido casi en todas las isapres, continuando durante el año pasado.

En número de trabajadores, Colmena es la isapre que anota la mayor disminución en 2023, pasando desde los 1.807 que tenía al cierre de diciembre de 2022, a 1.402 a diciembre del año pasado, esto es una baja de 405 trabajadores, o una reducción del 22% en doce meses. Por eso mismo también es la isapre que registra la mayor baja porcentual.

Le siguió Banmédica, ya que sus trabajadores cayeron 16% en el periodo analizado, pasando desde 1.457 a 1.219, esto es una reducción de 238 trabajadores en un año. Cruz Blanca anotó la tercera mayor baja porcentual, ya que sus trabajadores pasaron de 803 al cierre de 2022, a 676 a diciembre pasado, una reducción de 15,8%, o 127 empleados menos en un año.

En ese mismo lapso, los trabajadores de Consalud disminuyeron de 1.893 a 1.747, esto es una baja de 7,7%, o 146 empleados menos en doce meses. En tanto, en Vida Tres la dotación pasó de 214 personas a 187, una reducción de 12,6%, o 27 trabajadores menos. Solo isapre Nueva Masvida ha aumentado su dotación, ya que sus trabajadores subieron de 1.084 a 1.171, un alza de 8%, o 87 empleados adicionales.

Por otro lado, si bien Esencial tenía 156 trabajadores al cierre de 2022, en diciembre pasado anotó un 233.